En política, se suele afirmar, no existen las casualidades, y en dicho supuesto entraría la coyuntura electoral actual que vive el estado de Coahuila.
Tal parece que el oficialismo vía la SEGOB y dada la influencia determinante de Rubén Moreira (el segundo de los hermanos Moreira, gobernador de aquella entidad federativa) hacia el seno de la bancada priista en el poder legislativo, pudiese haber comprometido el operar con el fin de permitir al tricolor que no pierda la gubernatura en los comicios a celebrarse este año.
La clave está en la aprobación por parte del Congreso, concretamente la cámara de Diputados para ampliar el periodo en el que la Guardia Nacional estará bajo mando, de facto, militar con el apoyo de las fuerzas armadas en tareas de seguridad pública hasta el año 2028. Esto fue posible sólo gracias al voto tricolor y la fina operación política de parte de nuestro ministerio del interior. Coahuila sería el único estado donde MORENA va solo, el VERDE por un lado y el PT por el otro, solos, siendo la aritmética en las preferencias (y eventualmente en la elección) la diferencia entre ganar y perder.
De momento y según se lee en las encuestas, todo iría conforme lo previsto, los números sumados del VERDE y del PT son precisamente los que llevan al PRI en la delantera.
Ese tipo de arreglos políticos suelen ser muy jugosos para los que participen en ellos. Aplica a la perfección aquello de que en política “a veces se gana perdiendo”. Eso explica la urgencia del ex subsecretario de Seguridad Pública federal, Mejia Berdeja, en buscar una de esas dos candidaturas. Primero lo hizo con el VERDE sin éxito, luego con el PT, donde de ganar el PRI, seguro tendrá su cuota de poder asegurada dentro del gobierno de ese estado norteño. El mismo Ricardo Mejia tiene la suficiente experiencia en esas lides; en el 2015, posibilitó el triunfo del PRI en Guerrero, operando el no ir su entonces partido, MC, en alianza con el PRD (caso único entonces en el país), yendo solo su abanderado Luis Walton, y así dividiendo a los competidores del tricolor y haciéndolos ganar. Huelga decir que Walton tuvo un porcentaje nada despreciable de puestos en el gabinete estatal, donde sin el mayor reparo en su cinismo, colocó ahí a incondicionales mediocres y aduladores, con el consabido negocio que eso representa.
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Aquí, a Armando Guadiana y a MORENA solo les queda rezar por un milagro y apelar incansablemente al llamado voto útil. Si no es así, Coahuila será el único estado sin alternancia, llegando a cumplir en el transcurso del próximo gobierno (obvio, en el caso de ganar) más del siglo en el poder.
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