Conocí de tiempo atrás a un brasileño de ascendencia sirio-libanesa que asentó en Río de Janeiro hace años (hay una comunidad muy importante de ese origen allá, como la tenemos en México) y que platicando en “portuñol” (mezcla de castellano y portugués) me comentaba, lo recuerdo bien, que si se quiere conocer la cultura en Siria, se haga a través de sus poetas, recordando eso, considero que este acercamiento al conflicto de guerra civil que enfrenta ese país de 2011 resulta además de desafiante, distinto.
Con territorio histórico, bíblico, elocuente y rico, es el lugar donde fueron fundadas hace muchos, pero muchos años ciudades como Damasco (si, la de la conversión de Saulo a Paulo defensor del cristianismo y gran escritor epistolar) la de Alepo (que da origen a una rama muy importante del judaísmo sefaradí) y Homs. República Árabe de Siria, donde se congregan kurdos, turcos, siríacos y árabes. En el siglo XX tuvo dos guerras de independencia, en 1919 del Imperio Otomano y de Francia al año siguiente constituyendo un país independiente más no autónomo, desde 1963 hasta el 8 de diciembre de 2024 cuando Bashar al-Assad es rescatado por Rusia, dando fin así a la guerra civil desatada contra su régimen autocrático, militar y de terror heredado de su padre Hafiz al-Asad quien funda en 1970 su partido de tendencia antiimperialista, anti sionista, islamista moderado, nacionalista, panarabista (integración en una sola nación de todos los árabes) y socialista. En la actualidad es gobernada por la Coalición Nacional para las fuerzas de Oposición y la Revolución Siria con Mohamed al Bashar en un gobierno de transición (nacido en 1983, islamista, ingeniero petrolero y activo en política desde 2007) que lo recibió del entonces recién nombrado apenas en septiembre 2024, primer ministro al-Jalali.
Los años de la tiranía produjeron una generación de poetas que a través de su arte denunciaban los actos de terror impuestos (que han sido desenmascarados en los últimos 20 días de la cárceles y campos de exterminio). Ali Ahmad Said Esber (conocido como Adonis de 94 años), panarabista, exiliado en Beirut y luego en París es considerado como el Mayakvsky de la época de Lenin, afirma que “la poesía no transforma los eventos ni tampoco cambia las situaciones, pero crea una nueva conciencia que permite al individuo ver el mundo de una nueva manera”. Otro es Nizar Qabbani, autor de “Apuntes en el cuaderno de la derrota” donde llora la derrota árabe de la guerra de los Seis Días de 1967, diplomático estuvo en varios países: “No ceso de aborrecer la guerra, creo sueños y digo que Dios juntará algún día las entrañas de mi cuerpo , que sienten nostalgia por Bagdad, con mi corazón que posee una mujer de Damasco”, la tercera es mujer, cubre su rostro con su burka y no se le conoce sin él, Ahlam al-Nasar, fue muy activa en redes sociales, llorando afirma “sus balas destrozaron nuestros cráneos como terremotos”, estudiante de jurisprudencia en Arabía, su esposo murió durante la Primavera Árabe (2011) y no se sabe nada de ella.
Hoy el gran debate va más allá del futuro de Siria y de los sirios, al mundo le preocupa aún más, EEUU de inmediato 5 o 6 días del evento envió emisarios, Macrón también, Israel especuló con invadir el sur que ya había estado en conflicto más allá de los montes del Hebrón, Rusia no tiene nada que decir, pero ya actúo. Importante será observar hacía dónde irá el nuevo gobierno, eso facilitaría las cosas, pero también las complicaría. Será cuestión, como siempre, de “presupuesto”.
La situación geopolítica se vuelve cada vez más compleja y su solución más compleja si a esto le añadimos el bombardeo a Saná (Yemen) desde Israel y el derribo del avión que viajaba a Grozni (Chechenia) desde Bakú en Azerbaiyán y que cayó en Aktau, Kazajistán y esto sin contar las guerras en Mali, Níger, terrorismo en Argelia, caos en Libia, violencia en Egipto, crisis en Túnez y ahora en Corea del Sur con su conflicto político.
2025 apenas comienza, y sí que va a tener acontecimientos y más a partir del 20 de enero día que jurará el 47 presidente de EEUU y su gobierno plutocrático.
“La poesía es el registro de los árabes” afirmó al-Nar, la poetisa referida ahora desaparecida.
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