El confinamiento obligó este año a muchas empresas a enviar a sus colaboradores a trabajar desde su casa. Esta situación ha provocado un desgaste físico y mental importante en ellos debido a la falta de una desconexión digital (always on), la cual ha derivado en un sinnúmero de casos de personas que han empezado a padecer del síndrome de Burnout.
Este síndrome es un tipo de estrés laboral que ocasiona un fuerte agotamiento ocasionado por el desgaste profesional que ha traído la pandemia. Su incremento se ha visto influenciado por los siguientes elementos:
- Ya que muchos individuos empezaron a hacer home office, la línea entre el área laboral y el espacio de descanso se ha perdido. Esto conlleva a la dificultad de las personas para conciliar su vida familiar, laboral y personal.
- La crisis ha originado una incertidumbre laboral creciente, debido al cierre de una multitud de empresas.
- La reincorporación paulatina de los empleados a las oficinas, el conocimiento y adaptación a nuevos protocolos laborales relacionados con las nuevas medidas sanitarias, así como el miedo al contagio han generado en ellos una presión extra.
Ante este escenario, es necesario que las organizaciones pongan en práctica una empatía empresarial ante sus empleados. Es decir, que frente a una falla de productividad por parte de uno de sus colaboradores no busquen el castigo o la presión como forma de motivación. Es fundamental que entiendan la realidad por la que está atravesando y que busquen junto con la persona en cuestión, recursos para cambiar dicha coyuntura.
Desarrollar una cultura organizacional que reconozca y valore a los empleados puede elevar la productividad y traerá grandes beneficios a la empresa.
Aquellos individuos que sienten entusiasmo por la actividad laboral, que realizan y que poseen mayores posibilidades de desconectarse una vez concluida su jornada, son quienes presentan menores niveles de Burnout. Por otro lado, es preciso que se definan horarios concretos de trabajo y que se genere un clima laboral satisfactorio que estimule el desempeño de los colaboradores.
En este sentido, resulta primordial que exista una base sólida de confianza entre el trabajador y la empresa, y más entre el colaborador y el líder o responsable de un determinado proyecto, en general, entre todo el equipo. De esta manera, los empleados tendrán la seguridad que necesitan para delegar tareas y levantar la mano si requieren de ayuda para alcanzar sus objetivos.
De esta misma forma debe entenderse que el eficaz funcionamiento de un grupo de trabajo es la fuente de donde provendrán los recursos para que una organización pueda obtener resultados satisfactorios. La armonía dentro de los agentes que la componen es indispensable, ya que ésta será la herramienta que permitirá que cada empleado tenga una disposición positiva para llevar a cabo las actividades de las cuales es responsable.
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