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“Politiquerías… “

11 de septiembre, 2020

El presidente de la República ha declarado públicamente que “no hay desabasto de agua” y que los agricultores de Chihuahua nada más andan en “politiquerías” porque en junio próximo hay elecciones y no existe problema alguno que justifique las movilizaciones ni la inconformidad. La verdad de las cosas en Chihuahua es muy distinta de la versión oficial que proclama el presidente López desde su tribuna cotidiana.

El presidente López exige que los periodistas que lo atacan, lo hagan de manera fundada y motivada, y en lo que a esto se refiere, tiene toda la razón del mundo. Atacar a un presidente por pura antipatía personal o por intereses ocultos bajo la apariencia de oposición legítima, es algo que a nadie beneficia y nada más enrarece y crispa a la sociedad. Lo mismo ocurre cuando la autoridad, de la Presidencia de la República para abajo, actúa como si las leyes no existieran.

¡Andrés López exige que quienes lo critiquen, lo hagan de manera fundada (en leyes aplicables), motivada (con pruebas idóneas) y justificando la causa legal de sus opiniones adversas! Su exigencia equivale a legislar que cualquier manifestación que pueda ofender el amor propio del presidente López, es una blasfemia o una grave profanación.

Lo curioso es que el presidente López no se aplique los mismos parámetros ni rija sus actos de autoridad conforme al artículo 16º constitucional que a la letra dice:

Artículo 16º.- “Nadie puede ser molestado en su persona, familia, domicilio, papeles o posesiones, sino en virtud de mandamiento escrito de la autoridad competente, que funde y motive la causa legal del procedimiento…”.

Todo el problema social desatado en Chihuahua, surge precisamente porque el presidente López simplemente decidió trasvasar el agua de las presas que abastecen la zona centro sur de esa entidad sin emitir el mandamiento escrito al que está obligado como autoridad, fundando y motivando la causa legal de su trasvase de las aguas mencionadas. A Andrés López no le importó violar la Ley de Aguas Nacionales ni pasar por encima del citado artículo 16º constitucional.

Las primeras fricciones ocurrieron el 4 de febrero de 2020, cuando pobladores y agricultores se encontraron con elementos de la llamada “Guardia Nacional” que iban a abrir las compuertas de la presa La Boquilla SIN HABER EMITIDO EL MANDAMIENTO ESCRITO DE LA AUTORIDAD COMPETENTE, EN QUE SE FUNDARA Y MOTIVARA LA CAUSA LEGAL DE LA DECISION PRESIDENCIAL.

El 5 de febrero, como para burlarse a gusto de la Constitución de 1917 en su aniversario de promulgación, López dijo que “hay agua suficiente para todos, y que el trasvase de las presas chihuahuenses que hace CONAGUA por órdenes suyas, es la mejor opción posible…

El 7 de junio próximo pasado, se abrieron las compuertas de la presa El Granero, supuestamente “para cumplir con Estados Unidos” lo pactado en el tratado de Aguas Internacionales de 14 de noviembre de 1944.

Esta arbitrariedad dio motivo para que los agricultores afectados se manifestaran en Ojinaga y tomaran el puente internacional.

Al día siguiente (8 de junio), se anunció que el 29 de junio de 2020 entraría en funciones Humberto Marengo Mogollón como comisionado de la sección mexicana de la Comisión Internacional de Límites y Aguas, cuya contraparte es la comisionada Jayne Harkins por los Estados Unidos.

Pero resulta que Mogollón es uno más de los “Juanitos” de Andrés López que nada más no ejerce sus funciones que casualmente desempeña (y mal) Blanca Jiménez, cuyo grave conflicto de interés se pone de manifiesto porque es miembro del Consejo Consultivo del Agua; una asociacion civil integrada por los gigantes devoradores de agua como Coca-Cola, Constellation Brands, Heineken Mexico, Grupo Nestlé México, Grupo Lala, FEMSA, Cerveceria Cuauhtémoc/Heineken, el Tecnológico de Monterrey, Carlos Slim, y por supuesto BLANCA JIMENEZ, que representa los intereses corporativos del Consejo Consultivo del Agua en CONAGUA.

¿Y según Andrés López ya no es como antes???

El 8 de septiembre próximo pasado, la llamada guardia nacional de AMLO, en vez de repartir abrazos, asesinó por la espalda a Yesica Silva e hirió gravemente a su marido de nombre Jaime Torres.

El presidente Andrés López pretende negar el descontento generado por su arbitrariedad, y lo atribuye a “politiquerías” de exgobernadores como Fernando Baeza que “andaba distribuyendo garrotes” para enfrentar a los soldados y a su dizque “guardia nacional”.

AMLO se ha negado a recibir a los agricultores chihuahuenses en lo que cree que es su Palacio de la Ciudad de México; creyó que su trasvase ILEGAL de aguas concesionadas, privando a los agricultores de sus derechos de irrigación, no iba a tener consecuencias.

Cuando se trata de imponer su voluntad, no aplica lo de abrazos en vez de balazos.

Lo de Chihuahua no son “politiquerías”, sino la indignación y la rabia de agricultores atropellados por la arbitrariedad presidencial.

Ni más ni menos.

El presidente López es el “comandante supremo de las fuerzas armadas” y como tal, él es el principal responsable del asesinato de Yesica Silva y de las lesiones inflingidas a Jaime Torres.

El Fiscal General Gertz Manero tiene aquí una oportunidad excepcional para demostrar su autonomía e investigar de arriba hacia abajo, como predica el actual presidente de la República.

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