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El drama de los marineros en Acapulco: ¡primero los pobres!

A su paso, el huracán Otis dejó muerte y destrucción. Entre los numerosos ejemplos están los de los yates y embarcaciones del Puerto de Acapulco.

22 de noviembre, 2023

Ginés Sánchez

El drama de los marineros en Acapulco: ¡primero los pobres!

El drama más lacerante que dejó el paso del superhuracán OTIS por Acapulco es seguramente el de los marineros, las tripulaciones de las embarcaciones, ya sea de recreo, de lujo, de renta o propio. Me permito tocar tan sólo un par de historias, y que conste, que los yates, lanchitas de pescadores y todo tipo de embarcaciones van de los seis mil a los siete mil; prácticamente no se ven barcos de ningún tipo en los mares de Acapulco.

YATE ACAREY

Yate famoso de recreo, un catamarán, el cual su propietario obligó para tratar de salvarlo a su tripulación (seis miembros) a fondearlo en medio de la bahía. Al obedecer la necia y absurda orden, el Capitán, marineros y motoristas, apuntaron la proa hacia la muerte segura, ya que para esa hora (10:00 pm) el ciclón era ya de categoría 5 (el más alto posible en las mediciones meteorológicas). Todos perecieron, el barco no se sabe siquiera, a ciencia cierta, a dónde fue tragado por el mar. Al día de hoy, sólo se tiene la certeza del hallazgo de uno de ellos: su joven Capitán, egresado de la marina armada de México, originario del estado de Puebla.

YATE ROSEMARY

Se dijo siempre que en su momento fue del ex presidente Díaz Ordaz. Un yate para renta, viejo pero señora, en donde su Capitán también acató la orden de no abandonarlo para “cuidarlo” durante el meteoro. Tomó una desafortunada decisión: llevar a su esposa, hija y nieto al barco, y lo mismo, una ola enorme lo partió y lo hundió. Todos perecieron excepto él, a quien la marina lo encontró un día después, atrás de la isla de la Roqueta, aferrado a un tronco.

Estos son sólo dos ejemplos, porque si algún medio serio tuviera la mínima valentía y valor de hacer un reportaje a conciencia, saldrán a la luz esos episodios más mezquinos de la condición humana.

Pero en una frase sí puedo yo, con todo lo que he escuchado (y salvo MUY contadas y honrosas excepciones, que las hay, como el propietario de los Yates DINKA, que se hundieron los tres), y es sin duda esta: ¡PRIMERO LOS POBRES!