Una sana costumbre que puede convertirse en uno de tus buenos hábitos es estar alegre por lo que has vivido y demostrar sin regateos esa alegría a quienes te acompañan en este viaje que se llama vida y que renueva el ” plan de vuelo” cada 24 horas.
Te podría interesar:
Mantén siempre a la mano y actualizado tu portafolio de nuevos propósitos ya que éste te ayudará a medir cuánto de ti has dedicado a vivir mejor haciendo uso de los recursos que te ha dado la vida.
Si te mantienes alegre por lo que has vivido renuevas y mantienes viva la esperanza de que MAÑANA SERÁ OTRO DÍA.
Te podría interesar:
Te podría interesar:
Las pequeñas cosas: amor, amor, amor (ruizhealytimes.com) Sin embargo, pareciera que la normalidad que enfrentamos carece de sentido común y que en el intento de recuperar la vida que se perdió hace tres años, es posible arriesgarlo todo incluida la moralidad. Existe un extraño (o tal vez no tanto) comportamiento de rapiña en los centros de trabajo, en los negocios, en las tiendas comerciales, en la calle, en el transporte público: todos quieren llevar agua para su cantarito sin importar el precio. He escuchado de personal que roba descaradamente a sus jefes, he visto personas pelear casi hasta los golpes por un asiento, por un espacio, por pasar primero; la intolerancia parece servirse a diario en plato frío. El día a día ocurre entre la indiferencia, el hartazgo, la decadencia, la hacinación colectiva, el desempleo, la carencia en sus múltiples formas y el desbordamiento en la realidad virtual mediante el uso excesivo e indiscriminado de las redes sociales. Los jóvenes, promesas del futuro, diluyen sus años mozos a ritmo de reggaetón adorando falsos ídolos y volviéndose adictos a las sustancias que día con día son más fáciles de conseguir porque lo de moda es vapear o perrear sin distinción de clases sociales, edad o género. La guerra sucia del poder, la lucha al interior de sindicatos (como ocurre en el Sistema de Transporte Colectivo Metro) parece luchar contra todo intento de esperanza y de un país mejor porque a la clase política sólo le interesan los ciudadanos traducidos en votos en las urnas el día de las elecciones. Por todo lo anterior, es un momento en el que se hace indispensable voltear la mirada a #laspequeñascosas y que sean ellas las que nos conduzcan por el camino de vuelta al sentido humano que tanta falta nos hace y revalorar la permanencia en el aquí y el ahora, como lo que escribió Albert Camus: “También, como él, pensaba que este mundo sin amor es un mundo muerto y que llega un momento en que se cansa uno de la prisión, del trabajo y del valor, y no exige más que el rostro de un ser y el hechizo de la ternura en el corazón” (La Peste). A manera de colofón: el próximo miércoles se conmemora el #8M (Día Internacional de la Mujer), día de activismo, protesta y marcha en contra de la violencia de género, la desigualdad y la impunidad que existe en México, en donde ocurren al menos 10 feminicidios cada día. No me considero activista ni tengo formación política y a pesar de ser comunicóloga o precisamente a causa de ello, soy escéptica en muchos sentidos, así que a propósito de este día sólo diré que “mujeres somos y en el camino andamos” además de citar a Antonieta Rivas Mercado: “Salta a la vista que la pasividad femenina sirve de zoclo a la licencia masculina. Las mujeres mexicanas, en su relación con los hombres, son esclavas. Casi siempre consideradas como cosa y, lo que es peor, aceptando ellas serlo. Sin vida propia, dependiendo del hombre, le siguen en la vida, no como compañeras, sino sujetas a su voluntad y venidas a su capricho. Incapaces de erigirse en entidades conscientes, toleran cuanto del hombre venga.” (Obras completas de Antonieta Rivas Mercado. Luis Mario Schneider. Lecturas Mexicanas)Te podría interesar:
