Las pequeñas cosas: melocotón

¡Año Nuevo, día primero, primer día de la semana, inicio de mes, vida nueva! Aunque suene a cliché o a eslogan chafa publicitario, lo cierto es que hoy empieza una nueva etapa que podemos o no celebrar, resaltar, hacer especial porque lo cierto es que se terminó una etapa e inicia una diferente con renovadas intenciones, propósitos, deseos o como se les quiera llamar. ¿A qué sabe el año nuevo? ¿Cuál es su aroma? ¿Qué sensaciones lo caracterizan? ¿Hay esperanza o temor? ¿Se tienen proyectos nuevos o se continúa con los que ya se tienen? ¿Qué se quiere lograr? ¿Cuál es el plan a seguir?

Inicia un año de incertidumbre porque en México es un año electoral (sinónimo de cambio) y si no hemos tenido ya suficiente con la propaganda pre electoral, esperemos lo peor en los próximos días, semanas y meses porque el bombardeo partidista se encuentra a todo lo que da y en verdad os digo que esto se pondrá peor porque además no hay mucho de dónde elegir cuando lo único que se ve es una lucha sin tregua por el poder carente de propósito y propuesta, no basta escuchar el qué pues todos prometen tener una varita mágica para convertir al país en súper potencia mundial; sin embargo, el cómo es lo que pocos se atreven a presentar como parte de un plan estratégico para gobernar y ganar votos reales, honestos, francos y motivar al voto a todos aquéllos que decepcionados de la política mexicana han elegido la abstención. Interesante asunto ¿No? Pero como lo mío no es la política se trata de una percepción particular como ciudadana de a pie lo cual siempre aclaro para evitar confusiones y/o conflictos innecesarios.

Hablar del año viejo ya es obsoleto, se trata de un tiempo pasado que trajo sus altibajos, sus experiencias, sus anécdotas, sus aprendizajes, sus pérdidas y sus ganancias y lo que resta es aprender de lo vivido para no repetir errores en el presente o para reforzar todo aquello que nos ayuda a ser mejores personas en todos los sentidos. ¿Cuál es entonces el siguiente nivel o paso a seguir? 

Este año, nos sorprenderá en la industria del diseño gráfico, moda, interiorismo y multimedia “un tono melocotón suave y aterciopelado cuyo espíritu omnipresente enriquece la mente, el cuerpo y el alma” (Fuente: Pantone México) se trata del peach fuzz (se traduce como melocotón) el color pantone del año que llega para reforzar el deseo innato de cercanía, conexión y motivar a la empatía que tanta falta nos hace en este tiempo, además de tratarse de un color “luminoso y sutil” que nos impulse a visualizar el futuro e ir en busca de lo mejor tanto en lo personal como en lo comunitario. Ya he escrito respecto a la importancia del color en lo cotidiano de la vida desde su enfoque psicológico y por supuesto, su relación directa con el marketing no sólo de productos sino de experiencias, así como su impacto en el estado de ánimo. Integremos el peach fuzz a nuestra vida, juguemos con él y veamos el resultado de su influencia.

Las pequeñas cosas: esta idea surgió hace ya casi seis años como “un espacio para respirar hondo, tomar aire fresco y mirar desde el corazón para al menos, enfrentar con una mejor actitud los grandes retos del día…” y durante este tiempo formaron parte integral del texto; sin embargo, este año he decidido hacer un ligero cambio y separarlas para que vayan tomando mayor relevancia porque “Tenemos que hacer las pequeñas cosas inolvidables” (Steve Jobs / Empresario estadounidense / 1955-2011)

Para cerrar, les comparto un fragmento del poema “Año Nuevo” de Gloria Fuertes (1917-1998), poeta epañola:

“A primeros de enero de un año cualquiera, con amores y nombres seleccionados, con los huesos maduros a mitad de mi vida me PROMETO solemne no sufrir demasiado. Si me pegan, que peguen, si me aciertan, me han dado, y si pierdo en la Rifa, será porque he jugado… PROMETO no volver a ahogaros en mi llanto, no volver a sufrir, sin un motivo muy justificado.”