Caída de un helicóptero, teoría de la conspiración y la Navaja de Ockham

«Numquam ponenda est pluralitas sine necessitate» Principio de parsimonia de William of Ockham. Desde que se conoció la noticia de la muerte de la gobernadora...

28 de diciembre, 2018

Venus Rey Jr.

«Numquam ponenda est pluralitas sine necessitate»

Principio de parsimonia de William of Ockham.

Desde que se conoció la noticia de la muerte de la gobernadora de Puebla, Martha Érika Alonso, su esposo, el senador Rafael Moreno Valle, y tres personas más, en un accidente aéreo el pasado 24 de diciembre, se ha desatado un mar de especulaciones. Se ha dicho de todo. Los dos bandos definidos –opositores a AMLO y los que le apoyan– se han visto involucrados en una verdadera guerra civil dentro de las redes sociales.

Circulan varias “teorías” que “explican” el incidente; y lo digo entre comillas, porque ni son teorías ni explican nada: se trata de meras especulaciones. De todas estas “teorías”, quisiera destacar algunas, quizá las más estridentes.

Primera “Teoría”: se trató de un asesinato perpetrado por el gobierno de López Obrador y por Luis Miguel Barbosa. El “fundamento” de esta “teoría” es que Morena no podía aceptar la derrota en la elección a la gubernatura de Puebla, de la que resultó victoriosa, no sin cuestionamientos ni impugnaciones, Martha Érika Alonso. ¿Cuáles serían los motivos? Primero, venganza por haber perdido la contienda; segundo, la recuperación del Estado para Morena; tercero, poner un ejemplo a todos los gobernadores: el que no se cuadre al presidente perderá la vida. Se atribuye esta “teoría” a la extrema derecha, whatever that means.

Segunda “Teoría”: se trató de un asesinato perpetrado por el PRIAN para desestabilizar al gobierno de López Obrador y “balcanizar” a México. Este plan habría sido concebido por los ex-presidentes Carlos Salinas y Felipe Calderón. El “fundamento” de esta “teoría” es que la derecha no está dispuesta a que López Obrador siga gobernando y lleve a cabo sus promesas de campaña. ¿Para qué eliminar a la gobernadora y al senador? Porque se crea un clima de ingobernabilidad, y así se desacredita al gobierno y se le debilita, para que, en un segundo momento, se pueda dar un golpe de Estado y recuperar el control del país. Se atribuye esta “teoría” a la extrema izquierda, whatever that means. Sería una “teoría” para “desvirtuar” la supuesta “teoría” que acusa a AMLO y a Barbosa de homicidio

Tercera “Teoría”: se trató de un asesinato perpetrado por los huachicoleros. El “fundamento” de esta “teoría” es que los Moreno Valle – Alonso controlaban el negocio ilegal del robo de combustible a PEMEX, así como su comercialización. Se trataría, pues, de un ajuste de cuentas entre mafias huachicoleras. Los Moreno Valle – Alonso serían una de esas bandas, la más fuerte e influyente. ¿Por qué eliminarlos? Para que unos ciertos huachicoleros recuperen el control de este negocio ilícito y por mera venganza. Se atribuye esta teoría a los enemigos políticos de los Moreno Valle – Alonso, entre los que se señala a gente de Morena, no necesariamente de la extrema izquierda, whatever that means.

Cuarta “Teoría”: Rafael Moreno Valle y Martha Érika Alonso fingieron sus muertes. Lo hicieron para huir a un lugar desconocido y de esa forma escapar de los huachicoleros, que querían eliminarlos. Lejos, muy lejos, muy probablemente en un paraíso tropical, este matrimonio, ya con nuevas identidades, estaría disfrutando ahora mismo de los millones y millones que obtuvieron ilícitamente. El “fundamento” de esta “teoría” es que los Moreno Valle – Alonso eran los capos del mayor grupo huachicolero en Puebla, y que los demás grupos, recelosos de tanto poder, iniciaron una persecución para eliminarlos y así recuperar el control del negocio. También se dice que los Moreno Valle – Alonso estarían así burlando a la justicia mexicana, pues habrían cometido toda clase de desfalcos y fraudes al erario poblano. Se atribuye esta “teoría” a la extrema izquierda, whatever that means. Sería también una “teoría” para “desvirtuar” la supuesta “teoría” que acusa a AMLO y a Barbosa de homicidio.

