EDUARDO TAMBIÉN ESTÁ EN:

Los hijos de Cuau Cetcui

Hoy puedo decir con pleno fundamento jurídico y con pruebas documentales irrefutables, que California, Nuevo México y Tejas siguen siendo territorio mexicano.

17 de enero, 2025

Julio Chavezmontes Messner

Ante la llegada de Donald Trump a la Presidencia de Estados Unidos, y vista su amenaza de deportar a millones de mexicanos, quiero iniciar esta colaboración citando una carta muy importante que dirigió Benito Juárez a Matías Romero el 10 de abril de 1865:

“Que el enemigo nos venza y nos robe, si tal es nuestro destino; pero nosotros no debemos legalizar ese atentado, entregándole voluntariamente lo que nos exige por la fuerza. Si la Francia, los Estados Unidos o cualquiera otra nación se apodera de algún punto de nuestro territorio Y POR NUESTRA DEBILIDAD NO PODEMOS ARROJARLO DE ÉL, DEJEMOS SIQUIERA VIVO NUESTRO DERECHO PARA QUE LAS GENERACIONES QUE NOS SUCEDAN LO RECOBREN. Malo sería dejarnos desarmar por una fuerza superior PERO SERÍA PÉSIMO DESARMAR A NUESTROS HIJOS PRIVÁNDOLOS DE UN BUEN DERECHO, QUE MÁS VALIENTES, MÁS PATRIOTAS Y SUFRIDOS QUE NOSOTROS LO HARÍAN VALER Y SABRÍAN REIVINDICARLO ALGÚN DÍA.“

Nosotros somos esa generación de la que hablaba Benito Juárez en esa carta.

Cuando tenía yo apenas seis años de edad, tuve conocimiento del despojo de más de la mitad de nuestro territorio, al leer una placa que conmemora la firma del Tratado de Guadalupe Hidalgo, sobre la fachada de la casa de campo de mi bisabuelo (Salvador Dominguez Ochoa), ubicada exactamente frente a la Basílica de la Virgen de Guadalupe, en la calle de Morelos 10.

Cuando le pregunté a mi abuelo materno (José Domínguez Soberón) qué significaba lo que decía esa placa, me contó en breves palabras lo sucedido a manos del ejército de Estados Unidos.

Yo sentí como si el despojo acabara de ocurrir y le pedí que hiciera que nos devolvieran esas tierras. Ante mi vehemencia insistente, mi abuelo me dijo que al llegar a su casa, me prestaría las memorias del Presidente James Polk de Estados Unidos donde explicaba todo sobre la invasión a México.

Para sorpresa de mi abuelito, habiéndome tomado tres meses la lectura de los dos tomos, volví a pedirle que reclamara la devolución de nuestro territorio porque nos había sido arrebatado en la casa de su papá. “Estas cosas no se arreglan así como así, Pecos; mejor cuando seas grande estudias para abogado y lo reclamas tú”, me contestó.

Mi abuelo que seguramente está en el Cielo con Dios Nuestro Senor, debe verme con complacencia y sonriendo, viendo mi persistencia en el afán de recuperar lo que siempre ha sido nuestro.

He escrito dos libros sobre el tema: HERIDAS QUE NO CIERRAN, publicado por Editorial Grijalbo en su colección de Política Mexicana en 1988, y THE COMEBACK RIVER que espero publicar este año.

Siguiendo el consejo de mi abuelo, me hice abogado y hoy, cuando ya soy un viejo que debería haberme apaciguado, estoy iniciando la defensa de mexicanos en peligro de deportación, en respuesta a compatriotas con quienes me puso en contacto Don Cosme Cazares Burgueno, presidente de la Academia de Historia de México en Tecate, Baja California.

Hoy puedo decir con pleno fundamento jurídico y con pruebas documentales irrefutables, que California, Nuevo Mexico y Tejas siguen siendo territorio mexicano.

Que Estados Unidos ejerce sobre esos territorios ÚNICAMENTE JURISDICCIÓN, de la misma forma que la Alemania Nazi ejerció jurisdicción sobre la Francia ocupada entre 1940 y 1944.

El Derecho Internacional vigente prohíbe LA GUERRA DE AGRESIÓN, LA CONQUISTA VIOLENTA DE TERRITORIOS y LA IMPOSICIÓN FORZOSA DE TRATADOS, de manera retroactiva y sin posibilidad de prescripción.

EL TRATADO DE GUADALUPE HIDALGO es NULO porque fue impuesto bajo amenazas por el Ejército de Estados Unidos que se encontraba en poder de todo el territorio de México y había izado su bandera sobre nuestro Palacio Nacional, justamente el 15 de septiembre de 1847.

La Convención de Viena sobre el Derecho de los Tratados en su artículo 71 establece la forma en que debe procederse cuando un tratado como Guadalupe Hidalgo sea declarado nulo.

No es que nos vayan a devolver nuestros territorios vacíos, porque los habitantes no mexicanos que residen en ellos, son terceros de buena fe que ignoran la ilegalidad de la presencia estadounidense en California, Nuevo México y Tejas.

¡PERO TAMPOCO NOS PUEDEN DEPORTAR!

NO PUEDE NEGÁRSENOS EL DERECHO DE IR A ESOS TERRITORIOS Y REGRESAR DE ELLOS; EL DERECHO DE RESIDIR AHÍ, TRABAJAR, VIVIR, TRANSITAR, TRABAJAR Y COEXISTIR CON LOS ACTUALES HABITANTES.

NO PUEDEN CONSTRUIRSE MUROS SINO PUENTES.

Me permito transcribir un párrafo del discurso pronunciado por el Senador Thomas Corwin del estado de Ohio ante el Congreso de Estados Unidos, denunciando la agresión lanzada por el Presidente Polk, el 11 de febrero de 1847, durante la guerra contra México en el que dijo:

“PUEDE USTED ARREBATARLE ESTAS PROVINCIAS A MÉXICO POR MEDIO DE ESTA GUERRA; PUEDE RETENERLAS IMPONIENDO EL DERECHO DEL MÁS FUERTE; PUEDE ROBARLAS, PERO UN TRATADO LEGÍTIMA Y LIBREMENTE FIRMADO POR EL PUEBLO MEXICANO CEDIENDO LA MITAD DE SU TERRITORIO, USTED JAMÁS LO TENDRÁ.“

Con mi apasionado amor por México, y con la absoluta certeza de que el Derecho y la Justicia están de nuestra parte, puedo afirmar como abogado que California, Nuevo México y Tejas, siguen siendo territorio mexicano.

Cada día que pasa sin que hagamos valer nuestro justo reclamo, significa angustia, persecución y muerte para nuestros hermanos que cruzan el río.

Los mexicanos no somos ”legales“, somos los hijos de Cuauhcetcui que seguimos al águila de nuestros ancestros en regreso a nuestro lugar de origen.

La voz de México, en nuestras palabras, no debe seguir siendo el grito desesperado que resonó en la voz de nuestros niños héroes en Chapultepec, en la alternativa trágica de libertad o muerte, para volverse un eco triunfal por nuestro regreso:

¡TODA LA PATRIA O NADA!

__________________________

Dedicado a Cosme Cazares B. y a la Academia de Historia de México en Tecate, Baja California.

Comentarios