Nuestras palabras y la forma de decir las cosas, pueden llevarnos a entablar y fortalecer lazos profundos entre las personas con las que tenemos contacto o, al contrario, destruir relaciones de cualquier tipo, o hasta naciones completas.
Cuántas veces hemos dicho cosas de las cuales nos arrepentimos pues las dijimos en el calor de las discusiones, al dejarnos llevar por el enojo, por emociones que no podemos controlar en ese momento y nuestra reacción es inmediata e inconsciente.
O simplemente estamos tan acostumbrados a decir o pedir las cosas de una forma nada amigable que las otras personas se sienten agredidas al escucharnos o al ver nuestra expresión de disgusto, enojo, impaciencia, nerviosismo, prepotencia o cualquier otra emoción por la cual nos dejamos llevar en su momento.
La Comunicación No Violenta (CNV) es un proceso de comunicación mundialmente reconocido, creado por el psicólogo estadounidense Marshall B. Rosenberg. Está basada en las habilidades de lenguaje y comunicación que nos fortalecen como seres humanos, llevándonos a conectarnos a nosotros mismos y a los otros a través de un proceso de expresar emociones y necesidades sin juicios y críticas en situaciones de enfrentamiento. Su principal objetivo es ayudar a las personas a transformar antiguos patrones de agresividad y defensa, en compasión y empatía en cualquier tipo de relación. (ROSENBERG, 2006).
Según el propio Marshall, la CNV no presenta nada inédito, pues se basa en técnicas conocidas por la humanidad desde hace mucho tiempo como los conocimientos espirituales del budismo, en el modelo de paz propuesto por Gandhi para transformar la impotencia en la acción pacífica y eficiente, en la Psicología Centrada en la Persona de Carl Rogers, en los movimientos por los derechos civiles de los años 1950 y 1960 en Estados Unidos, además de otras fuentes de investigación a las cuales dedicó 40 años de trabajo. Marsall parte del principio de que la CNV nos ayuda de forma sistematizada a reformular cómo debemos expresarnos y relacionarnos unos con otros.
Según Marsall, la CNV “comienza por asumir que somos todos compasivos por naturaleza, y que las estrategias violentas físicas y verbales son aprendidas, enseñadas y apoyadas por la cultura dominante”. (ROSENBERG, 2006).
Es decir, tendemos a comportarnos de forma violenta cuando el ambiente estimula la competitividad, la dominación y la agresividad durante la infancia y la adolescencia, cuyo periodo es crucial para la formación de la personalidad.
Por el contrario, en ambientes acogedores y cooperativos, tendemos a responder con compasión y generosidad. La práctica de la CNV promueve relaciones más saludables en el ámbito familiar, profesional y social, a través de la escucha empática y activa, alterando la forma como nos comunicamos.
Los principios de la Comunicación no Violenta:
–Consciencia: Habilidad de conectarse con los sentimientos y necesidades antes de actuar.
–Presencia: Estar conscientemente presente en el aquí y ahora.
–Elección: Cómo se quiere actuar y relacionarse con los otros.
–Empatía: Colocarse en el lugar del otro.
–Autoempatía: Habilidad de identificar nuestros propios sentimientos y habilidades.
–Autocuidado: Cuidar de uno mismo antes de querer cuidar a otros.
–Disponibilidad: El tiempo y la energía que tenemos para ofrecer a los otros.
–Respeto: A todas las personas sin excepción.
–Intención: El deseo o necesidad real que motiva nuestro comportamiento.
–Responsabilidad: Por los propios sentimientos y el estímulo que ofrecemos a otros.
–Asertividad: La habilidad de hablar y actuar con objetividad, sin críticas y juicios.
–Compasión: Acoger los sentimientos por detrás del comportamiento.
Te invito a practicar la Comunicación No Violenta en todo momento y en todos los ámbitos de tu vida…
Preguntémonos:
¿Qué está sucediendo con mis relaciones hoy?
¿Cuál ha sido mi patrón de comunicación?
¿Quiero cambiar algo en este patrón? ¿por qué?
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
Material del Posgrado de Mindfulness e Terapias Integrativas. Child Behavior Institute of Miami, 2022
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