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Morena ganó el Edomex y marca los tiempos en la sucesión presidencial

El desahuciado PRI sufrió un golpe mortal en sus aspiraciones de renovarse para tratar de negociar con mayor fuerza la posibilidad de imponer un candidato en la coalición.

8 de junio, 2023

Israel Aparicio

Morena ganó el Edomex y marca los tiempos en la sucesión presidencial

Con la histórica victoria de la candidata de la alianza morenista, Delfina Gómez, en la pasada elección a la gubernatura del Estado de México, se cierra el ciclo político que sentenció al PRI a ser un partido político local, y se da rienda suelta al procedimiento presidencial adelantado. En este proceso político sucesorio los precandidatos de Morena tienen todas las posibilidades a su favor de retener la primera magistratura ganada de forma aplastante por el presidente, Andrés Manuel López Obrador en 2018.

Luego de los reacomodos necesarios en todas las fuerzas políticas, pero sobre todo, de la experiencia electoral del Estado de México y de la gubernatura de Coahuila se deduce a Perogrullo, que el partido oficialista no puede darse el lujo de ir dividido, elegir un mal candidato y sobre todo, no trabajar al interior las heridas de los suspirantes que no saben respetar la disciplina interna, que al igual que el vetusto Revolucionario Institucional, se hizo invencible desde la unidad.

Con el banderazo de salida para la obtención de la candidatura presidencial de Morena, el canciller Marcelo Ebrard anunció su renuncia al cargo para contender con todo por la candidatura del partido político más exitoso a nivel mundial, que podría asegurar su continuismo en el poder nacional.

La derrota electoral en la joya de la corona de lo que quedaba del priismo nacional sentenció al ostracismo político al poderoso grupo Atlacomulco y a su candidata, Alejandra del Moral. A pesar del tradicional abstencionismo entre los electores mexiquenses, así como la fallida convocatoria a sufragar desde los partidos políticos, la entidad se decantó de forma mayoritaria por la exitosa oferta electoral de Morena, que ya suma 23 gubernaturas en su poder.

El desahuciado PRI sufrió un golpe mortal en sus aspiraciones de renovarse para tratar de negociar con mayor fuerza la posibilidad de imponer un candidato suyo en la coalición. Este resultado electoral en el Edomex deja herida de muerte a la alianza opositora que se fraguó desde las cúpulas empresariales y con la justificación “democrática” de los intelectuales orgánicos neoliberales.

Como quedó demostrado, el pragmatismo electoral es insuficiente si no se atiende a las carencias de los ciudadanos, en especial a las difíciles circunstancias de los mexiquenses a los que poco les importó la misma propaganda del miedo, los odios propalados desde la comentocracia y, sobre todo, los llamados desde las cúpulas de poderes fácticos que pedían el sacrificio de los mexiquenses en favor de sus intereses económicos.

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La alternancia llegó al Edomex después de casi un siglo de gobiernos tricolores. El imperio político económico del PRI mexiquense fue el último reducto de aquel partido político nacido desde el poder para repartirse cargos y gobiernos en sus diferentes etapas históricas. Tanto los gobiernos nacionalistas y la transmutación de los gobiernos neoliberales, vieron pasar una aduana importante en el Estado de México que siempre aportó importantes recursos económicos al margen de la ley, a favor de las candidaturas de los presidentes de la República, emanados del vetusto y casi extinto expartido oficial.

El Estado de México es la segunda entidad económica del país donde se originan riquezas enormes que hicieron multimillonarios a sus gobernantes y empresarios aglutinados bajo las siglas del PRI. Estas élites dominaron a placer los destinos de millones de mexiquenses que no vieron mejorar sus condiciones de vida, en contraste con sus poderosos oligarcas emanados del grupo Atlacomulco.

El poderío económico, político, territorial, geoestratégico del gobierno del Estado de México es indispensable para soñar con ganar la elección presidencial, esta característica ha sido históricamente una desventaja para los ciudadanos mexiquenses que solo han padecido gobiernos rapaces que les utilizan como moneda de cambio en los distintos procesos electorales.

No es posible que las cifras de pobreza de la entidad, sus altos niveles de delincuencia, los índices de impunidad y, sobre todo, los servicios públicos defectuosos a los que se enfrentan los millones de mexiquenses, hayan sido la constante en casi un siglo de gobernanza tricolor.

Delfina Gómez será la primera gobernadora de oposición que logra romper la jefatura priista en una entidad sumida en el olvido. Al parecer, desde las cúpulas de los oligarcas que dominan los partidos tradicionales nunca se entendió el carácter local de una elección que aglutino el desprecio enorme por los gobiernos priistas, sumado la dificultad que sin la presidencia de la república en sus manos, no tuvieron los elementos suficientes para echar a andar su maquinaria electoral de cooptación del voto, compra de conciencias, complicidades con autoridades electorales y judiciales que hacían casi imposible ganarles una elección estatal.

La candidata Alejandra del Moral enfrentó además de la enorme carga negativa e histórica del PRI, a la figura política de dimensiones gigantescas que es el presidente AMLO, que siempre tuvo como prioridad ganar la gubernatura del estado de México. Sumado al abandono desde el gobierno estatal, encabezado por Alfredo del Mazo, que se vio maniatado en practicar las sucias artes electorales priistas.

Por si no fuera poca la cuesta arriba para la candidata del Moral, el último día del mes de mayo, se publicó un trabajo de investigación periodística en los periódicos El País y The Guardian, a cargo de la periodista Teresa Montaño, donde se denuncia una trama fraudulenta similar a la estafa maestra entre los años 2018 y 2022. El Estado de México contrató al menos 15 empresas fachada, a través de 40 contratos y por valor de más de 5 mil millones de pesos. Estos contratos están ligados a las más altas esferas del PRI nacional, llegando a la propia del Moral en sus diferentes cargos en el Estado de México.

Esta investigación, sustentada en documentos, con la colaboración de equipos multidisciplinarios, desnudó la corrupción originada desde el gobierno del estado de México, con la agravante de que la periodista Montaño sobrevivió a un secuestro exprés con la intención de amedrentarla, donde le fue robado en su propio domicilio, su computadora, notas y material destinado a la investigación del proceso de corrupción. Este caso de acoso periodístico es una narrativa que ejemplifica cómo el estado de derecho no se aplica al poder político y económico en la entidad en cuestión.

Aunque la victoria morenista en el estado de México no fue por más de dos dígitos en las actas electorales, y la figura del presidente no provocó una avalancha de votantes, sería suicida para la oposición seguir minimizando al poderoso político, que rompió el esquema de partidos tradicionales.

Los procesos federales del siguiente año, obedecerán a prácticas políticas locales, que no volver a entenderse desde las cúpulas opositoras, les auguran una derrota mayoritaria al solo centrarse en la lucha por la presidencia. A pesar del genuino descontento contra el régimen, la alianza de partidos tradicionales no ha presentado un proyecto político alternativo que se traduzca en una posibilidad ciudadana de cambio. Siguen empantanados en apostar toda su estrategia en la búsqueda del simple voto de castigo, sin autocrítica, renovación de figuras políticas y sobre todo, desde la soberbia del desprecio por los electores que no les son afines.