Voy derecho, no me quito

Durante el recreo de primaria, un grupo de niños de los últimos años formaban una aplanadora con los brazos… Durante el recreo de primaria, un grupo de niños de los últimos años formaban una aplanadora con los...

14 de junio, 2018

Octavio de Jesús Rebollar

Durante el recreo de primaria, un grupo de niños de los últimos años formaban una aplanadora con los brazos…

Durante el recreo de primaria, un grupo de niños de los últimos años formaban una aplanadora con los brazos enlazados sobre los hombros y caminaban así unidos a lo largo y ancho del patio repitiendo con sonsonete la frasecita de marras “voy derecho, no me quito, si me pegan, me desquito” con lo que nos obligaban al resto de niños a dejarles el campo libre y cuidado si alguno tardaba demasiado en hacerlo porque era víctima de los maltratos, golpes o patadas de los que hoy se califican como buleadores.

La amenaza de ser calificados como rajones o de ser peor tratados impedía la denuncia de tal conducta y no quedaba otro remedio que alejarse y estar al pendiente de la posición de los integrantes de la banda cuyas ocurrencias, deseos o antojos normaban las actividades de los recreos.

Hoy que todo apunta hacia un gobierno lopezobradorista renacen en mí los sentimientos de impotencia ante la injusticia, indignación ante el abuso, resignación ante lo inevitable, de aquellos tiempos.

Parece ser que el destino está sellado y que de la misma manera en que los gringos se tienen que beber las decisiones de su presidente nosotros tendremos que hacer lo mismo con las de nuestro prejesidente.

¿Cómo es que llegamos a caer tan bajo que seremos gobernados por un émulo de Maduro?

No se puede culpar a López ya que él ha visto coronadas todas sus aspiraciones, al son de “voy derecho, no me quito, si me pegan, me desquito”, ha pisoteado cuanto obstáculo se ha encontrado en el camino, ha sabido venderse como la respuesta a todas las deficiencias del mexicano, ha dicho lo que cada oído quiere escuchar, sin importar doctrinas, principios, planes, valores.

Ha utilizado cuanto medio de propaganda ha quedado a su alcance. Hitler, Goebbels, Maquiavelo han sido sus mentores.

No importa la congruencia, la autenticidad, usa a quien se le ponga a tiro, como el Tenorio que a los palacios subió y a las cabañas bajó con tal de satisfacer su personal propósito, engatusa y arrastra en pos de si a las mayorías de pobres y no tan pobres, hace crecer resentimientos las más de las veces con fundamentos pequeños a los que aplica una tremenda lupa que los hace crecer irresponsablemente tanto como requieran sus propósitos del momento, buscando crecer los resentimientos.

Esto y mucho más se puede decir del lagarto cobarde y deshonesto, así que no puede decirse que su obra sea su culpa.

Nuevamente ¿cómo llegamos a caer tan bajo?

En mi colaboración de diciembre pasado, “Crónica de un fracaso anunciado” externé mi punto de vista de la candidatura de Ricardo Anaya; el desarrollo de los acontecimientos ha venido a darme la razón, mas esto explica el fracaso de Anaya, pero no la razón de nuestro descenso.

Es vergonzoso caer en la cuenta que, si se cumplen las expectativas, la siguiente legislatura será fuertemente influenciada por los delincuentes liderados por López; de por sí ya tenemos suficientes huecos en nuestra legislación, preparados con o sin intención por legisladores ineptos o mal intencionados y que sería trabajo de buena práctica legislativa que al menos algunos de la legión de elementos que integran ambas cámaras, se dedicaran a perfeccionar, en lugar de dormir durante las sesiones, pero el deshonesto líder sindical canadiense y la secuestradora gringa son la punta del iceberg de lo que aparecerá en la masa de legisladores de Morena y que no parece tengan la preparación indispensable para hacer tal trabajo y, es mi opinión, que se enfocarán a facilitar las acciones de lo que hasta hoy ha sido ilegal o deshonesto para facilitar sus tareas extrajudiciales en el momento y los tiempos siguientes.

¿Toda la culpa recae en Meade?

La impresión que tengo de él es que da perfecto perfil para ser un buen presidente de la República, pero es tan grande el peso de la corrupción e impunidad del gobierno priista de Peña Nieto que descarta por completo la posibilidad de obtener la primera magistratura.

Cualquier cosa menos el gobierno del Lagarto, aun cuando esa cualquier cosa se apellide Anaya, con todos sus negativos López los tiene en mayor cantidad e intensidad y el equipo de incondicionales que lo vitorean no se suma ni multiplica esos negativos sino los eleva a la tercera o cuarta potencia y sus acciones serán justificadas como las de los huachicoleros, o amnistiadas como promete hacerlo el programa de paz pejuna que está destinado al fracaso total.

¿Quién es el culpable?

Lo somos todos, que hemos abandonado nuestros valores, confundido las tradiciones con las malas costumbres; ahora a la voz de los usos y costumbres el gobierno aprobará lo que ilegalmente apoyó y protegió, dándole apoyo de legitimidad aplicando extraterritorialmente usos y costumbres como el linchamiento, la venta de mujeres, la limitación de su acceso a puestos de gobierno, como ya lo ha hecho. Castrando a los pobres y marginados con prácticas clientelares base de la corrupción e impunidad, contra la que hoy predican y que veremos crecer con las nuevas leyes. Si no, al tiempo.

¿Qué nos toca hacer?

Si he de caer lo haré con la cara al sol, con dignidad, vendiendo cara la derrota, votando contra lo que considero lo peor. Soportaré con entereza al principio las risas y burlas y con actuaciones acordes a mi pensamiento ente las decisiones del gobierno pejuno del que sólo un milagro podrá librarnos.

Creo en los milagros, testifico ser beneficiado de uno muy grande, pero creo que también en el lado opuesto a mi pensamiento hay gente buena orando y en esto Dios nos deja la decisión a los hombres.

No hay mala decisión que resista el paso del tiempo.

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