Querida Tora:
La muchacha del 57 está embarazada, ya muy próxima a dar a luz, y las vecinas le organizaron un “baby shower”. (Esto lo tienes que buscar en un diccionario de inglés, porque en español no existe. Pero así se las gastan aquí). Es una fiesta para desearle un buen parto; y le traen algunos regalos. Y si te dicen: “Va as ser de chupones”, hay que llevar chupones de regalo. Este va a ser de pañales, lo cual es bastante práctico. Yo voy a ir, aunque pertenezca al sexo opuesto, porque va a ser en el 18, y esa señora me trata muy bien y me acaricia mucho.
Te podría interesar:
Vinieron todas, y llegaron temprano. Pero es que la muchacha y su marido llegaron a la vecindad hace unos poco meses; así que la conocen poco, y quieren saber cómo le ha ido en su matrimonio (no sé si es por envidia, o para alegrarse de que a ellas les va mejor). Empezaron a hablar de lo de siempre: los lavaderos, los guaruras, los ninis, hasta que a una, la del 28 (Tan amiga de meterse en las vidas ajenas), le preguntó a la embarazada si tenía muchos antojos. Y ella respondió:
-En realidad, tengo uno solo: Comer pollo. A todas horas, en todas las formas, de día o de noche, quiero pollo.
La del 28 se tapó la cara con las manos y exclamó, horrorizada:
-¡¡No!! Dime que no es cierto.
Todos la miramos, sobrecogidos (Yo, más que todas). La chica hasta palideció, y apenas se atrevió a decir:
-Perdón. ¿Dije algo malo?
Todas las señoras se miraban, sin saber qué pensar ni qué decir. Raro, entre tantas mujeres, ¿no te parece?
La del 28 insistió:
-No me digas que comes pollo estando embarazada.
-Es más ligero que la carne, y más sustancioso que las verduras.
-¿Sabes de qué me enteré el otro día? Que los hijos de las mujeres que comen mucho pollo pueden salir con la cosita… la pirinola… la joya de la familia, muy chiquita.
Todas se la quedaron mirando, sobre todo la próxima parturienta. Y empezaron las preguntas: ¿Cómo lo sabes? ¿Quién te lo dijo? ¿De dónde sacas eso? Todas las preguntas eran lo mismo, pero con diferentes palabras. Y la del 28 contestó a todas al mismo tiempo:
-Lo vi en internet.
-¿Y tú crees que todo lo que ves en internet es cierto? – preguntó la Mocha.
-Claro. Allí está todo.
Y se armó la discusión. Casi todas eran partidarias de que lo que dice internet es verdad, porque ahí estudian sus hijos, y ahí van a hacer sus carreras. Pero la Mocha y otras tres decían que no, que las redes sociales publican muchas mentiras. Y nadie convencía ni se dejaba convencer. Cómo sería la cosa, que el portero subió a ver qué era aquel escándalo.
Se lo contaron. Y cuando le preguntaron su opinión se quedó con la cara en blanco, y por fin dijo:
-Primero quiero oírlas a ustedes.
Se sentó y se sirvió una cuba bien cargada, con la aprobación de la dueña de la casa. Y la discusión se renovó cuando la Mocha dijo:
-No, señor, el pollo no tiene nada que ver con el tamaño del pene.
Y a los cinco minutos ya estaban hablando de testículos y de ovarios. El portero se bebió lo que le quedaba de cuba de un trago, se levantó y las calló a todas.
-¡Me voy! – dijo, muy digno . Nunca me imaginé que en una reunión de señoras oiría yo las palabrotas que estoy oyendo. ¿Es que han perdido el decoro? Las mujeres son para hablar de flores y de comida; y, si acaso, del chocolatito de los hombres, Pero hablar del pene…
-Así se llama – afirmo la Mocha – Abra un libro de biología, y…
-No tengo yo por qué abrir un libro de esas cosas. Abra usted uno de educación, y a ver qué le dice respecto a eso.
-La mala educación puede estar en el que habla, pero también en el que escucha.
-No me venga con esas teorías modernas, que no sirven para nada. No quiero volver a oir esas palabras en mi vecindad.
-La vecindad no es suya. Es de todos. O todas.
Empezó a correr un rumor aprobatorio de las palabras de la Mocha. El portero abrió la boca para contestar pero, al ver las miradas que todas le lanzaban, prefirió dar media vuelta y salir de la vivienda. Cuando aún no se alcanzaba a cerrar la puerta oyó que alguien (Probablemente la del 37) decía:
-Le hubieras preguntado cómo le dice la Flor.
Se revolvió furioso, y gritó:
-¡El toque de queda es a las nueve de la noche! La que no esté a esas horas en su vivienda, que se atenga a las consecuencias.
Y se fue definitivamente.
La concurrencia permaneció silenciosa unos segundos, hasta que la Mocha preguntó:
-¿Y qué más decía el internet?
-Contaba el caso -contestó la del 28 – de una mujer que no comió más que pollo durante el embarazo. Y su hijo, a los 15 años, tenía un pene de 2 centímetros de largo. No podía ir a una alberca, porque en el traje de baño se dibujaba su problema. Para no mojarse, tenía que orinar sentado.
Un quejido general recibió sus palabras.
-Estaban pensando en injertarle una manguerita para disimular un poco. Pero no podría jugar futbol ni ningún otro deporte, porque a la hora de bañarse, en los vestidores…
-Y a lo mejor, o a lo peor, se le cae en la calle – intervino la del 43.
Total, que le metieron el miedo en el cuerpo a la embarazada, y de ese día en adelante no volvió a comer pollo. Ni caldo, siquiera. Pero no te preocupes: el bebé nació completamente normal, y la del 28 quedó como una mentirosa. También las redes sociales, pero menos.
El portero evita saludar a las señoras. ¿Temerá que le digan alguna majadería? Ellas están muy contentas.
Te quiere
Cocatú
Nobel de Medicina para el descubrimiento de los microARN, las moléculas que controlan nuestros genes
Dos científicos , Victor Ambros (UMass Chan Medical School en EE. UU.) y Gary Ruvkun (Harvard Medical School en EE. UU.), han ganado el Premio...
octubre 8, 2024CARTAS A TORA 365
Cocatú es un extraterrestre que llega a una vecindad. Toma la forma de un gato y le escribe cartas...
octubre 4, 2024Vicente Huidobro: el poeta de la creación
Huidobro nos provoca a explorar y a explotar el sentimiento contenido a través del verso.
octubre 3, 2024Hacia un mayor entendimiento
Las enfermedades neurodegenerativas, cada vez más frecuentes en nuestro medio, demandan aprender sobre ellas. Hacerlo a través de...
octubre 1, 2024