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Blanco y Negro

“Los cien años de Macondo sueñan, sueñan en el aire y los años de Gabriel trompetas, Trompetas lo anuncian…” – Macondo / Oscar Chávez

24 de febrero, 2025

Elizabeth Cruz Ramírez

El horno no está para bollos, como se dice coloquialmente cuando una situación se torna delicada o riesgosa como la que ocurre actualmente a nivel mundial con las acciones que ha realizado el ahora presidente de los Estados Unidos y cuyo análisis para comentar, detallar y desmenuzar ante la opinión pública dejo a los especialista en la materia; los análisis preliminares auguran sufrimiento para México tal como lo ha demostrado la historia, los radicales se han dedicado a difundir odio y discriminación para todo lo que huela, sepa y se parezca a lo gringo, pero ignoran que esa actitud no suma sino resta, además de ser infantil como si se tratara de un juego de canicas entre niños.

Mi memoria me trae recuerdos de la clase de geografía en mi época preparatoriana (es decir, en el siglo pasado) cuando el profesor iniciaba su cátedra con las conocidas frases de: “Cuando Estados Unidos se resfría a México le da gripa” o “Pobre México, tan cerca de Estados Unidos y tan lejos de Dios”. Me refiero a una distancia de casi tres décadas en las que se vivía además, la gran crisis económica del noventa y cuatro; algunos años después, en un contexto de eruditos en temas financieros y económicos que formaban parte del cuerpo colegiado de la asociación que alberga a todos los contadores públicos y especialistas en México, les escuché decir en repetidas ocasiones que el país estaba en crisis, que se enfrentaba a una caída en picada inminente, fue la época del segundo periodo de los panistas al frente del gobierno. Y todavía unos años después, en tiempos de la última oportunidad al partido oficialista durante décadas enteras; es decir, priísta y en un entorno de organismo público autónomo, escuché los peores augurios para nuestro país.

Como siempre digo, aquí no se utilizan datos ni se discute los aciertos o errores de la esfera política que dirige a las naciones, porque aquí se da cuenta de lo que ocurre a ras de piso, en la calle, entre los ciudadanos de a pie. Ahí donde no alcanza para comprar los insumos necesarios para una semana completa porque se vive “al día”, ahí donde se llega tarde al trabajo un día sí y al otro también por las manifestaciones, las fallas del transporte colectivo, los bloqueos de carreteras, etc. ¿A quién le preocupa verdaderamente si el ciudadano promedio tiene empleo o el ingreso necesario para alimentar a su familia o si es feliz?

Sin embargo, no todo en el escenario se trata de blanco o negro, existen matices y como dije, la historia humana es cíclica, aunque parece que seguimos sin aprender. Si hoy nos encontramos ante un escenario de guerra en el otro lado del mundo, con dirigentes políticos radicales, mentirosos, ególatras y discriminadores, con altos índices de violencia e inseguridad, con carestía de productos, con mala calidad en los servicios y peleando por tener la razón es que, aquí nos tocó vivir y que la reflexión no está tanto en lo que hacen los gobernantes sino en lo que estamos haciendo al respecto o, será que es más fácil sólo quejarse y exigir que los gobernantes resuelvan todos nuestros males ¡Nos leemos a la próxima!