Tiempo de cobardes

Inicia la última semana de septiembre. Los corazones de los mexicanos están atemorizados y otros acongojados, pero mirando a otro lado ante la apabullante violencia que se vive. Así vemos cómo lo que antes era una pelea entre jóvenes mancebos, por honores malentendidos, hoy se convierte en una forma donde varios cobardes golpean fuertemente a la víctima y en algunos casos los matan o los dejan muertos en vida por las secuelas graves.

Ya no hay honor, ya no hay reglas, ya no hay temor a Dios Nuestro Señor, ya no hay temor a las consecuencias legales de matar, violar o herir gravemente a cualquier persona. Ya no hay respeto por la autoridad que ha desmerecido su valor moral vendiéndose al mejor postor.

Así, vemos cómo ante la cobarde y brutal golpiza de ocho jóvenes ricos de Puebla, hijos de padres acaudalados con fuertes conexiones políticas con el gobierno, fueron exonerados porque  no deben “hacerse juicios sumarios”. De ahí solo la simulación y jugarle a que pase el tiempo y la gente se olvide, piensan que dejarán todo arreglado.

Afortunadamente, aunque ustedes no lo crean esos jóvenes cobardes que hoy se ven como invencibles, la vida les cobrará el daño que le hicieron a la joven víctima. De eso está segura la #VOXPOPULI, porque a lo largo de los años se ha visto cómo la gente rica que hacen algunas fechorías que daña a alguna persona en su integridad terminan sufriendo el castigo de Dios convirtiéndose en paria de la sociedad por más que le busquen cómo salir adelante y revivir viejas glorias que vivían con sus padres consentidores y corruptos, ustedes serán testigos.

Esta violencia que hoy vivimos se debe a la gran impunidad que domina la vida nacional, lo que promueve en las vidas de los abusivos el comportamiento prepotente que les guía a hacer lo que quieran sin temor a las consecuencias. Así podemos ver cómo se dan casos de violación sexual y asesinatos cometidos con saña sobre esa víctima, porque simple y llanamente los criminales saben que no habrá un castigo de la misma intensidad con la que han cometido el delito.

No se puede ser ilusos inocentes, blandos con monsergas débiles ante el mal, porque el mal se los comerá vivos y no vendrá un espíritu maligno o un demonio a comérselos, sino que vendrá un vecino, un conocido que te tenga envidia o un abusivo que se cree el “Patrón”, “El Jefe de Jefes” y acabará contigo o porque no tienes con qué defenderte, o porque crees en las leyes o porque simple y llanamente eres pacifista.

No puede ser que todos estemos a la defensiva, no puede ser que todos estemos de simples espectadores de la barbarie, que estamos viviendo esperando y rezándole a Dios Nuestro Señor que no nos toque la violencia maligna que vivimos. Con esta actitud estamos siendo testigos cómplices de la situación, estando encajonados “entre la espada y la pared” sin que nadie venga a nuestro rescate y vivimos así a la buena de Dios.

Esta “precaución” es la que ha mantenido a flote a la humanidad, se verá muy oscuro hoy pero mañana saldrá el sol de nuevo y se verá claro al fin. Mientras tanto esperamos que los cobardes verdugos de la sociedad sacien sus más bajos deseos. Reconociendo la ciudadanía que al “Tigre” lo soltaron para mantenerse en el poder.

Te puede interesar:

La CDMX: un sitio de sismicidad permanente