Quinta Teoría –sin comillas–: se trató de una falla mecánica. Es decir, un muy lamentable accidente, imprevisible y desafortunado.

¿Qué es lo que hasta el momento se tiene? 1) Un accidente en el que se desplomó un helicóptero en el que viajaban la gobernadora de Puebla, el senador Moreno Valle y tres personas más; 2) la muerte de todos los que iban abordo; 3) la acción inmediata del gobierno federal; 4) una investigación iniciada; 5) la apertura del gobierno federal para que concurran a dicha investigación expertos estadounidenses de la NTSB (National Transportation Safety Board), y especialistas canadienses e italianos –la aeronave era de manufactura italiana–; 6) un primer dictamen realizado por la Marina, según el cual no se detectó la presencia de explosivos en este incidente.

Así las cosas, hasta este momento ninguna “teoría”, salvo la última, es sostenible. Las otras cuatro son especulaciones, casi fantasías, incluso delirios. Pero más increíble que la propia inverosimilitud de esas cuatro “teorías”, es la inverosímil credulidad de millones de mexicanos. No hay un solo elemento racional que las apoye, de modo que concebirlas se debe, bien a la maldad, porque de antemano se saben falsas, o bien a la estupidez, porque dejan fuera deliberadamente el escrutinio de la razón. Si uno no cree estas “teorías” y las difunde, y para ello se vale de elementos tan falaces como el video de un helicóptero ucraniano que es derribado, pues entonces tienen razón los que afirman que tal actitud es mezquina, y en grado superlativo. Y si uno las cree y las difunde de buena fe, pues entonces hay un problema de extrema candidez.

Ya basta de crear y propagar noticias falsas. Todo apunta a que este hecho fue un muy desafortunado y lamentable accidente. ¿Por qué asumir a priori y sin ningún fundamento que se trató de un asesinato? Más aún, ¿con qué fundamento se culpa de él al presidente y a Barbosa? Sinsentido total. Los mexicanos hemos caído en la orgía de la sinrazón. Y no es cosa nueva. En el caso de los estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, todo mundo acusó del crimen a Peña Nieto y son millones los que sin fundamento sostienen que se trató de un “crimen de Estado”. Peña Nieto fue linchado. Ahora AMLO es a quien están linchando.

En la medida en que nos sumamos a las especulaciones, las difundimos, descalificamos y linchamos a los presuntos culpables, en esa medida somos seres menos racionales, y por tanto más susceptibles de manipulación. Se podrá decir que tal o cual diputado, senador o personaje de la política dijo esto o aquello, que el presidente también descalificó a quienes propagaron los rumores, que incluso usó calificativos como “mezquinos”, “conservadores”, “neofascistas” y “corruptos”, y con eso pensamos que estamos justificados para seguir en el remolino de la violencia. Pues no. Cada quien tiene la obligación, independientemente de cualquier otro factor, de no contribuir al encono. Cada quien debe ser el primero en extinguir el fuego del odio. Esperar a que lo haga el de junto, aunque sea nuestro enemigo, no es sino justificar la propia necedad y la propia vorágine.

Inicié este artículo con una cita en latín que expone el principio de parsimonia o economía de William of Ockham, principio también conocido como “La Navaja de Ockham”. No ahondo en Ockham, que junto con Tomás de Aquino, fueron los filósofos más importantes de la Edad Media. Sólo quisiera resaltar la pertinencia de su famoso principio: «Numquam ponenda est pluralitas sine necessitate»: nunca hay que proponer una pluralidad [de explicaciones o principios] si no hay necesidad. Otra forma de leerlo es esta: la explicación más simple y suficiente suele ser la más probable. Haga usted sus propias conclusiones y no le dé demasiadas vueltas al asunto.

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