Pretty Privilege

De los creadores del machismo, la misoginia, el clasismo, la homofobia, la gordolobos y la pigmentocracia, o sea nosotros mismos, llega a estos tiempos el “Pretty Privilege”. Para los no bilingües, por cierto un defecto más a la lista, quiere decir los privilegios de ser bonito o bonita.

Me interesé en este tema por recomendación de mis hijas sobre temas actuales, digo para ya descansar un poquito de la Política. Poco me imaginé lo interesante y amplio que es el tema y lo mucho que nos afecta en lo individual y lo colectivo.

Desde el momento que empecé a buscar definiciones en internet, misteriosamente  empezaron a aparecer en mis redes sociales y páginas consultadas con más frecuencia anuncios sobre cirugías estéticas, métodos de antienvejecimiento, incluso métodos para bajar de peso, definir los ángulos de la cara, mejorar la postura etcétera, todo con la finalidad de ser más bonita o bueno menos fea y verme menos vieja. Filtros, aplicaciones para adelgazar y corregir las zonas problema, los errores que la naturaleza cometió conmigo o el paso de los años que la mercadotecnia insiste en convencernos que podemos detener.

Sin duda, la época y la influencia de las redes sociales me ha vuelto una víctima del temido “Pretty Privilege”, pero esto no es nuevo. Desde siempre nos hemos aferrado a estándares de belleza que nos dicen que es lo mejor, que por lo general se asocia con el estatus social y económico y con quien lidere la economía mundial. Los cuerpos robustos de antes de la Edad Media demostraban a los pobres que uno no tenía carencias y podía comer de todo, luego vinieron las pieles pálidas y las cinturas delgadas que decían a los demás que uno no tenía que trabajar, después  ya en el siglo pasado se puso de moda la piel bronceada sinónimo de buena situación económica que permitía a la persona que cuestión vacacionar prácticamente en cualquier época del año, la estatura alta como resultado de una buena alimentación y una buena posición social y ni hablar de la preferencia que consciente e inconscientemente tenemos y no podemos muchos superar hacia la blanquitud como sinónimo de supremacía racial que obviamente es algo aprendido ya de tantos siglos que se vuelve casi imposible de entender y nos sigue dividiendo y jerarquizando.

Mucho más que eso la belleza física tiene que ver entre muchas cosas con la biológica reproductiva, la simetría, la estética y la proporción. inconscientemente e influenciados por la sociedad hemos pensado que elegir gente bella nos garantizará una descendencia sana y si, bella también, lo que no solo nos pondrá a la cabeza de la tribu, dicen “mejorar la raza”, demostrando no mucha evolución intelectual y creyendo que también nos adornará como un trofeo por la capacidad que tuvimos de conquistar a la mujer o al hombre más deseado del clan y además nos garantizará éxito social y laboral y tal vez sea cierto.

Está demostrado en muchísimas investigaciones que a la gente bella le resulta más fácil ser aceptada en los trabajos y en los grupos sociales, que suele ser más popular y que incluso obtiene mejores sueldos y más promociones. En un estudio de la revista Forbes de 2019 quedó claro que los sueldos de los guapos llegan a ser hasta 15% mayores que los del resto y que obviamente sus errores y faltas son suavizadas por el simple hecho de ser más agradables a la vista de los demás.

Incluso en la pandemia se hicieron investigaciones para demostrar que la gente bonita que obtenía mejores notas en las clases presenciales no siempre pudo conservar estas calificaciones en las clases en línea y esto indicó que muchas veces los profesores aunque no lo reconocieran sentían debilidad por los más lindos de la clase. Existe algo conocido como el Efecto Halo y es el sesgo cognitivo que nos hace asociar la belleza con otras características deseables en una persona como la bondad y la inteligencia, lo que puede también resultar contraproducente, pues también la sociedad ha insistido en encasillar a la gente bonita como boba o banal.

Dice Nietzsche que que quien mata una mariposa es malo y quien mata una cucaracha es bueno y no creo que haya aquí nadie que lo quiera contradecir, dicen también personas no muy dotadas intelectualmente que no hay mujeres feas sino mujeres pobres, lo que nos hace admirar la belleza también como símbolo de éxito y abundancia.

Incluso está demostrado que los delincuentes más guapos reciben condenas mucho más suaves y hay una iniciativa que por increíble que parezca invita a tener operaciones estéticas antes de salir de prisión para disminuir los índices de reincidencia criminal, demostrando que la gente que se ve así misma más bella está muy nos enojada y resentida con la vida.

¡Aquí pura gente bonita!

Escuelas de alto nivel competitivo sugieren a los padres someter a sus hijos desde pequeños a procedimientos estéticos par a evitar el bullyng y qué decir de las clínicas que hay por todos lados que te garantizan éxito principalmente en el amor y también en el trabajo después de unas cuantas ayuditas aquí y allá, lo peor es que no estoy muy segura de que estén tan lejos de la realidad. Bien dicen: “Usted está muy chula, está para escoger y no para que la escojan”.

Todo un tema que sin duda hay que poner sobre la mesa, analizar objetivamente y cuestionarnos individualmente y en grupo, que no se puede juzgar a la ligera y del que vale la pena profundizar y reflexionar.

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