Las pequeñas cosas: costumbres (ruizhealytimes.com)" ["post_title"]=> string(34) "Las pequeñas cosas: aquí y ahora" ["post_excerpt"]=> string(151) "“Dame la perseverancia de las olas del mar, que hacen de cada retroceso un punto de partida para un nuevo avance”. -Gabriela Mistral (1889 - 1957)." ["post_status"]=> string(7) "publish" ["comment_status"]=> string(6) "closed" ["ping_status"]=> string(6) "closed" ["post_password"]=> string(0) "" ["post_name"]=> string(31) "las-pequenas-cosas-aqui-y-ahora" ["to_ping"]=> string(0) "" ["pinged"]=> string(0) "" ["post_modified"]=> string(19) "2023-03-06 12:00:48" ["post_modified_gmt"]=> string(19) "2023-03-06 17:00:48" ["post_content_filtered"]=> string(0) "" ["post_parent"]=> int(0) ["guid"]=> string(35) "https://ruizhealytimes.com/?p=89728" ["menu_order"]=> int(0) ["post_type"]=> string(4) "post" ["post_mime_type"]=> string(0) "" ["comment_count"]=> string(1) "0" ["filter"]=> string(3) "raw" } [1]=> object(WP_Post)#18493 (24) { ["ID"]=> int(90162) ["post_author"]=> string(1) "5" ["post_date"]=> string(19) "2023-03-14 10:39:50" ["post_date_gmt"]=> string(19) "2023-03-14 15:39:50" ["post_content"]=> string(5577) "La mente que disfruta de recordar fechas y datos nos recuerda que hace tres años fue declarada la pandemia por COVID-19 y sus efectos no dejan de sentirse ante el largo confinamiento que se vivió. Carlos Javier González Serrano (Filósofo y psicólogo español) reflexiona al respecto: “El contacto físico entre personas es fundamental para crear vínculos significativos, para impregnar olores o indicar cercanía, para la comunicación no verbal. Los móviles no sólo secuestran nuestras capacidades cognitivas; también encadenan nuestras manos y nos privan del tacto”. Y es que ante el incremento de la actividad virtual como alternativa y/o escape del encierro al que fuimos sometidos, la vida real, esa que se siente, se huele, se mira, se escucha y se degusta ha quedado privada de las sonrisas, los besos y los abrazos (los cuales dicho sea de paso, también quedan fuera ante el discurso feminista pare evitar cualquier mala interpretación) y de todo aquello que nos conecta y nos vincula con los demás. En Sudáfrica existe una filosofía de vida conocida como “ubuntu”, que toma la lealtad, la humildad, la empatía y el respeto como sus principios básicos, a partir del dicho popular “umuntu, ngumuntu, ngabantu” y que se traduce como: “una persona es una persona a causa de los demás”; es decir, se trata de abandonar el individualismo que permea en las sociedades modernas para retomar los beneficios de ser parte de un colectivo.Te puede interesar:
El cristianismo y la aparición del SIDA
Algo que Bertrand Russell (1872 – 1970) también plasmó en su ensayo “La conquista de la felicidad” (1930) y nos dice que: “la receta para conquistar la ansiada felicidad consiste en construir la propia vida en compañía de quienes nos rodean, con una plena integración en la sociedad y la absoluta conciencia de ser parte de un todo”. Lo anterior, nos conduce a voltear la mirada hacia lo colectivo en medio de una dinámica con una alta carga virtual que si bien nos permite comunicarnos a grandes distancias, nos aleja cada vez más de #laspequeñascosas que son parte de la esencia de la vida dado el ensimismamiento al que conducen los dispositivos móviles con sus múltiples aplicaciones y posibilidades para “resolver” el mundo con un solo click y de la promesa de cercanía efímera creyendo que una llamada virtual puede sustituir el contacto físico o la energía y la emoción que