CARTAS A TORA 377

Cocatú es un extraterrestre que llega a una vecindad de la CDMX para estudiar la raza humana. Para pasar inadvertido toma la forma de un gato y todas las noches le escribe cartas a su amada Tora.

21 de febrero, 2025 CARTAS A TORA 281

Querida Tora:

No sabes en qué líos se mete la gente, Y así, sin pensarlo, sin meditar ni un momento en lo que pudiera pasar. Vas a ver lo que pasó hace poco en la vecindad.

Fue con el del 44, otro señor de esos tranquilos, que no se meten con nadie, que a muchos les caen mal porque no los conocen. Este señor se iba a trabajar sin meterse con nadie; eso sí, saludaba a todo el mundo ceremoniosamente y eso también les caía mal a muchos. Usa sombrero. Y las viejas decían que se lo había comprado nada más para quitárselo cuando saludaba a alguien; no se les ocurre pensar que lo usa porque tiene frío (Está calvo) o, simplemente, porque le gusta.

Pues un día el señor empezó a recibir correos misteriosos en su computadora, correos que decían cosas como “La huesuda ya anda detrás de usté. Lo anda buscando”, “Cuídese, porque cualquier día le cae por detrás”, “Sospeche de todo el mundo”. ¿Pues qué crees? El señor, que cruzaba el patio por enmedio, ahora camina pegado a las paredes. También cuando sale; lo malo es al atravesar las calles, que va mirando para todos lados, menos para donde viene el tráfico, y el otro día por poco lo agarra un Metrobús. También dentro de su casa tiene miedo (Quién sabe qué le hayan dicho en esos correos), y en cuanto llega se sienta en una silla del comedor, bien pegado a la pared, que su esposa, para servir los platos, tiene que andar dando vueltas a la mesa y no tiene tiempo ni de beber en vaso de agua (Ya está flaca y pálida; a ver si no se muere antes que el amenazado).

Yo, que ando mucho en las ventanas de los departamentos, acerté a dormirme un día en la del 37. Me despertaron las carcajadas de los niños, que estaban en la computadora, peleándose por escribir algo. Me acerqué, como quien no quiere la cosa, ¡y me di cuenta de que eran ellos los que escriben esas amenazas! Me quedó sin saber qué hacer, máxime que ya estaban amenazando también a la esposa y a los hijos del señor. Por lo pronto, brinqué al teclado y causé un buen problema en él, que quién sabe quién habrá recibido esta vez las amenazas. Pero sirvió de muy poco, porque me persiguieron hasta ahuyentarme del departamento, y se pusieron otra vez a mandar correos.

Yo me dediqué a caminar de un lado a otro del pasillo, preocupado con la situación. ¿Qué podía yo hacer? La verdad era que nada. Pero en eso llegué a la ventana del 44 y oí que el señor le decía a su esposa:

-Ya me contestó mi amigo el “hacker” (Diccionario, por favor). Y me dio el correo del cual vienen esas amenazas.

-¡Pues contéstales tu igual!

Me acerqué, y vi que el señor ponía “Ya sé quién eres. Acabo de hablar con la huesuda, y me dijo que irá por ti en cuanto yo se lo mande, Y no será por atrás por donde te caiga, sino por donde menos lo esperes”. Y otras cosas por el estilo.

Yo corrí al 37, y vi que estaban recibiendo el correo, y que se quedaban pálidos y renunciaron al correo que estaban escribiendo. Luego se pusieron a hablar, pero en voz muy baja, así que no pude oir nada.. Pero al rato oí a la madre de los niños comentar con una vecina que sus hijos se estaban proveyendo de cuantos palos y piedras encontraban, porque decían que iban  a construir un  castillo dentro de su cuarto. Que a ella no le molestaba, mientras hicieran cosas así, constructivas. Pero yo sabía que no era ese su propósito, que alguna barbaridad estaban tramando.

