El estilo personal de gobernar del Presidente Trump es rudo. Ya lo sabíamos. Sus tácticas de negociación son golpeadoras de entrada intentando someter a sus contrapartes, haciéndoles sentir débiles, vulnerables. No es un hombre interesado, en principio, en llegar a acuerdos ganar-ganar, cosa que los expertos en materia de negociación no consideran conveniente, porque no suelen generar acuerdos perdurables y terminan agravando los conflictos preexistentes. Tal vez el mejor ejemplo de la inconveniencia de ese tipo de tácticas “de negociación” sea el Pacto de Versalles con el que se firmó la paz al término de la Primera Guerra Mundial y desembocó en la Segunda. Sin embargo, a Trump parece esto no importarle, toda vez que su horizonte de planeación es de solamente cuatro años, periodo en el que él quiere salirse con la suya, obteniendo lo que él considera ganancias rápidas en pro de los objetivos estratégicos que se ha fijado para su segundo periodo de gobierno: ordenar el problema migratorio, deteniendo la migración ilegal; parar la entrada de Fentanilo a su territorio y recuperar la fortaleza de le economía de su país. Supongo que piensa que, pasados sus 4 años, ya vendrá otro gobierno a arreglar los daños colaterales.
No la tiene nada fácil. Su primer obstáculo es la realidad misma, más que el poder de negociación de sus contrapartes. Por ejemplo, el intento de imponer aranceles contra México, Canadá, China y la Unión Europea va a generar un caos en el sistema económico estadounidense, afectando severamente sus cadenas de suministro, su productividad y, para los consumidores, escasez y aumento de precios. Esto contraviene, directamente, su objetivo estratégico de ganar competitividad, en particular, contra los chinos. Como han escrito en la revista The Atlantic, el slogan de America First se convertiría en America Alone, que en nuestra aldea global, tan estructuralmente interconectada, tendría efectos muy negativos principalmente para los norteamericanos (EEUU, Canadá y México), aunque también dislocará al comercio global. Por otro lado, su afán de deportar masivamente a los migrantes ilegales (acción operada con pleno derecho), ya está generando problemas serios en la producción agroindustrial y en la economía de servicios. Evidentemente, además, una crisis económica en México catalizará la migración ilegal y acercará a más gente al crimen organizado. En ambos casos, la realidad se impondrá y puede salirle a Trump el tiro por la culata. Por lo pronto, tiene razón Felipe Calderón al comentar que Trump está siendo muy eficaz en echarse a medio mundo encima, azuzando el odio contra los estadounidenses, como acaba de ocurrir en Toronto, en un partido de Hockey, cuando el público en pleno saludo con severa rechifla el himno nacional de EEUU. Obviamente las expresiones de odio anti-yankee pueden ir mucho más allá de una rechifla.
En las teorías psicoanalíticas del análisis transaccional de Eric Berne, para un actor caprichoso que, ante una situación que le incomoda, se comporta como niño rebelde o padre autoritario, es el choque contra la realidad misma lo que lo re-ubica en la vía de la sensatez y la conducta racional. Esto es lo que debemos esperar para el caso del Presidente Trump, pero ojalá no se tarde mucho la realidad en imponerse.
En cualquier caso, para el gobierno de México y para los mexicanos que estamos muy preocupados por los afanes bolivarianos del “segundo piso” de la 4T, el estilo personal de gobernar de Donald Trump ofrece algunas ventanas de oportunidad que debemos aprovechar para nuestro propio bien como estado nación:
- La presión del gobierno de EEUU para combatir al crimen organizado y la muy grave (y atinada) acusación sobre la vinculación del gobierno (en realidad, los gobiernos -federal, estatales y municipales-) con los cárteles, abre una ventana dorada para sanear institucionalmente al país y combatir en serio este cáncer nacional que, literalmente, nos está matando. Como señaló Paco Calderón, quien debería considerar organizaciones terroristas a los cárteles del crimen organizado mexicanos es, en primera instancia, el gobierno de México.
- Es correcta también la afirmación del gobierno estadounidense respecto a que la migración ilegal se genera por la irresponsabilidad y corrupción de los gobiernos cuya negligencia expulsa a su propia población para buscar su futuro en otros lares. Al estado mexicano le urge una política de desarrollo integral que saque eficazmente de la pobreza a la mitad de su población, cosa que no hemos hecho nada bien en los últimos 40 años, incluyendo los 6 de la 4T.
- El gobierno mexicano debe abandonar sus estúpidos coqueteos con los nefastos regímenes de Cuba, Venezuela, Nicaragua y Corea del Norte; evolucionar desde su lógica de juventud revolucionaria hacia el modo de adulto responsable y obrar congruentemente (olvidándose del “Plan C” de AMLO) alineando su visión expresada en el Plan México con sus políticas de educación (deshacerse del adoctrinamiento de la “Nueva Escuela Mexicana”), salud pública y desarrollo social con más sentido de realidad y prudencia que con ideología.
Sería muy bueno que la 4T se reoriente en este sentido en vez de abrazarse a la bandera cantando el himno nacional. Ya veremos.
X: @AdrianRdeCH
Te puede interesar:

“Aduelescencia”
Una brecha generacional que siempre ha sido complicada ahora se vuelve infranqueable.
marzo 25, 2025
La puerta de Kiev
Pronto veremos quién va a entrar por la puerta de Kiev, el único que sabe que va a salir...
marzo 25, 2025
Verdades oscuras
En un país donde la verdad ha sido tantas veces negociada, el gobierno de Sheinbaum tiene la oportunidad de...
marzo 25, 2025
Necropolítica: La racionalización de la violencia
La necropolítica es el uso del poder social y político para dictar cómo algunas personas pueden vivir y cómo...
marzo 24, 2025