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La Auditoría, Codere y los Caballos Pura Sangre

24 de febrero, 2021

Después de que el 18 de diciembre del año pasado la autoridad sanitaria de la Ciudad de México colocara el semáforo epidemiológico en rojo (es decir, “nadie se mueva”), la medida le cayó como anillo al dedo a la empresa permisionaria del Hipódromo de las Américas. Así, se suspendieron las últimas dos funciones del año y se dio por terminada la desastrosa temporada 2020.

Después de este largo receso ─dos meses─ que ha costado a los dueños de caballos una pérdida de cuando menos 24 millones de pesos (1200 ejemplares a 10 000 pesos mensuales), la semana pasada la empresa convocó al gremio hípico para iniciar la temporada 2021. Por ello, el 17 de febrero se abrieron las inscripciones para dar comienzo el sábado 20 y domingo 21 de este mes.

Llama la atención que los premios ofrecidos para el inicio de la temporada se redujeran en más del 30% ─y cada caballo inscrito aporta 800 pesos para participar (aunque usted no lo crea)─. Tal reducción va a provocar que muchos caballistas desistan en seguir manteniendo sus ejemplares. ¡Hay muchos caballos en venta! Por poner un ejemplo, en el Hipódromo Remón, en Panamá, en una carrera de potrancas de tres años que nunca han ganado antes, se disputa un premio de ocho mil dólares. Aquí ¿llegarán a tres mil algún día? No lo creo. ¡Esa es la triste realidad de la hípica mexicana!

Para sorpresa del gremio hípico, el viernes 19 de febrero, ya con los caballistas inscritos, el señor Jacobo Morett, quien debe ser el vocero de la empresa, comunicó que las funciones se cancelaban hasta que el “Comité de Monitoreo de la Ciudad” diera su aprobación y lo publicara en la Gaceta Oficial del gobierno capitalino. Curiosamente, ese mismo día en la mentada Gaceta ─que se publica temprano por la mañana─ se anunció que las carreras sí se autorizaban. Esa es la clase de irresponsabilidad de los ejecutivos de la empresa que ha acabado con nuestra actividad y con la industria, en perjuicio de las fuentes de empleo que son el verdadero fin social de esta actividad y que todos los gobiernos del mundo apoyan con fervor. ¡Así se las gasta la empresa española Codere!

Las preguntas obligadas son:

¿Dónde está la autoridad reguladora, es decir, la Dirección General de Juegos y Sorteos que finalmente comanda doña Olga Sánchez Cordero, secretaria de Gobernación?
¿Quién está detrás de esta empresa española, que no cumple con el permiso que gozan en el terreno federal de 52 hectáreas ─posiblemente el más valioso de toda la ciudad─?

Ahora, en el Informe que acaba de publicar la Auditoría Superior de la Federación (página 24) señalan una serie de anomalías en que incurre la permisionaria en cuanto a los accionistas:

“…se observó que dicho acuerdo de fusión no fue identificado en los expedientes de ninguna de las permisionarias en las que estas empresas son accionistas, por lo que, de no haber informado esta operación a la DGJS, se determinaría un incumplimiento que amerita la revocación del permiso”.

“Asimismo, la DGJS omitió realizar las acciones correspondientes (informar de las irregularidades presentadas por la permisionaria al área encargada de revocar el permiso) para evitar que la permisionaria Administradora Mexicana de Hipódromo, S.A. de C.V., quedara a cargo de accionistas extranjeros al rebasar el 49% de las acciones en empresas extranjeras (CODERE), toda vez que en el permiso se estableció ese límite”.

Claro, la Auditoría (ASF) omitió indagar cuánto paga de renta la concesionaria por esa propiedad federal y qué empresas gozan de esos espacios. Tampoco investigó a la autoridad civil (la Comisión Mexicana), creada por la empresa para su propio beneficio, la cual ha sido seriamente impugnada en los tribunales federales y de acuerdo con la misma Dirección de Juegos y Sorteos no tiene las atribuciones para hacerlo. ¿Quién autorizó la actual temporada? ¿Cuál será el presupuesto de este organismo de facto y de donde obtiene sus recursos? A la ASF también se le barrió averiguar por qué a 15 días de acabar el sexenio de Peña Nieto, se le otorgó una prórroga de su permiso por 15 años más. ¿Será por su linda cara?

Por nuestro conducto, todo lo que “descubrió” la ASF se lo hemos señalado a la Dirección General de Juegos y Sorteos en múltiples ocasiones, es decir, la gran cantidad de anomalías e irregularidades del incumplimiento a las cláusulas del permiso que ostentan. Simplemente ya han acabado con la Industria Hípica de caballos Pura Sangre (PS) cuando esa fue la razón por la que le otorgaron el permiso por 25 años, y para que tuviera un buen negocio también le permitieron explotar una gran cantidad de giros complementarios, es decir, los casinos que operan. ¿Cuántos caballos PS se crían actualmente en México? ¿200?… Se me hacen muchos. Estamos presenciando la extinción del caballo PS mexicano.

He revisado el libro que publiqué de los artículos donde he denunciado del tema desde 2014 (se puede adquirir en promoción en amazon.com.mx en su versión digital) que intitulé El Hipódromo de las Américas, Una Historia de Impunidad y Corrupción. Ahí señalo, con lujo de detalle, todas las irregularidades que hemos padecido por años en la planta hípica.

Desgraciadamente en el gobierno de la 4T ─cuya principal bandera es la lucha contra la corrupción─ en la Secretaría de Gobernación no han hecho caso. La impunidad y la corrupción siguen contentas de subsistir y es probable que ahora sí, con los señalamientos que hizo la ASF, alguien se interese y haga caso. Codere se debe ir.

Tal vez ahora los señores que se dicen “representantes de los propietarios” del ovalo sotelino ─que no deben estar muy contentos de que le sigan tomando el pelo─ ¡ojalá reaccionen!

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