LA BELLEZA COMO ESPACIO Y CONSTRUCCION PEDAGÓGICA: El arte de educar construyendo

Los seres humanos han sido siempre constructores de entornos y objetos para habitar el mundo y para hacerlo más habitable. La arquitectura –ese artefacto cultural de primer orden en todas las sociedades– posibilita los ámbitos del ser...

30 de noviembre, 2020

Los seres humanos han sido siempre constructores de entornos y objetos para habitar el mundo y para hacerlo más habitable. La arquitectura –ese artefacto cultural de primer orden en todas las sociedades– posibilita los ámbitos del ser humano: la morada, el trabajo, el juego, el aprendizaje y la enseñanza (Romañá B. 2004). La arquitectura construye para habitar un espacio, pero no como un mero mecanismo adaptativo a las condiciones de la naturaleza, sino algo más: propone formas de habitar humanamente en ella y frente a ella (Romañá B. 2004).

Estas formas de habitar implican espacios de convivencia y de socialización que movilizan recursos cognitivos, afectivos, culturales, sociales, psicológicos donde las relaciones construyen (o no) al ser humano. El espacio material arquitectónico construye espacios para desarrollar la vida, es el arte, dice José María Toro, de construir espacios cargados de sentido y edificaciones con significado, construcciones que aúnan utilidad, economía y belleza (Toro, s/f). Transformar los espacios en contenidos, en construcciones de ambientes de aprendizaje, de la manera que la enseñanza se transforma en construcción de nuevas realidades, en construcción de conocimientos que acercan al ser humano a su humanización, a su crecimiento personal y comunitario que implica la transformación de su realidad. Es el espacio que se convierte, construyéndose, en un ambiente de aprendizaje.

El espacio material arquitectónico debe ser construido para “dignificar y embellecer el mundo” (Toro, s/f), la educación que construye espacios significativos, o aprendizajes significativos, nace de la belleza percibida y sentido del lugar que se habita o asiste (aula, salón de clase) como una de las principales motivaciones desde donde nace la curiosidad y la pregunta critica, destape de cualquier Pedagogía humana. La belleza como espacio y construcción pedagógica que desarrolla la confianza, la comodidad, la armonía, el orden, permite la comunicación, el diálogo, la convivencia, la interrelación, el conocimiento, el bien común. Menciona José María Toro que la belleza es una necesidad epistemológica; es la manera que tiene la vida de conmover nuestros sentidos, alcanzar nuestro corazón y acercarnos a ella; el alma nace en la belleza, se alimenta de ella y la necesita para subsistir, haciendo de cada construcción una ventana por la que el alma se asoma al mundo (Toro,s/f). 

Se educa con una pedagogía del disfrute, del asombro, del espacio sentido, no de la competencia. Como indica Byung Chul Han considerado a Kant “la contemplación de lo Bello “agrada” al sujeto porque estimula “el concierto armónico de las facultades cognoscitivas” (UnComa, 2018), donde hay una pedagogía indiscutible en la materialidad del espacio (Freire,1997), se da el encuentro y construcción del ser con su espacio habitable, con la naturaleza, con su naturaleza.

La pedagogía comprensivo edificadora, como un modelo alternativo (pedagogía de la alteridad) promueve la formación integral de sujetos que pueden actuar y vivir con dignidad, con valores éticos y actitud estética, la cual precisa que sean capaces de aplicar el conocimiento en diversos contextos, pero con sentido social y humano (Arboleda J., 2014). De este modo, indica Julio César Arboleda, las instituciones sociales, ahí la escuela, la familia, las iglesias, entre otras, han de avanzar acciones y proyectos auténticamente humanizadoras; las instituciones educativas en particular han de procurar que los desempeños cognitivos, operativos y actitudinales de los sujetos educables, confluyan en proyectos edificadores (y no utilitaristas); representan entes que deben asumir de modo genuino el sentido de formar como ejercer una acción edificadora sobre el individuo, es decir, sobre otro que debe ser acogido.

