Entre el 13 y el 15 de mayo de 1911, fueron masacrados 303 ciudadanos chinos en Torreón a manos de distintos tropas revolucionarias, oficialistas y ciudadanos a causa de un mero arranque de xenofobia. La casa del dolor ajeno, de Julián Herbert narra con detalle y talento este hecho olvidado de la historia de México que habla mucho de quienes hemos sido, pero también de quienes somos en el presente.
En La casa del dolor ajeno, Julián Herbert narra “un pequeño genocidio” que tuvo lugar en México, pero no en las épocas presentes, donde de alguna manera hay muchos, sino uno ocurrido en Torreón, Coahuila, entre el 13 y 15 de mayo de 1911.
Se trata de la masacre de 303 chinos que vivían pacíficamente en la ciudad y que fueron masacrados en el marco de la primera toma de la ciudad de Torreón por los revolucionarios maderistas.
Aunque infinidad de versiones populares atribuyen la matanza a las tropas de Villa, Herbert nos deja claro que eso del todo imposible, porque en esas fechas Villa estaba en Ciudad Juárez. Entonces, ¿quién acribilló a los chinos? y, lo más importante, ¿por qué leer un libro, que el autor califica como “western”, que aborda hechos ocurridos hace más de un siglo y que desde un principio se sabe lo que ocurrió –podría haberse llamado «crónica de 303 muertes anunciadas»–, que lejos de ser los villistas, fueron los propios pobladores del Torreón de principios del siglo XX, joya de la corona del Porfiriato y al mismo tiempo aguerrida región maderista durante la lucha armada?
En realidad, razones hay muchas, pero para mí la principal, la que realmente me atrapó es la manera en que el autor desarrolla el proceso de escritura, de investigación y de organización de los datos conocidos. Con una sensibilidad literaria notable, tomando referencias tanto de taxistas, historiadores, la propia experiencia de visitar el terreno, así como diversos archivos, La casa del dolor ajeno es una obra que habita entre la novela, el reportaje, la crónica e incluso la poesía.
Me capturó también por la manera como el autor va poco a poco desentrañando las razones por las que amplios sectores de la sociedad torreonense –en especial la burguesía– desarrolló un fuerte rechazo xenofóbico hacia los inmigrantes chinos, la relación de esta inmigración con los Estados Unidos, con la lucha ramada, con la modernización del norte del país y con las grandes fortunas que se desarrollaron en la región desde la colonia hasta nuestros días.
A lo largo de la obra queda de manifiesto la manipulación del acontecimiento que se ha llevado a cabo por historiadores y autoridades con la intención de minimizar, e incluso abiertamente tergiversar las crónicas. El autor se esfuerza por probar cómo, lo largo de cien años, se ha negado la verdad, escondido sucesos, instigadores y participantes, lo que ha deriva en una especie de complicidad general que en nuestro tiempo es imposible justificar.
Se trata, sin duda de un acontecimiento convenientemente olvidado, pero que al abordarlo con la complejidad y amplitud como lo hace Herbert, permite entender muchas de las características de nuestro país y el génesis de esa región en particular, lo mismo que explica en gran medida esa porción del México de hoy.
El narrador-autor-investigador en primera persona, que refiere los hechos con cercanía y claridad es una de las grandes virtudes de la obra. La voz narrativa de Herbert funciona muy bien para permitirnos acompañarlo en cada etapa del proceso de construir esa obra, que en un momento dado descubre él mismo como un “western”.
“Escribo esto –dice Herbert– porque es una historia de migrantes, de violencia extrema, porque es una historia de un montón de gente que termina en una fosa común y de la que un Estado crea una verdad histórica a su mejor parecer. Yo no estoy hablando de historia. Estoy haciendo un reportaje del México contemporáneo”. No me cabe duda de que así; los hechos ocurridos en 1911 hablan mucho y muy bien del México violento de nuestros días. Encima el autor lleva a cabo su crónica de forma rigurosa, documentada, lo que provoca que al acabar la lectura tengamos un nudo en la garganta.
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Herbert, Julián, La casa del dolor ajeno, Primera Edición, Tercera Reimpresión, México, Literatura Random House – Penguin Random House, 2022, Págs. 303
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