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LA DESAPARICIÓN de los INSECTOS

3 de mayo, 2021

¿A quién le importan los insectos? Te sugiero leas este artículo, ya que tu vida se alteraría drásticamente si no ponemos la debida atención. Los insectos son criaturas muy antiguas. Son el reino más abundante y están representados por miles de especies con una diversidad infinita. Literalmente ocupan todos los sitios del planeta: el aire, el agua y el suelo. Tienen un potencial increíble de vida gracias a que presentan un desarrollo cíclico dividido en varias etapas y siempre producen grandes cantidades de huevecillos, lo cual genera poblaciones exorbitantes.

Dada su presencia en todos los hábitats, los insectos son un elemento importantísimo, ya que son base en la cadena alimenticia, es decir, sirven de alimento a otros insectos, a microorganismos, a pájaros, pequeños mamíferos, peces y muy recientemente al hombre que los está incorporando a su menú. De tal manera que una merma en la abundancia de sus poblaciones significaría una hambruna forzada para muchas especies, que de no encontrar otro alimento pronto; simplemente se morirían de hambre. Si multiplicamos esta relación en todos los insectívoros que existen, estaríamos contemplando una gran catástrofe alimenticia en todos los que se alimentan de ellos. Sería una gran desgracia que se manifestaría en grandes pérdidas económicas y desajustes de todo tipo en las actividades sociales.¹

Empecemos por valorar que el 35% de los cultivos vegetales que nos sirven de alimento y el 75% de las flores son polinizados por los insectos. En años pasados la producción de miel disminuyó drásticamente porque las abejas fueron víctimas de ataques virales y cambios drásticos en la temperatura, ocasionando que los precios se fueran por las nubes.

En la cuestión agrícola, existe una serie de tareas que son realizadas por diferentes tipos de insectos, hay unos que degradan muchos desperdicios orgánicos desagradables, existen otros que los transforman en moléculas y fertilizantes útiles a las plantas, y por último, los que escarban y horadan las capas externas del suelo agrícola, mejorando la circulación de nutrientes y los flujos del agua, activando la textura del suelo que se reflejara en una mayor productividad. Son acciones que nosotros no vemos ni nos enteramos, pero los suelos agrícolas deben gran parte de su rendimiento a la actividad de los insectos, que es gratuita. Obviamente, agricultura implica y significa costos y economía y esto se vería tremendamente afectado si se realizara con maquinaria o con mano de obra.

Los entomólogos que estudian estos problemas miden las poblaciones de los insectos en función de la biomasa, que realmente es una estimación aproximada, porque los insectos carecen de volumen ya que carecen de un sistema musculoesquelético bien desarrollado. Los especialistas han encontrado que existen diferentes factores que los afectan, siendo la humedad el más representativo. Ellos presentan un gran caparazón que les cubre gran parte del cuerpo y que les protege; sin embargo, tienen gran dificultad para controlar la pérdida de la humedad, por lo que siempre deben estar cerca del agua o una fuente de rocío.²

Otros factores inconvenientes o nocivos suelen ser la temperatura ambiental, las poblaciones de insectívoros que tienen que enfrentar, la existencia de nichos ambientales a su disposición, la competencia entre las mismas especies por los alimentos, la contaminación con productos químicos (fertilizantes, insecticidas, herbicidas, otros químicos irritantes), la deforestación, la urbanización, etc.

Existen diversos tipos de susceptibilidades; sin embargo, uno que sobresale es el hombre mismo. Las colonias o los lugares con grandes poblaciones siempre se encuentran alejados del hombre, si acaso merodean los campamentos es para conseguir alimentos o algún otro elemento útil para su desarrollo. La gran mayoría de insectos prefieren climas templados a calientes, eso tal vez influya a que la mayoría de países europeos y los Estados Unidos y Canadá construyan sitios protectores para resguardar a los insectos durante las temporadas invernales; no tanto porque sean caritativos sino por el enorme ahorro que les representan.

Una de las novedades recientes en nutrición es el consumo de los insectos como fuente de proteína. Esto es un hábito curioso, tal vez cultural porque muchos pueblos de Oriente, África y Mesoamérica, ya los habían consumido desde tiempos inmemoriales. Ahora, nuevamente en consideración a los factores económicos, algunos cultivadores norteamericanos y europeos se han dedicado al cultivo y la producción de chapulines como fuentes de proteína y los han comercializado con gran éxito.

Algunos empresarios de pequeñas compañías norteamericanas han calculado que medio kilo de chapulines requiere de tan solo 4 litros de agua para su crecimiento; mientras que el equivalente a medio kilo de carne de res requeriría 8000 litros de agua en su producción, de tal manera que el ahorro salta a la vista por sí solo. Otras atractivas ventajas son: un exiguo capital para establecer el negocio, básicamente un local especioso y limpio, buena alimentación, luz y agua. El análisis químico demuestra un contenido aceptable de hierro, vitamina B12, ácidos grasos Omega 3 y otros nutrientes esenciales. Es un negocio que se está expandiendo principalmente en los países con inviernos largos.³

Los insectos son criaturas que tienen millones de años de antigüedad. Hoy en día son las especies más abundantes y diversificadas en el planeta; han estado a prueba de todo. Deja que la naturaleza siga su curso, no uses insecticidas fuera de tu casa a menos que sea muy necesario, no destruyas malezas o construcciones o hábitats donde veas o sepas que hay colonias de insectos.

Recuerda que tu presencia se debe a un equilibrio con la naturaleza, no lo alteres si no hay ninguna necesidad.

REFERENCIAS:

Douglas Main. Why Insect populations are plummeting – and why it matters. National Geographic Magazine. February 14, 2019.
Damian Carrington. Insect populations suffering death by 1000 cuts, say scientists. The Guardian. January 11, 2021
Amanda Eggert. Cowboy Crickets. Montana State University Magazine. February 2021.

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