López Obrador nuevamente ignora y violenta nuestra Constitución que en sus artículos 6º y 7º en esencia garantizan la libre manifestación de las ideas; se establece que nadie será objeto de ninguna inquisición judicial o administrativa, toda vez que el derecho a la información debe de ser garantizado por el Estado y, por tal, las personas tenemos derecho al libre acceso a la misma en forma plural y oportuna, así como a buscar, recibir y difundir información e ideas de toda índole por cualquier medio de expresión. Por ello es inviolable la libertad de difundir opiniones, información e ideas, a través de cualquier medio, estando prohibido restringir este derecho por cualquier vía o medio, como tampoco ninguna ley ni autoridad puede establecer la previa censura, ni coartar la libertad de difusión.
No obstante lo anterior, hace unos días, Andrés Manuel López Obrador anunció que cada semana señalaría a los periodistas o medios de comunicación que expusieran noticias falsas. En la conferencia matutina del miércoles 30 de junio, comenzó con estos señalamientos a través de una diputada suplente hasta ese día prácticamente desconocida y que, a mi parecer, carece de toda experiencia en medios de comunicación (por ello ni caso tiene mencionar su nombre en este espacio). En efecto, en las “mañaneras” bajo el título de “Quién es quién en las mentiras” o el “Mentirómetro” se pretende hacer una réplica a lo expuesto en la prensa mexicana por cualquiera de sus formas de expresión.
El presidente tiene prohibido constitucionalmente exponer esas noticias bajo el calificativo de “falsas” o de “mentirosas” en la forma pública y masiva en que lo hace, pues violenta los artículos citados de nuestra Carta Magna que garantizan la libre expresión de las ideas. Así, López Obrador ignora y desprecia la Ley Reglamentaria en Materia de Derecho de Réplica, que regula esa protección absoluta y establece el procedimiento de réplica que se contempla en favor de que cualquier persona, incluso cualquier servidor público puede ejercerla en caso de considerar que una noticia es falsa o mentirosa como se les quiere calificar desde el patíbulo mañanero.
La ley citada ordena que aquel que tenga un reclamo por considerar que una nota periodística o noticiosa, sin importar el medio en que ésta se exponga, sea inexacta o falsa, tiene ese derecho de réplica, esto es de solicitar a dicho medio o persona que publique la aclaración a su nota o noticia en el mismo espacio y tiempo en que se hizo, regulando las sanciones e inclusive las acciones que pueden promoverse para el caso de incumplimiento.
Si actualmente se encuentra garantizado por la ley fundamental que aquel que considere que se expuso una falsedad o mentira que afecte a su persona, entonces, Andrés Manuel López Obrador debe de ser el primero en seguir los cauces legales para ello y no utilizar los medios de comunicación masivos a su disposición para, a su gusto, atacar y desmentir sin prueba alguna a los medios y periodistas, tal como lo hace constantemente, y ahora lo pretende exacerbar cada miércoles.
Analizo la ley referida, reflexiono y considero que también cualquier periodista, columnista, crítico, conductor o analista, así como cualquier medio de comunicación informativo, noticioso o periodístico que sea expuesto en las mañaneras por el presidente o por cualquier persona que utilice para manifestar que alguna noticia es falsa o mentirosa, pueden igualmente ejercer su derecho de réplica para que en ese mismo espacio de la “mañanera” y por el mismo tiempo usado se haga la aclaración correspondiente, e incluso se lea el comunicado íntegro de la réplica, pues así se encuentra establecido en la ley que protege la garantía constitucional a la información y a la libre expresión de las ideas.
Debo indicar que en caso de que AMLO incumpla con las solicitudes de las réplicas, o se niegue a hacer la aclaración, o a no exponer ni transmitir el contenido de la petición, los afectados tienen derecho a formular la reclamación vía judicial, lo que desde este momento, observo, generaría una cascada de demandas que dejarán documentadas, por lo menos, para la historia, la gran cantidad de mentiras que se exponen en ese pabellón de ejecución de los medios y personas dedicadas a la información.
No nos engañemos: la desinformación que se pretende desde Palacio Nacional tiene el fin de seguir dividiendo a la población, de destruir a los medios desde ese fastuoso aposento de López Obrador, pues los considera sus adversarios por no ser sumisos y agachones ante él.
No basta con mirar y escuchar que alguien, aun sea el propio presidente de México, esté violando los derechos que están protegidos con firmeza en nuestra Ley Fundamental, ni se trata de hacer programas u opinar en contra del llamado “Mentirómetro”, así como tampoco pienso que la solución sean los “mentirómetros del mentirómetro”, sino que se deben ejercer las leyes vigentes que regulan el derecho a la información y sancionan a quienes incumplen, haciendo las peticiones de réplica correspondientes y evidenciando la censura del titular del Ejecutivo Federal. Cabe recordar estas líneas del pensamiento de George Washington: “Si nos quitan la libertad de expresión, nos quedamos mudos y silenciosos y nos pueden guiar como ovejas al matadero”. No permitamos esa farsa llamada “Quién es quién en las mentiras”.
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