produce la compañía de lo y los otros. Volviendo al término del Ubuntu, es una lástima que se estén diluyendo sus principios básicos en una sociedad altamente individualista y consumista que abusa de la empatía de los demás, traiciona la confianza, se guía por el orgullo y la soberbia y rebasa límites sin el mínimo sentimiento de culpa; sea como resultado del uso excesivo de sustancias tóxicas, sea por patología o por personalidad pero nos encontramos adorando falsos ídolos que nada tienen que ver con el sentido de colectividad y así nos irá en el futuro. Para las que somos madres la preocupación es muy grande y es doble si se ejerce la maternidad sin el equilibrio que da el rol paterno pero quizá es que somos precisamente, las mujeres y las madres quienes dejaremos este mundo mejor de cómo lo encontramos. ¡Practiquemos ubuntu! A manera de colofón: la violencia, la extorsión a comercios, el narcomenudeo, la invasión de domicilios abandonados o intestados y el feminicidio son crudas realidades que cada vez ocurren más cerca de lo que nos gustaría y al parecer, no hay un mejor lugar para vivir. No es necesario ser un agente especializado para detectar lo que ocurre cuando el escenario se llena de personajes extraños que no encajan en el entorno y el ambiente se enrarece porque la inseguridad que se percibe, lo cual es un trago amargo. Soy usuaria de taxis desde que soy económicamente activa y si bien al día de hoy no tengo una triste historia qué contar, el riesgo es cada vez mayor porque incluso en el extranjero se habla de las mafias que controlan al gremio de taxistas, los cuales a su vez son extorsionados para delinquir o se vuelven cómplices o forman parte de grupos criminales. Es verdad que no hay forma de dar un paso seguro en la ciudad (no sé si en el país entero), pero la realidad a nivel de piso del ciudadano promedio, es que no existe la certeza de salir y regresar con bien en una ciudad cada vez más caótica y hoy por hoy también con sequía y escasez de agua entre otros recursos. ¡Triste realidad!Te puede interesar:
Hay que dejar de usar el salero
" ["post_title"]=> string(27) "Las pequeñas cosas: ubuntu" ["post_excerpt"]=> string(124) "“Nadie nace odiando a otra persona por el color de su piel, o su origen, o su religión”. -Nelson Mandela (1918-2013). " ["post_status"]=> string(7) "publish" ["comment_status"]=> string(6) "closed" ["ping_status"]=> string(6) "closed" ["post_password"]=> string(0) "" ["post_name"]=> string(25) "las-pequenas-cosas-ubuntu" ["to_ping"]=> string(0) "" ["pinged"]=> string(0) "" ["post_modified"]=> string(19) "2023-03-14 10:40:58" ["post_modified_gmt"]=> string(19) "2023-03-14 15:40:58" ["post_content_filtered"]=> string(0) "" ["post_parent"]=> int(0) ["guid"]=> string(35) "https://ruizhealytimes.com/?p=90162" ["menu_order"]=> int(0) ["post_type"]=> string(4) "post" ["post_mime_type"]=> string(0) "" ["comment_count"]=> string(1) "0" ["filter"]=> string(3) "raw" } } ["post_count"]=> int(2) ["current_post"]=> int(-1) ["in_the_loop"]=> bool(false) ["post"]=> object(WP_Post)#18463 (24) { ["ID"]=> int(89728) ["post_author"]=> string(1) "5" ["post_date"]=> string(19) "2023-03-06 11:59:10" ["post_date_gmt"]=> string(19) "2023-03-06 16:59:10" ["post_content"]=> string(5404) "Los días transcurren uno tras otro como en una oleada de horas y minutos que no para y va dejando meses en el pasado. Hoy es el primer lunes del tercer mes de este 2023, tres años han transcurrido desde el inicio de la inclemente pandemia por COVID-19 y aunque parece que estamos en tiempos post pandémicos, la realidad es que se trata de una etapa que no ha finalizado del todo aunque cada vez sea menos agresivo el contagio