Erick Arthur Blair (1903 – 1950), nacido en Motahari, India y mejor conocido como George Orwell, autor de varias obras distópicas y de compromiso con la justicia social, escribió dos muy significativas: “Rebelión en la Granja” (obra alegórica del totalitarismo y corrupción del poder) y “1984” (novela que describe un futuro totalitario de un gobierno que ejerce control absoluto sobre la sociedad y que adopta el papel de “big brother” que trata de manipular, arreglar y vigilarlo todo (para su sola conveniencia pero aparentando un bien general), escrita en 1949 presenta a Winston Smith (trabajador del Ministerio de la Verdad quien comienza a cuestionar al gobierno) y Julia (su colega con la misma actitud).
El fin de semana del 21 y 22 de junio, el gobierno de Donald Trump a través de su secretario de Estado Marco Rubio, anunciaron un acuerdo de paz entre Ruanda y la República Democrática del Congo (RDC) quien posee ricos yacimientos de minerales y “tierras raras”, el objetivo es poner fin a la violencia y establecer una nueva era de cooperación atrayendo grandes inversiones.
La RDC ha acusado por más de 30 años a Ruanda de apoyar al grupo rebelde M23 quien ha tomado en diversas ocasiones varias ciudades claves entre ella Goma y Bukavu, la primera posee una de las minas más importantes del mundo, Ruanda en todo momento ha rechazado esta afirmación y más bien argüía el peligro que representaba dicho grupo rebelde en sus fronteras sobre todo de las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda vinculadas con aquel genocidio ruandés de 1994 donde murieron muchos civiles.
El acuerdo firmado incluyó cinco puntos básicos: reintegración condicional de combatientes, facilitar retorno de combatientes, desarme y desmovilización de grupos armados en el este del Congo, garantías de no agresión respecto a la integridad territorial y evitar incursiones y resurgimiento de violencia. Estados Unidos ha demostrado mucho interés en los recursos estratégicos como medio para estabilizar la región. Qatar (eterno y conveniente mediador ahora de conflictos) jugó papel importante ofreciendo respaldo logístico y político para acercar a las partes confrontadas.
No haré una reseña histórica detallada de ambas naciones, tomaría mucho tiempo, simplemente decir que la situación en Ruanda ha estado marcada por las diferencias entre dos grupos étnicos: los hutus y los tutsis lo que ha llevado a buen número de “purgas raciales” (la de 1994 se considera 1 millón desaparecido. Sus primeros habitantes fueron pigmeos TWA, en el siglo XI llegaron los hutus, tres siglos después se establecieron los tutsis quienes prevalecieron. A finales del XIX los alemanes conquistaron el territorio mismo que perdieron en 1919 cediendo el territorio al Congo de Bélgica que prefería a los tutsis. En 1962 logran su independencia y hasta 1990 eligen a Paul Kagame, Desde entonces ha habido cierta tranquilidad, aunque con brotes.
La RDC fue colonizada por Bélgica en 1870 por Henry M. Stanley, en 1885 Leopoldo II de Bélgica lo convirtió en un Estado Libre siendo hasta 1908 cuando fue Colonia, sufrió grandes saqueos sobre todo de caucho. El 1960 se independiza bajo el primer ministro Patrice Lumumba, destituido y asesinado por Joseph Mobutu quien le cambia el nombre a Zaire y gobierna hasta 1971, se ve envuelto en varias guerras internas y en 1997 Laurent D. Kabila toma el poder nombrando al país como RDC, asesinado en 2001 por su hijo Joseph gobierna hasta 2018 cuando es electo Félix Tshisekedi con las primeras elecciones pacíficas.
El presidente Trump finalmente pudo intervenir en un proceso de paz exitoso (al menos en su firma) después de muchos intentos en otros conflictos como el de Rusia contra Ucrania, el de Medio Oriente entre Israel y Hamas, el anterior de Líbano contra Israel y recientemente el altercado con Irán, esto sin tomar en cuenta las guerras comerciales y de elevación de aranceles, finalmente podemos observar que las negociaciones dirigidas por él y conducidas por Marco Rubio (con poco conocimiento del caso y sus antecedentes) quien pronunciara un discurso titubeante e inseguro como el que leyó insistiendo que fue obra del presidente y de su liderazgo universalmente reconocido.
Bueno, finalmente pudimos observar la intervención acertada de un Big Brother que a su estilo puso orden en un gran conflicto regional en poco más de 24 horas.
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