Las tormentas también son parte de la vida

En la vida experimentamos diversos climas y estaciones durante el año; a veces hace frío, otras, calor; en un tiempo llega la lluvia y en otro el viento sopla fuerte. Suena normal, ¿verdad? La pregunta es: ¿por qué a veces queremos que en nuestra vida siempre sucedan cosas buenas? Claro, es el deseo de todos, que todo marche sobre ruedas.

Pero, así como experimentamos frío y calor, también habrá momentos dulces y otros amargos, y aunque todo es percepción, la vida es así, lo normal es que haya momentos en los que sintamos mucha felicidad y otros en los que llegue la adversidad. 

Pérdida de trabajo, muerte de un ser amado, ruptura de relación amorosa, enfermedad, etc. Esto que siempre rechazamos también es parte de la vida, es el otro extremo y es normal. 

Es en la adversidad donde hay que aprender a seguir fluyendo, ¿cómo?, considerando que todo pasa, la peor de las tormentas queda atrás. Sólo permanece quieto y observa, siente como la lluvia cae sobre tu rostro, cómo el viento hace volar tu cabello, cómo el frío cala tu piel. Una vez que sentiste esto con intensidad, sólo espera a que el sol caliente de nuevo todo tu cuerpo. 

En esta vida nada permanece, todo cambia, todo se transforma, todo gira, todo pasa. 

La próxima vez que llegue una tormenta a tu vida saca tus botas de lluvia y tu gabardina, y aprende a disfrutarla mientras eres consciente de que terminará en un tiempo, puede ser corto o largo, pero terminará. Permítete hacer todo lo que puedas bajo ese clima teniendo la certeza de que el sol siempre, siempre, se asoma nuevamente para iluminarnos el rostro y brindarnos su intenso calorcito. 

Gracias por leerme, ¡hasta la próxima! 

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