gracias a las vacunas y los tratamientos. Algunos le atribuyen a John Lennon aquello de que “La vida es aquello que te va sucediendo mientras te empeñas en hacer otros planes” y “lo dirán de chía pero es de horchata” (dicho popular) porque el confinamiento pandémico fue algo que nos sucedió mientras hacíamos otros planes. Afortunadamente, hoy es otro tiempo (no juzgo si mejor o peor) y tenemos la posibilidad de elegir lo que haremos con lo que tenemos y lo que somos, a pesar de vivir tiempos complicados entre países en guerra, crisis económica, violencia, inestabilidad política y una deteriorada salud mental provocada por el aislamiento que vivimos (la otra pandemia, le dicen) porque finalmente, seguimos aquí y algo bueno ha de surgir de todo esto.Te podría interesar:
Las pequeñas cosas: amor, amor, amor (ruizhealytimes.com) Sin embargo, pareciera que la normalidad que enfrentamos carece de sentido común y que en el intento de recuperar la vida que se perdió hace tres años, es posible arriesgarlo todo incluida la moralidad. Existe un extraño (o tal vez no tanto) comportamiento de rapiña en los centros de trabajo, en los negocios, en las tiendas comerciales, en la calle, en el transporte público: todos quieren llevar agua para su cantarito sin importar el precio. He escuchado de personal que roba descaradamente a sus jefes, he visto personas pelear casi hasta los golpes por un asiento, por un espacio, por pasar primero; la intolerancia parece servirse a diario en plato frío. El día a día ocurre entre la indiferencia, el hartazgo, la decadencia, la hacinación colectiva, el desempleo, la carencia en sus múltiples formas y el desbordamiento en la realidad virtual mediante el uso excesivo e indiscriminado de las redes sociales. Los jóvenes, promesas del futuro, diluyen sus años mozos a ritmo de reggaetón adorando falsos ídolos y volviéndose adictos a las sustancias que día con día son más fáciles de conseguir porque lo de moda es vapear o perrear sin distinción de clases sociales, edad o género. La guerra sucia del poder, la lucha al interior de sindicatos (como ocurre en el Sistema de Transporte Colectivo Metro) parece luchar contra todo intento de esperanza y de un país mejor porque a la clase política sólo le interesan los ciudadanos traducidos en votos en las urnas el día de las elecciones. Por todo lo anterior, es un momento en el que se hace indispensable voltear la mirada a #laspequeñascosas y que sean ellas las que nos conduzcan por el camino de vuelta al sentido humano que tanta falta nos hace y revalorar la permanencia en el aquí y el ahora, como lo que escribió Albert Camus: “También, como él, pensaba que este mundo sin amor es un mundo muerto y que llega un momento en que se cansa uno de la prisión, del trabajo y del valor, y no exige más que el rostro de un ser y el hechizo de la ternura en el corazón” (La Peste). A manera de colofón: el próximo miércoles se conmemora el #8M (Día Internacional de la Mujer), día de activismo, protesta y marcha en contra de la violencia de género, la desigualdad y la impunidad que existe en México, en donde ocurren al menos 10 feminicidios cada día. No me considero activista ni tengo formación política y a pesar de ser comunicóloga o precisamente a causa de ello, soy escéptica en muchos sentidos, así que a propósito de este día sólo diré que “mujeres somos y en el camino andamos” además de citar a Antonieta Rivas Mercado: “Salta a la vista que la pasividad femenina sirve de zoclo a la licencia masculina. Las mujeres mexicanas, en su relación con los hombres, son esclavas. Casi siempre consideradas como cosa y, lo que es peor, aceptando ellas serlo. Sin vida propia, dependiendo del hombre, le siguen en la vida, no como compañeras, sino sujetas a su voluntad y venidas a su capricho. Incapaces de erigirse en entidades conscientes, toleran cuanto del hombre venga.” (Obras completas de Antonieta Rivas Mercado. Luis Mario Schneider. Lecturas Mexicanas)Te podría interesar:
