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Rosalía en el Zócalo y reformas en fast track

Muchos de los senadores del partido fundado por López Obrador bien podrían trabajar en el ramo de la fast food y tendrían un desempeño más que notable.

2 de mayo, 2023

Octavio García

Rosalía en el Zócalo y reformas en fast track

La semana pasada ocurrieron un par de eventos, los cuales, a pesar de no tener una conexión aparente, hacen obligada la pregunta de si los gobiernos que encabeza Morena (tanto en la Ciudad de México, como a nivel federal y en el Senado, por tener el “carro completo” como el presidente López tanto deseó en sus constantes ansias de ganar el poder ilimitado en México) no se han equivocado acaso de vocación. Ya saben, con eso de que rehúyen la mejora personal a través del estudio (o por cualquier medio; de hecho, muchos gobiernos morenistas aborrecen cualquier mejora), tal vez muchos de los que ahora gobiernan faltaron a sus clases de orientación vocacional. Los eventos a los que me refiero son el concierto que ofreció la artista española Rosalía en el Zócalo capitalino y la (penosa, todo sea dicho) aprobación de una serie de reformas en fast track en el Senado.

El primer evento, el del concierto, me hace pensar si acaso los miembros del gobierno capitalino se sentirían mejor en el ramo del entretenimiento. Digo, siendo justos, los conciertos en el Zócalo no son exclusivos de esta administración (los hubo en los sexenios de Miguel ángel Mancera y de Marcelo Ebrard). Pero, ya con tantos conciertos organizados en tan poco tiempo, como los que se llevaron a cabo en septiembre de 2022 de Los Tigres del Norte y Grupo Firme, igual y al gobierno le sale mejor esa de la organización de conciertos tipo OCESA. Porque en este sexenio lo que duele no es que haya música para los ciudadanos: es que parece que brindar espectáculos se ha convertido en una prioridad gubernamental por sobre las necesidades básicas de seguridad y transporte. Por ejemplo, el metro de la Ciudad de México sigue sufriendo por falta de mantenimiento y, por cada día que se deja eso atrás, la integridad de millones de capitalinos corre riesgo. Estamos bien alegres y bailados con la música de Rosalía, pero ¿quién nos va a dar la bendición para regresar con bien a nuestros hogares en la noche, con tanto atraco y fallas en el metro?

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Acerca del otro evento… Bueno, ¿qué más se puede decir que no se haya expresado en miles de caracteres de tinta electrónica en los últimos días? Ese vergonzoso presidencialismo que creíamos haber sepultado las décadas pasadas regresó de ultratumba y con un estruendoso bang causado por cerca de una veintena de reformas aprobadas en fast track por los senadores de Morena. Lo cual implora la pregunta, ¿cuál es el rol de los senadores de dicho partido más allá de acatar lo que ordena el supremo inquilino de Palacio Nacional?

Pienso que, como están las cosas, estamos derrochando millones de pesos que deberían legislarse mediante el análisis y no por el mandato de un regidor todopoderoso. Por ello, creo que muchos de los senadores del partido fundado por el presidente López bien podrían trabajar en el ramo de la fast food y tendrían un desempeño más que notable. ¿Por qué? Porque reciben órdenes y entregan el producto en menos de 10 minutos, calientito y al gusto del cliente, sin moverle “ni una coma” a eso de los ingredientes. Porque en el Senado, es claro que ya olvidaron que deben seguir los intereses de los ciudadanos y no los del presidente.

Como siempre, los ciudadanos quedamos en medio de gobernantes y legisladores que parecen haber errado sus profesiones y que parecen más aptos para otro tipo de trabajos.

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