Y dicho y hecho. Cuando el señor regresó de su trabajo, al día siguiente, iba a subir la escalera para su departamento, pero se detuvo al oir que ya se habían caído tres gordas esa tarde, y enseguida comprendió lo que estaba pasando. Se fue corriendo a la escalera más alejada de su departamento¸ y empezó a subir. Inmediatamente, una piedra cayó a su lado; y entonces vio que había una barricada en lo alto de la escalera y que dos niños armados de palos lo estaban esperando. Entonces entré yo en acción y fui a donde estaban las vecinas reunidas, rasguñé a una de ellas y me eché a correr en dirección a la última escalera. Todas salieron detrás de mí, enfurecidas, y alcanzaron a ver a los niños en plan de ataque. Inmediatamente los desarmaron y les exigieron  explicaciones.

Y así, entre las incoherencias que decían los niños y las que decía el señor del 44, se supo la verdad. La señora del 37 se llevó a sus hijos para darles un castigo ”ejemplar” (Quién sabe qué quiso decir con eso, porque a las seis  de la tarde ya andaban los escuincles corriendo por el patio). Pero las amenazas cesaron, y el señor del 44 volvió a saludar a las viejas quitándose el sombrero,

Sólo yo salí perdiendo, porque la vieja a la que arañé me soltó un patadón cuando salió a por el pan. Se ve que no comprendió mis intenciones.

Te quiere

Cocatú

Te puede interesar:

CARTAS A TORA 376

Comentarios


author avatar
Enrique Delgado Fresán
Traductor, escritor e Ingeniero Químico por la UNAM, con experiencia laboral de más de 40 años en distintas industrias. Como traductor cuenta con una amplia trayectoria. Ha traducido del inglés al español alrededor de 30 obras de teatro de diversos géneros (comedia, drama, musicales), tales como: “El Hombre de La Mancha”, “El Violinista en el Tejado”, “El Reino de la Tierra”, “Sálvese Quien pueda”, “Sabueso” y “Cabaret” entre otras. Cuenta con la Certificación de Perito Traductor del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal, con el No. 43 en la lista de Traductores e Intérpretes en Inglés donde en aproximadamente lleva 10 años haciendo traducciones de diferentes tipos. Ha publicado en revistas como “España”, “Mire”, “Aspectos”, “Istmo” y un libro llamado “Los Beatles. Una historia irrepetible”. Es autor de cinco obras teatrales. Ha escrito guiones televisivos para diversos programas. En 2016, la Sociedad General de Escritores de México le otorgó la presea “Caridad Bravo Adams”. Contacto: [email protected]
LOS ECOS DE LA CASTAÑEDA (Cuarta parte)

LOS ECOS DE LA CASTAÑEDA (Cuarta parte)

¿Quién de nosotros no lleva una prisión dentro de sí mismo? -Franz Kafka

noviembre 27, 2025

Ruta Gastronómica Lomas Verdes y Ciudad Satélite

Me di a la tarea de armar una ruta gastronómica en Lomas Verdes/Ciudad Satélite y recorrer tres establecimientos de dicha zona.  “Tengo...

diciembre 12, 2025




Más de categoría

El viento muerde: una obra donde  emergen la memoria, la tradición, el capital y teorías geopolíticas

Ana Claudia Molinari recomienda comenzar a escribir sobre nuestros conceptos, que nos permite clasificar las ideas y nos marca...

diciembre 18, 2025

Ruta Gastronómica Lomas Verdes y Ciudad Satélite

Me di a la tarea de armar una ruta gastronómica en Lomas Verdes/Ciudad Satélite y recorrer tres establecimientos de...

diciembre 12, 2025

LOS ECOS DE LA CASTAÑEDA. Realidad y Ficción. Adelita Castro, la revolucionaria. (Quinta parte)

Para leer la cuarta parte, haz click aquí.  “La Adelita”, canción inspirada en Adela Velarde, escrita por el compositor...

diciembre 11, 2025

Janet Frame, un “pájaro migratorio” que voló Hacia otro verano

Hacia otro verano es una obra central en la literatura de Janet Frame. Como en el resto de sus...

diciembre 5, 2025