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Importa más la popularidad que la capacidad

26 de octubre, 2020

Para el partido en el poder, las elecciones en Hidalgo y Coahuila fue un gran revés, sobre todo porque creían que el PRI ya estaba muerto y enterrado. El resultado de la elección es la consecuencia principalmente del abandono a la clase media pero fundamentalmente al campo, a las organizaciones sociales por parte del presidente de la República.

Los morenistas de a pie, los brigadistas, esos que anduvieron en campaña, no esperaban otro resultado diferente al final. Estar en la primera línea les permitió ir palpando la realidad, pudieron tener su verdadera encuesta sin copetear. Y el razonamiento de los morenistas de a pie es que con este gobierno federal “no hay nada para nadie, porque todos somos corruptos según el presidente de la República”.

Así se expresó Javier Hernández Marrufo, gestor agrario y coordinador en la Laguna de la Confederación Nacional de Plan de Ayala (CNPA). Para gestores como Hernández Marrufo, defensores a ultranza del proyecto del presidente, resulta frustrante cumplir con su labor cuando llega con las manos vacías y luchando contra su propio gobierno que desconoció a las organizaciones a la gacha, así, en esas condiciones es prácticamente imposible promover entre el elector y sobre todo en los campesinos el cambio prometido por la 4T.

Los campesinos además acusan y traición al presidente, pues tienen muy presentes las palabras del presidente en un evento en Jerez (Zacatecas), el 10 de abril del 2018, quien juró estar al 100% con los campesinos, con el campo y hasta hoy no han recibido absolutamente nada de lo pactado con ellos. En toda la zona agrícola de la Laguna dicen lo mismo: “el presidente no está haciendo nada, el presidente no nos está apoyando” y en estas elecciones le han cobrado la factura.

Para los campesinos laguneros la supuesta lucha contra la corrupción emprendida cada mañana desde Palacio Nacional no tiene ningún impacto, poco o nada les importa lo que pase con el general Cienfuegos, o con Genaro Luna, entre otros.

Para ellos, para los campesinos, sus preocupaciones esenciales son otras. Les importa sobre todas las cosas: La lluvia, el agua, los fertilizantes, la semilla, la sequía, las plagas, el nitrato, los precios de garantía, etc. Pero, sobre todo, más allá del discurso oficial, está el bienestar de su familia que ha empeorado en los últimos dos años. Este sector, como muchos más, se sienten profundamente agraviado, traicionado y abandonado, el campo está más pobre que nunca.

En la conversación popular del pueblo bueno y sabio en la comarca lagunera es vox populi que “Ni se le ocurra al presidente hacer su revocación de mandato porque perderá, a como está la situación, se va”. La idea de que el presidente no da nada para nadie, es generalizada y claman por una nueva actitud política con respecto al campo.

Piensan que como presidente tiene la panza llena, tiene todo, toma decisiones inadecuadas, fuera de la realidad y le piden ponerse en los zapatos de un campesino, de un pescador, de alguien que vive prácticamente al día, lo acusan de no ayudar en nada al campo.

El PRI arrasó en Coahuila y es ya, un antecedente de lo que puede suceder en las elecciones intermedias del 2021. Para ganar en 2018, el presidente cocinó una capirotada con todos los partidos políticos privilegiando la aportación de votos y no la capacidad de las personas; hoy paga las consecuencias de no contar con los mejores, sino con las más populares.

En este sexenio importa más la popularidad que la capacidad.

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(Texto basado en la reflexión del Sr. Javier Hernández Marrufo, gestor agrario y coordinador en la Laguna de la Confederación Nacional de Plan de Ayala).

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