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Desmitificando a Colón

Fray Bartolomé de las Casas documentó la clase de persona que fue Colón y denunció sus crímenes.

13 de octubre, 2025

El 10 de octubre de 2020, el gobierno de la Ciudad de México, encabezado por Claudia Sheinbaum, retiró la estatua de Cristóbal Colón de Paseo de la Reforma. Esto causó la indignación de muchas personas que ven en Colón a un héroe de la historia.

Y es verdad, muchos en el mundo lo enaltecen. Hace unos días, Donald Trump emitió un decreto que cancela el Día de los Pueblos Indígenas (Indigenous People’s Day) y reafirma el Día de Colón (Columbus Day), que se habrá de celebrar todos los días 13 de octubre. Trump se refirió al navegante genovés como el “héroe americano original” (the original American hero). “En los últimos años, Cristóbal Colón ha sido escandalosamente el blanco principal de una campaña cruel y despiadada para borrar nuestra historia, calumniar a nuestros héroes y atacar nuestro patrimonio”, dijo el mandatario.

El Columbus Day se festeja en Estados Unidos desde 1937, el segundo lunes de octubre. Pero desde hace décadas, varios Estados y ciudades empezaron paralelamente a celebrar el Día de los Pueblos Indígenas. En 2021, el presidente Biden reconoció que el Día de Colón también es el Día de los Pueblos Indígenas, bajo la premisa (woke a ojos de Trump) de que honrar al explorador (Colón) glorifica la explotación y el genocidio de los pueblos originarios.

Biden se refirió entonces, y lo dijo con sus letras, a “la dolorosa historia de agravios y atrocidades que muchos exploradores europeos infligieron a las naciones tribales y a las comunidades indígenas.” Pero Trump fue muy claro: no más Día de los Pueblos Indígenas: “We are calling it Columbus Day!”

El tema de Colón se ha politizado. Cuando las cosas se politizan, ya no es posible razonar. Ya no interviene la inteligencia en la discusión, sino la entraña y el hígado. La izquierda se muestra crítica de Colón, y la derecha lo enaltece, aquí en México, en Estados Unidos, en España, en América Latina. Pregunte usted a un obradorista qué piensa sobre Colón, y verá que no lo tienen en buen concepto. Pregunte a un panista, y recibirá elogios para el almirante, y hasta ceceando como español. Pero, ¿cuál es la verdad sobre Cristóbal Colón?

No podemos analizar el pasado con los parámetros actuales. Eso es un error que evitan los historiadores serios, pero en el que incurren los políticos y los no historiadores. En tiempos de Colón no había “derechos humanos” ni se tenía el concepto de lo “políticamente correcto”; pero había un campo semántico de referencia, que es en el que nos tenemos que basar. No podemos juzgar a Colón bajo nuestros baremos, pero sí podemos hacerlo de acuerdo a los parámetros de aquella época.

Como navegante, nadie igual a Colón. Como persona, fue cruel y sanguinario; una muy mala persona. Repito, no bajo los parámetros del siglo XXI, sino bajo los parámetros de finales del siglo XV. Tan fue así que los reyes católicos ordenaron su arresto y fue devuelto a Castilla en grilletes.

Fray Bartolomé de las Casas documentó la clase de persona que fue Colón y denunció sus crímenes. Si bien Historia de las Indias y Brevísima relación de la destrucción de las Indias fueron escritas tiempo después de la muerte de Colón, Fray Bartolomé estudió y denunció el sistema colonial que inició el almirante genovés. Fray Bartolomé, misionero dominico y primer gran defensor de los pueblos originarios de América, dedicó su vida a denunciar los abusos cometidos durante la conquista, por Colón y por los que le siguieron.

Colón implementó lo que siglos después el genocida belga Leopoldo II pondría en práctica en el Congo: un sistema brutal e inhumano de explotación y exterminio. “Mandó el Almirante –escribe Fray Bartolomé– que todos los indios mayores de catorce años trujesen cada tres meses un cascabelito lleno de oro; y a los que no lo trujesen, mandaba cortar las manos y así morían desangrados” (Brevísima relación de la destrucción de las Indias). Aún bajo los parámetros de la época, fue un exceso injustificable.

“El Almirante fue el principio de todas las desventuras que después sobrevinieron a estas tierras –prosigue Fray Bartolomé–, porque pensó que podía servir de los indios como de bestias” (Historia de las Indias). El católico Colón no veía al hombre americano como un hijo de Dios, sino como un animal de trabajo. Es lo que poco tiempo después Fray Antonio de Montesinos llamaría “El pecado original de la conquista”.

Los rumores sobre los excesos de Colón en la Española ya eran escandalosos en Castilla. Por eso se ordenó una investigación. En “Sumario de las investigaciones tomadas por Francisco de Bobadilla” (1500), se documenta que aún bajo los parámetros de aquella época, Colón era un tirano y ejercía violencia desmedida contra indígenas y españoles. En el Sumario se documentan mutilaciones: “… Mandó cortar la lengua a un hombre que había hablado mal del Almirante…”; descuartizamientos y actos de crueldad: “… A otro hizo colgar y después lo mandó descuartizar públicamente… Hizo azotar con cien azotes a una mujer que dijo que era de bajo linaje… Otros fueron colgados de los pies hasta morir, y a algunos hizo cortar las orejas y narices…”; soberbia y violación a la ley: “… El Almirante tenía presos a los caballeros de más linaje y no los soltaba aunque lo mandasen los Reyes” (se refiere a Francisco Roldán, noble español que se rebeló contra Colón); “…Tenía cárcel secreta donde ponía a los que no le eran gratos, sin proceso ni escribano…”

En agosto de 1500, Bobadilla, por órdenes reales, arrestó a Colón y a sus hermanos Diego y Bartolomé. Los envió a Castilla encadenados. Nunca más volvieron a tener poder, lo que prueba que, aun bajo los parámetros de aquella época, Cristóbal Colón fue un tirano sanguinario. Se le reconoce su genio como navegante, pero como persona fue un monstruo. No hay que glorificarlo… como lo hace Trump.

El pecado original de la conquista, concepto creado por los propios religiosos españoles, es una analogía con el pecado original de Adán y Eva, quienes, al desobedecer a Dios, provocaron una ruptura en el orden natural y trajeron el pecado y la muerte al mundo. De manera similar, los conquistadores provocaron una ruptura en las sociedades indígenas y trajeron el pecado, la violencia y la muerte a través de su invasión. Esto lo vienen diciendo religiosos españoles desde que inició la conquista de América, hace más de quinientos años, no solo los progres y wokes de hoy. Tome nota de ello, sobre todo si usted profesa el cristianismo.

A final de cuentas, en mi limitada opinión, una persona como Cristóbal Colón no merecería tener una estatua en nuestro Paseo de la Reforma. ¿O sí? ¿Qué piensa usted?