Feminismo silencioso

Qué título para llamar a un ensayo que habla sobre el rompimiento de las barreras y el fin de la  vida anónimas. Quien lo escribe, Beatriz Gutierrez Müller,  no puede saber más de lo que habla, la primera esposa de un presidente que se pronuncia por no serlo o más bien por serlo a su manera sin dejar de ser ella.

Leí este libro que dejó muchas nuevas ideas en mí con respecto a este tema tan complejo y difícil de abarcar como lo es el feminismo, tema del que se ha dicho tanto y sigue faltando un mar de puntos que estudiar y mencionar, que tanto se mal interpreta y se utiliza también en contra de sus mismas militantes, del que decimos entender y pocos tenemos la humildad de reconocer que no entendemos casi nada.

No hay un feminismo igual a otro, cada feminismo es autónomo, único e intransferible como lo es cada mujer y cada persona que lo anhela, los discursos han ido y venido de modo que quien así lo quiere puede utilizarlos y a la vez transgiversarlos, por eso los llaman con motes tan ofensivos como “Feminazis” o “Feminatis”, nos tildan de revoltosas, destructoras, violentas, feas, groseras, sucias.

Lo siguiente es una reflexión propia sobre el título que sí me dio para deconstruir varias de mis ideas preconcebidas. Las razones de cada una para pretender ejercer el feminismo siempre son genuinas y legítimas pues obedecen a una causa y a un agravio inicial que solo conoce cada quien, habrá la mujer que fue violada, violentada o las millones que estamos cansadas de ser vistas como ciudadanas de segunda, como costillas, como sombras y que además  sufrimos por la violencia que otras mujeres han padecido porque en este aspecto si se trata de una unidad.

 Existen las mujeres que gritan por diferentes realidades, que no están de acuerdo con el estado patriarcal y que quieren ser líderes, jefas, directoras, pero también existen y son muchísimas las mujeres que están de acuerdo en seguir ejerciendo el rol durante siglos establecido, dedicarse a la crianza, al cuidado del hogar, que son felices como lo somos muchísimas cuidando a los nuestros y también son feministas. Planchar, lavar, cocinar no te define como tampoco lo hace ser la futura Presidente de un país, se es mujer y ya, los hombres no necesitan andar buscando estereotipos para clasificarse, solo nosotras vivimos queriendo saber a qué lado pertenecemos. El feminismo es mucho más que levantar la voz, que destaparse o elegir no hacerlo, eso es solo el medio no el fondo, el feminismo en resumen para mí son tres puntos principales:

• No permitir la violencia de género a nuestra persona y no aceptarla hacia ninguna otra mujer.
• Hablar por si misma, incluso dentro de los colectivos femeninos.
• No molestar ni poner el pie a otras mujeres, respetar su esencia y sus desiciones.

Así, pues, dejemos de etiquetarnos y delimitarnos, ser solteras o vivir en pareja, trabajar fuera de casa o quedarse al cuidado del hogar, ser líder o ser una persona pasiva, gritar o decidir no hacerlo. El feminismo es honrar nuestro género, amarlo y luchar por vivir seguras y en libertad de elegir ser, luchar a nuestro modo desde nuestra trinchera, salir a las calles o no, destaparse o no, declararse o no, también el feminismo se vive criando, educando, conciliando, en cada tarea y cada día. Viviendo sin violencia de género y en libertad.

Me gustó este libro, cabe mencionar la forma impecable en que está escrito y las palabras tan precisas que como buena doctora en literatura utiliza la autora, independientemente de las incongruencias que a la vanidad obedecen de haber elegido la Plaza de la Constitución para presentar su libro como lo podría hacer únicamente la esposa del presidente que es Justo de lo que se defiende en su ensayo y teniendo los invitados que tuvo independientemente de que pueda alegar que son sus amigos personales o no así como los cientos de gritones y paleros que acudieron al evento y que lejos de darle realce evidenciaron el abuso de nepotismo. Podemos sentir simpatía o no por la autora la Doctora Beatriz Gutiérrez Müller, mujer que defiende no ser la primera dama y ser una mujer que habla por sí misma y que nos trae este tratado que vale mucho la pena leer con detenimiento pero no considerar el único ni la albacea sobre el tema.

Cada día se avanza y se sabe más sobre el tema, es hora de que cada una tenga su propia concepción y así la viva, con certeza y orgullo porque ya es hora. El mundo tiene que reconocernos y defendernos como lo ha hecho con todo lo que le ha parecido elemental, como se luchó por religión, por ideologías, por territorios, las mujeres somos la esencia de la vida, nada más y nada menos.

El mundo será feminista o no será.