Querida Tora:
Hoy te voy a contar de una de las chavas del 17, que dice que está haciendo muy buen negocio.
Como hacen en nuestro planeta, el carro de la basura pasa una o dos veces por semana a recoger los desperdicios. Entonces los vecinos, en este caso el chavo que está en televisión o su madre, según sea el caso, saca al tambo a la puerta de su vivienda para estar preparado. Y yo empecé a notar que la chava del 17 iba todos los días a buscar en ese tambo. ¿Qué buscaba? Al principio no me fijé, pero luego me entró la curiosidad, ¿y sabes lo que se llevaba? Colillas de cigarro, cajas de cerillos, servilletas de papel usadas (De éstas, separaba las que tenían rastros de lápiz de labios y las desechaba; sólo guardaba las otras), tubos de pomada para los labios, botellas de loción para después de afeitar, navajas de rasurar y otras cosas por el estilo. Todo eso me intrigó, y me dediqué a seguirla.
Acomodado en el marco de su ventana posterior la vi muy afanosa clasificando la mercancía (Porque eso era para ella: mercancía), le ponía precio a todo y los anunciaba en las redes sociales. Y hubieras visto los anuncios: “Pujante actor de telenovelas. Véalo en un papel chiquito en “Pasiones Sin Freno”, pero pronto va a tener un estelar¨”, “En “Delirio de Amor” lo verá interpretando a un muchacho obsesionado con una mujer mayor que él”, “Va a hacer escenas pletóricas de erotismo en “Perjuro”, y te arrepentirás de no haber comprado antes algún souvenir suyo”, “Todo ha sido tocado por sus manos o su boca, y lleva algo de su esencia”, “Cuando sea una estrella internacional, esos souvenirs se venderán treinta veces más caros”, “Aprovecha estos precios, y consigue objetos que han sido tocados por un favorito de la fortuna”, “Contágiate de su buena estrella y progresa en la vida”, “Todos necesitamos un empujoncito en la vida; cómpralo ahora que está barato”.
Y, para mi sorpresa, todo lo vende. Al grado de que ya saca la basura de cualquier tambo, no sólo de la del chavo que está en televisión. Y todos los días recibe cartas de agradecimiento por la suerte que los souvenirs han traído a algunas personas. Ya entrenó a sus hermanas para que le traigan los objetos que va a vender, y así dedicarse de lleno a pensar anuncios para la televisión, que sean atractivos y bonitos. Precisamente ahora tiene un pedido de una empresa, que de regalo de Navidad va a dar a sus empleados esas maravillosas “colillas de la fortuna”.
Es algo que no entiendo, pero todo el mundo quiere estar en contacto con algo que algún favorito de la suerte haya tocado, pues creen que eso los va a favorecer en todas sus empresas. Y pagan lo que sea hasta por un recuerdito insignificante. Con decirte que vendió hasta unos calzones viejos que ya estaban llenos de hoyos…
¿Tú crees que allá en casa suceda lo mismo? Yo nunca había oído de una industria así. Porque es una industria, no un pasatiempo. Yo, la verdad, me molestaría mucho si una hermana mía anduviera acariciando y besando unos calzones viejos de alguien, por muy cantante que fuera. ¿Y tú? ¿Lo has hecho tú alguna vez? Espero que no. Pero ya hablaremos de eso cuando regrese.
Te quiere
Cocatú
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