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Milei se beneficia del antiperonismo

El triunfo de Milei tiene repercusiones mundiales, lejanas a la durísima realidad Argentina, la influencia del gobierno del ultraderechista trae renovados bríos en México.

30 de octubre, 2025

Israel Aparicio

El triunfo del presidente ultraliberal, Javier Milei, en las pasadas elecciones de medio término, le otorga un mayor número de congresistas, aunque no los suficientes para lograr una mayoría que le permita seguir con sus reformas extremas que ya han causado conflictos sociales por los terribles recortes al estado de bienestar.

Una vez más la encuestas fallaron en vaticinar al ganador de la elección argentina, pues después de un proceso adverso en la ciudad de Buenos Aires, los ánimos en la coalición de la libertad avanza eran mas propios de una derrota electoral fuerte, que el de una victoria reivindicatoria de las medidas de shock económico implementadas por el régimen. Sin embargo, como se recordará en el polarizado ámbito político de Argentina, los espacios para posturas de centro, sin extremismos no funcionan. Por ello solo existían dos opciones claras para el ciudadano común del país pampero, el régimen de derecha encabezado por Milei, o el odiado Kirchnerismo que no pudo aglutinarse en una opción real que desafiara al oficialismo.

Esto a pesar de que los escándalos de corrupción evidenciados en las conversaciones telefónicas ilegales de Karina Milei, hermana del presidente, e intocable funcionaria del régimen, dónde reconoce se adjudicó un tres por ciento del presupuesto destinado a los discapacitados y es una intermediadora entre los grupos fácticos para recibir las denominadas coimas, o moches en buen español de México.

A pesar de este escándalo similar al de la barredora tabasqueña o de los buenos tiempos del prian, en Argentina el denominado antiperonismo es aún mayor que el descontento social por estas acciones de corruptela. A pesar de la represión contra los jubilados a los que las pensiones no les alcanzan para llegar a fin de mes, sin contar como el odio del régimen está centrado en los ciudadanos que protestan con justa razón ante las difíciles condiciones económicas del país sudamericano.

La estrategia de Milei para no hundirse en las elecciones fue mantener un dólar artificialmente barato, a costa de préstamos excesivos que deberán pagar los ciudadanos no nacidos, como él mismo lo definía. La intervención del todo poderoso presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, fue determinante para que el temor a un abandono a su suerte de Argentina se decantara por la amenaza del xenófobo republicano. En los shows televisivos norteamericanos, los humoristas y críticos del presidente argentino lo ridiculizaban por sus exabruptos, su manía de cantar ante sus simpatizantes al no haber logrado su sueño de ser cantante de rock. Nadie en su sano juicio podría elegir o asociarse con este personaje, pero el inconsciente colectivo frente a una boleta electoral dicta otra cosa.

Contrario a lo que se esperaba en la lógica política, el elector argentino optó por revalidar el apoyo por el proyecto extremista, que amenaza con destruir lo que queda de seguridad social, con proyectos como el que busca eliminar todas las prestaciones laborales y entregar al sistema patronal el poder legal de reducir el salario, despedir sin indemnización alguna, así como acabar con el contrato colectivo de trabajo. Difícil situación si se le suman a los recortes mortales a la sanidad, los apoyos a los jubilados que ya provocaron que la inflación destruya cada día mas, el poder adquisitivo de la nación sudamericana, históricamente estancada en la pobreza económica.

El antiperonismo, tiene como una de sus ramas al antikirchnerismo, producto de los corruptos gobiernos emanados del matrimonio de los expresidentes y esposos, Néstor Kirchner y Cristina Kirchner. Ambos mandatarios fracasaron en brindar mejores opciones económicas a su país, además de estar envueltos en diferentes casos de corrupción que fueron castigados por el oportunismo político y hartazgo ciudadano mediante la opción presidencial de Javier Milei. En esta primera elección de mediano gobierno, se cumple lo que en otros procesos ocurre, y es que la ciudadanía refrenda el apoyo al partido en el gobierno y luego en el siguiente proceso electoral presidencial termina siendo una suerte de imprediccion total.

En este proceso el abstencionismo fue mayor al sesenta por ciento, lo que marca un hartazgo ciudadano ante el compresible viacrucis vivido por los argentinos de a pie, que ya no confían en ninguna personalidad política o partido político. La elección de medio término era más atractiva para el mundo debido al reto implícito de entender como, según el oficialismo argentino, se buscaba que el elector aceptara que el gobierno le disminuyera a la mitad el salario, le quitara las ayudas gubernamentales, en salud y educación, para volver a votar por el régimen que implementó esas medidas suicidas. Al parecer, el pueblo argentino, no tuvo empacho en hacerlo de nuevo.

El triunfo de Milei tiene repercusiones mundiales, lejanas a la durísima realidad Argentina, la influencia del gobierno del ultraderechista trae renovados bríos en México al refundado PAN que con su cambio estético, termina por abrazar a la extrema derecha que siempre cohabito en su filas. Solo que ahora, con la muy posible candidatura presidencial del magnate evasor fiscal, Ricardo Salinas Pliego, y su discurso falaz contra la 4T, que terminará fusionándose con el conservador partido político, que sin renovadas figuras políticas solo aspiraba a abrazar el intervencionismo estadounidense, en su más puro sentido apátrida.