Las pequeñas cosas: costumbres (ruizhealytimes.com)" ["post_title"]=> string(34) "Las pequeñas cosas: aquí y ahora" ["post_excerpt"]=> string(151) "“Dame la perseverancia de las olas del mar, que hacen de cada retroceso un punto de partida para un nuevo avance”. -Gabriela Mistral (1889 - 1957)." ["post_status"]=> string(7) "publish" ["comment_status"]=> string(6) "closed" ["ping_status"]=> string(6) "closed" ["post_password"]=> string(0) "" ["post_name"]=> string(31) "las-pequenas-cosas-aqui-y-ahora" ["to_ping"]=> string(0) "" ["pinged"]=> string(0) "" ["post_modified"]=> string(19) "2023-03-06 12:00:48" ["post_modified_gmt"]=> string(19) "2023-03-06 17:00:48" ["post_content_filtered"]=> string(0) "" ["post_parent"]=> int(0) ["guid"]=> string(35) "https://ruizhealytimes.com/?p=89728" ["menu_order"]=> int(0) ["post_type"]=> string(4) "post" ["post_mime_type"]=> string(0) "" ["comment_count"]=> string(1) "0" ["filter"]=> string(3) "raw" } ["comment_count"]=> int(0) ["current_comment"]=> int(-1) ["found_posts"]=> int(13) ["max_num_pages"]=> float(7) ["max_num_comment_pages"]=> int(0) ["is_single"]=> bool(false) ["is_preview"]=> bool(false) ["is_page"]=> bool(false) ["is_archive"]=> bool(true) ["is_date"]=> bool(false) ["is_year"]=> bool(false) ["is_month"]=> bool(false) ["is_day"]=> bool(false) ["is_time"]=> bool(false) ["is_author"]=> bool(false) ["is_category"]=> bool(true) ["is_tag"]=> bool(false) ["is_tax"]=> bool(false) ["is_search"]=> bool(false) ["is_feed"]=> bool(false) ["is_comment_feed"]=> bool(false) ["is_trackback"]=> bool(false) ["is_home"]=> bool(false) ["is_privacy_policy"]=> bool(false) ["is_404"]=> bool(false) ["is_embed"]=> bool(false) ["is_paged"]=> bool(false) ["is_admin"]=> bool(false) ["is_attachment"]=> bool(false) ["is_singular"]=> bool(false) ["is_robots"]=> bool(false) ["is_favicon"]=> bool(false) ["is_posts_page"]=> bool(false) ["is_post_type_archive"]=> bool(false) ["query_vars_hash":"WP_Query":private]=> string(32) "f1e57ca3b0c863d5db2a652c8cf55be6" ["query_vars_changed":"WP_Query":private]=> bool(false) ["thumbnails_cached"]=> bool(false) ["allow_query_attachment_by_filename":protected]=> bool(false) ["stopwords":"WP_Query":private]=> NULL ["compat_fields":"WP_Query":private]=> array(2) { [0]=> string(15) "query_vars_hash" [1]=> string(18) "query_vars_changed" } ["compat_methods":"WP_Query":private]=> array(2) { [0]=> string(16) "init_query_flags" [1]=> string(15) "parse_tax_query" } }
Las pequeñas cosas: aquí y ahora
“Dame la perseverancia de las olas del mar, que hacen de cada retroceso un punto de partida para un nuevo avance”. -Gabriela...
marzo 6, 2023
Las pequeñas cosas: ubuntu
“Nadie nace odiando a otra persona por el color de su piel, o su origen, o su religión”. -Nelson Mandela (1918-2013).
marzo 14, 2023
El sentido más trascendental de los pasatiempos
El trabajo y las relaciones son aspectos importantes, pero también lo es el desarrollo de la interioridad personal.
marzo 24, 2023
3 claves infalibles para asegurar la felicidad
Con estos tips tendrás una vida envidiable y todos te preguntarán cuál es tu secreto.
marzo 22, 2023
Círculos virtuosos
La forma como manejamos nuestra relación con los demás es una de las principales herramientas para conseguir ser parte...
marzo 20, 2023
Las pequeñas cosas: oda
“La primavera ha venido, nadie sabe cómo ha sido.” Antonio Machado (1875 - 1939).
marzo 20, 2023