Mi pesar… tu pesar… nuestro pesar

Mi corazón, como el tuyo, se encuentra desesperado. No hay ni para dónde voltear porque la desgracia, la tragedia y el dolor están presentes en todos lados. El dolor que viven los padres, madres, hermanos, hijos, hijas y familiares directamente afectados por la tragedia del metro, causa una gran tribulación en nuestros corazones. Tal vez ustedes no anden en el Metro de la Ciudad de México, pero yo sí anduve ahí cuando viví en el entonces D.F. En sus instalaciones se ve de todo, pero en su mayoría, la solidaridad entre desconocidos es grande y esto se vio el día de la tragedia.

Este dolor por la tragedia de un accidente previsible, el dolor por las muertes de COVID-19, nos une silenciosamente… Nos hace pensar silenciosamente en un personaje que dijo traer esperanza y que hoy nos tacha a todos los mexicanos de ¡CANALLAS! Cuando en realidad los ¡canallas! son los presuntos acusados de violación como el diputado de MORENA, Benjamín Saúl Huerta, o el violador Andrés Roemer a los que, por cierto, no les ha llegado todo el peso de la ley y eso en sí es una ¡CANALLADA! Están jugando a que el pueblo olvide los agravios tal y como van a querer hacer con los 25 muertos de la tragedia del metro y así salvar a los dos delfines del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Toda esta desfachatez de la impunidad descarada en todos los ámbitos de nuestro país, causa a los mexicanos una desesperanza y un desánimo nacional que no se ve reflejada en las calles donde la protesta está esperando a un líder que los mueva y saque del letargo de una promesa de esperanza no cumplida. Mucha gente está descontenta. Mucha gente que creyó en Andrés Manuel López Obrador hoy despotrica en muchos lugares contra él y contra el gobernador Rutilio Escandón, por ejemplo, en la larga fila para recoger las medicinas en los hospitales del IMSS o en las “colas” de las tortillas o en las bancas en los parques o en las reuniones de banquetas. Y  el pueblo despotrica no con calificativos rimbombantes como ¡CANALLAS! sino que la vox populi va mucho más allá y rematan diciendo molestos… ¡Ni modo!… ¡Hay que aguantar!

Así las campañas políticas están en pleno apogeo. Campañas muy difíciles donde el que sea visto como un verdadero líder ganará, no el que llegue como conquistador, sino como un verdadero líder o lideresa que busque el verdadero bien común (no el bien de la 4T o del presidente Andrés Manuel López Obrador). Esta falta de liderazgo ha creado que el “pueblo sabio” se haya convertido en un pueblo “valemadrista”, que tira la basura en los ríos y en las calles y luego se queja de la contaminación de su entorno o de las consecuencias nocivas de haber tirado la basura en las calles. Este botón de muestra es parte de la gran impunidad que vivimos. ¿A dónde vamos? ¿Qué nos va a pasar ahora? ¿Por qué no se ve futuro? Estas y otras preguntas se hacen las personas, se las hace el pueblo, te las haces tú y nos las hacemos todos.

Desgraciadamente la tragedia del metro, solamente augura que vendrán cosas muy fuertes y malas para México, porque se protege al poderoso y se olvida a las víctimas y eso está sucediendo en estos momentos. Sigue la represión después de las elecciones, sigue el estalinismo después de las elecciones. Es difícil decir esto, pero, la verdad, es el sentimiento nacional, solamente vean ustedes las redes sociales donde la fuerza de la gente se está viendo porque no están contentos con el actual gobierno y solamente hablan bien a los que les va bien.

Así, dentro de esta elección, miles de “paleros” están hoy por hoy disfrutando de las ubres presupuestales electorales y se transportan en lujosas camionetas, solamente para apantallar y decir “hemos llegado a conquistar” y por atrás cruzan los dedos para que sigan bien después de las elecciones.

Dolor y muerte, ésa es la tónica nacional. Hoy la amenaza viene desde el medio ambiente, porque las lluvias ya llegaron y muy fuertes y nadie, ni pueblo ni gobierno hace nada por ayudarse ni ser previsorios. Así que cuidado. Busca cómo proteger tu entorno, busca cómo proteger tu hogar, tu traslado y sé previsorio, no entres en batallas píricas y busca vivir para pelear otro día.