En otro contexto, reflexionando, quizá en el real, existe también la pedagogía hostil con una línea que se une a la pedagogía de la crueldad (Rita Segato) y los no lugares (Marc Augé), estos dos últimos de origen antropológico, que reflejan el contexto en donde el ser humano se desarrolla, o debería desarrollarse en armonía con el ambiente que lo humaniza y no lo segmenta y excluye. 

La pedagogía hostil, como la Arquitectura hostil, es excluyente y desagradable, de forma más específica se refiere al diseño urbano defensivo y se usa para controlar las actividades humanas en espacios públicos. De acuerdo a Cara Chellew este tipo de arquitectura es un componente de la filosofía de diseño CPTED: prevención de la delincuencia mediante el urbanismo, y se vuelve un modelo limitante para la mayoría de las personas. ¿Es este tipo de diseño ético? (Cara Chellew/Defensive TO).  Es un modelo limitante, creado controlar y prevenir…la pedagogía hostil ¿a quién quiere limitar/controlar?, ¿a quién previene de qué? 

Según Giménez, la hostilidad se refiere también al sector dominante que no pretende incluir al sector subordinado en la vida cotidiana, su interés es excluir (Giménez, 2000 citado por Pincheira, 2019). Así, la pedagogía cuando excluye –personas por grupo social, por etnia, por físico o discapacidad, por consigna, por capacidad, por apatía e indiferencia– no se puede referir a pedagogía y menos a educar como acto de praxis y práctica en el proceso de enseñar-aprender. En ese tenor, la pedagogía se vuelve desagradable en el espacio donde construye el aprendizaje cuando éste no está representado por y para lo humano: un aula, salón o escuela que es llenado con las butacas/alumnos donde representan un número en filas inamovibles; cuatro paredes decoradas con trabajos sin creatividad realizados por coacción o por puntos extras para salvar la calificación; un espacio pequeño sin pasillos para moverse o transitar; un espacio donde reciben personas/entes para trabajar toda la jornada escolar bajo amenaza a ser reportado de holgazán; espacio con pláticas clandestina, movimientos secretos, acordeones para memorizar datos que no tienen sentido;  un espacio en el que se ansía salir de él. En suma, espacios que limitan el desarrollo humano, para prevenir que la gente que piense, que sea critica, humana, que entienda el valor de la comunicación, el diálogo, la convivencia, la interrelación, el conocimiento, el bien común. La consigna: controlar en el espacio pedagógico.

Ahora, en que las escuelas como espacio  físico están vacías de alumnos y se han hecho virtuales, siguen siendo excluyente, incluso más, limitantes y hostiles. Espacios sin construcción pedagógica dirigida por un sistema impuesto. La pedagogía humana regresó a los hogares, la del encuentro y construcción. La belleza como espacio y construcción pedagógico se asume dentro de las relaciones más humanas y amorosas: la familia…esperando que así debería ser

 

Referencias:

Arboleda J.C. (2014) El enfoque comprensivo edificador. Red Iberoamericana de Pedagogía, Barranquilla, Colombia, 21 y 22 de agosto del 2014

Chellew, C. (2016) Design paranoia. Ontario Planning Journal 31

Freire P. (1997) Pedagogía de la autonomía. México, primera edición, Siglo veintiuno editores

Pincheira, L.R. (2019) Conviencia, coexistencia y hostilidad en contextos escolares con diversidad cultural de estudiantes   Gimenez C. (1997) Concepto sobre migraciones, racismo e interculturalidad, Madrid, edit. La cueva del oso

Romañá B.T. (2004) Revista española de Pedagogía, año LXII, n. 228, mayo-agosto.

Toro J.M. Blog: Con Co-razon. www.edesclee.com/index.php/manofacturers,567. Jmtoroa.blogspot.com

UnaComa, Universidad Nacional de Comahue (2018) Reseña de la Salvación de lo Bello. Recuperado de: //revele.uncoma.edu.ar/htdoc/revele/index.php/filosofía/index

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