Diputados prorrusos sin VISA, la Tremenda Corte y la farsa revocatoria

Como cada semana Fernando Navarrete comenta los acontecimientos más importantes a nivel nacional con su singular estilo.

12 de abril, 2022

Fernando Navarrete

Diputados prorrusos sin VISA, la Tremenda Corte y la farsa revocatoria

Como si el no condenar enérgicamente las ansias expansionistas de Rusia fuera una cosa menor (además de rehusarse a guardar un minuto de silencio por las víctimas en Ucrania), un grupo de diputados morenistas y uno que otro del PT decidieron aventarse la puntada de crear algo llamado GRUPO DE AMISTAD MÉXICO-RUSIA para apoyar a Putin y sus prácticas genocidas. Todo era jijiji y jajaja hasta que el gobierno de Estados Unidos, en voz del legislador del partido demócrata Vicente González, propusiera retirar la visa americana a los participantes de dicha agrupación.

Los diputados antes referidos, enemigos del neoliberalismo y de los privilegios (sic), pro-chavistas y amigos de Díaz-Canel, ahora sufren amargamente y hacen videos con los ojos llorosos y la voz quebrada buscando deslindarse del grupo de amistad dado que ya no podrán vacacionar o irse de compras con cargo al erario al país del norte.

Tan removidas vieron sus frágiles convicciones que hasta Gerardo Fernández Noroña, el pseudo legislador al que le fascina tomarse fotos con Nicolás Maduro, solicitó al presidente de la Mesa Directiva de la Cámara evitar que les retiren la visa más capitalista que existe (justo del país que dicen odiar pero aman en secreto, como todos los socialistas) argumentando que están “violando sus derechos”. El derecho humano de ir a Las Vegas o Houston, suponemos. Irónicamente y en un acto de congruencia nuestros diputados morenistas y petistas ahora podrán hacer turismo nacional en Guayabitos o Caleta, como acostumbra el pueblo sin privilegios o vacacionar en La Habana, irse de compras a Caracas o pasear en Nicaragua, justo como toda la vida han deseado. Touché.

Esta semana la Tremenda Corte de Justicia le cantó dos outs a El Supremo y su séquito y le permitió un hit, hablando en los términos que tanto le gustan.

Por un lado, con nueve votos a favor y dos en contra, anularon la reforma a la Ley de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria que permitía a El Líder, desde 2019, disponer en lo oscurito y de la manera más caprichosa posible de los miles de millones “ahorrados” con sus medidas de austeridad (mejor conocidos como subejercicios) y con el voto unánime de los 11 ministros, la SCJN determinó inconstitucional lo señalado en la Ley de Austeridad que impedía a los servidores públicos obtener un empleo en el sector privado durante los diez años posteriores a que dejaran su cargo, tal y como lo habían aprobado MORENA y sus esbirros, el PVEM, PT, PES y demás.

Donde sí se notó la influencia del mandamás de la nación fue en la visita que Adán Agusto López, el secretario de Gobernación, fue a hacerles a los ministros el día anterior a la votación sobre la constitucionalidad de las reformas a la Ley de la Industria Eléctrica.

De los once, como cabía esperar, cuatro decidieron plegarse a los designios del Supremo y darle la espalda a la IP: Zaldívar, Gutiérrez Ortiz-Mena, Ortiz y Esquivel, quienes votaron a favor del proyecto y dejaron los números en 7-4, insuficientes para declarar la inconstitucionalidad de la misma. No los olviden porque varios miles de millones de dólares en demandas, arbitrajes y amparos deberán pagarse en los próximos años y no será la cuatroté quien lo haga.

Con respecto a la revocación (no la de la visa, de la que ya hablamos) sino la de mandato mejor conocida como la FARSA REVOCATORIA que se llevó a cabo este fin de semana, ese ejercicio inútil y propagandístico por el que los funcionarios de Morena (desde Jefes de Gobierno hasta Secretarios de Estado, pasando por Gobernadores y Alcaldes) se jugaron el todo por el todo, haciendo mítines, violando la legislación electoral en su búsqueda de complacer la megalomanía de El Licenciado, acarreando ciudadanos el mero día de la consulta y amenazando adultos mayores no resultó sino eso.. una farsa.

Dos mil millones de pesos fueron empleados para que El Supremo viera como el 17% del padrón electoral, esto es, 2 de cada diez mexicanos, le dijera que querían que siguiera gobernando y sanseacabó; un muy pobre resultado para el 40% requerido para que fuera vinculante y el 25-30% esperado, aun utilizando el poder de la maquinaria del estado. Como en la canción de los perritos, de los 30 millones que tenía, ya nomás le quedan 15.

Nos leemos la semana entrante.

Comentarios