A raíz del confinamiento que vivimos, como consecuencia de la pandemia, mucho se ha hablado ya de la necesidad de cuidar la salud física y emocional. En este sentido, la mayoría de las recomendaciones se enfocan en la importancia de la activación física frecuente (levantarse del escritorio y alejarse de la computadora por algunos minutos cada hora, por ejemplo) y la ejercitación diaria. Sin embargo, además de cuidar huesos, músculos y articulaciones, hay otros aspectos de importancia que no solo hemos relegado a un segundo plano, sino que hoy han tomado un lugar preponderante debido al uso de los dispositivos electrónicos.
Los datos cambian a raíz de la pandemia…
Según datos estadísticos recientes, un adulto que labora actualmente en home office pasa un promedio de nueve a 12 horas frente a la computadora (contra las 5 que reportaba la OCDE en 2019) y, en muchos casos, igual cantidad de tiempo utilizando audífonos. En lo que se refiere a niños y jóvenes, que tienen la oportunidad de mantener su educación de manera regular en clases en línea (sumando el tiempo de esparcimiento viendo TV, jugando videojuegos o en redes sociales), el caso se agrava, ya que se registran aproximadamente 8 horas para los niños y entre 10 y 11 en adolescentes y jóvenes.
Las consecuencias
Por desgracia, más grave que las propias afectaciones derivadas de esto, el mayor problema es que las mismas son casi ignoradas por la mayoría de nosotros. Entre ellas destacan:
- VISUALES:
- Resequedad, irritación e inflamación ocular.
- Visión borrosa.
- Tensión ocular.
- Daño al retinol (molécula de la retina).
- Dolores de cabeza y/o migrañas.
- Perturbación de los ciclos naturales del cortisol.
- Trastornos del sueño.
- AUDITIVAS:
- Acúfenos o tinnitus (oír zumbidos o sonidos extraños sin que haya un origen aparente o una fuente externa que los provoque.
- Hiperacusia o algiacusia (mayor sensibilidad a los sonidos ambientales).
- Fatiga auditiva (disminución temporal de la audición).
- Dolores de cabeza y/o migrañas.
- Cefaleas, vértigos, insomnio, irritabilidad y disminución de la atención o la memoria.
- DERMATOLÓGICAS:
- Aumento de niveles de radicales libres.
- Hiperpigmentación (melasma, manchas diversas).
- Aumento de signos de la edad (arrugas y otros).
La solución
Por fortuna y a pesar de lo inquietante que pueda sonar lo anterior, hay muchas “cosas simples” que podemos hacer y que debemos convertir en parte de nuestra rutina de cuidado diario. Por ejemplo:
Ayúdate que yo te ayudaré…
El cuidado de la salud, en todos los aspectos, se ha convertido hoy en muestra mayor responsabilidad. Por ello, volvernos conscientes de lo que necesitamos hacer, establecer planes de acción para nuestra propia persona y para los que dependen de nosotros y ponerlos en marcha de manera inmediata y disciplinada. Esa es la única manera de garantizar que saldremos “enteros” de esta contingencia.

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