Claudia Sheinbaum gana el proceso interno de Morena

La exjefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, fue la previsible ganadora del proceso interno de Morena, por lo que será la virtual candidata presidencial para el proceso electoral de 2024. Luego de meses de campaña velada de los seis suspirantes, al final del ejercicio demoscópico, el excanciller Marcelo Ebrard se bajó del proceso al acusar irregularidades que según su exigencia, requerían que se  repusiera para que tuviera validez.

Marcelo Ebrard mostró a lo largo de la campaña sus constantes quejas, reclamos y dudas sobre el proceso, por la tarde del 6 de septiembre, previo a que se dieran a conocer los resultados de la encuesta de morena y de sus encuestas espejo (donde ocupó el segundo lugar) decidió coquetear con el rompimiento.

Ebrard acusó que diversas muestras estaban sesgadas, que muchas anomalías hacían del proceso inviable, por lo que se declaró a favor de repetir el ejercicio, sin ofrecer pruebas fehacientes de sus acusaciones. Al excanciller le asiste la razón de que el piso nunca fue parejo en la larga contienda al tener un cierto favoritismo desde la presidencia de la República encabezada por Andrés Manuel López Obrador (AMLO) hacia la exjefa de gobierno Claudia Sheinbaum.

Sin  embargo, Ebrard gozó de la visibilidad que da la cancillería, fue un elemento fundamental en la adquisición de vacunas para el covid-19 en los momentos más álgidos de la pandemia, y ante el acaparamiento criminal de los países desarrollados. Logró confirmar su fama de funcionario eficiente, cuando muchos otros miembros del gabinete tuvieron desempeños insuficientes o desastrosos.

Logró imponer muchas condiciones del ejercicio demoscópico, muchos candados de seguridad, así como hacer que todos los contendientes renunciaran a su cargo. Pero al final los tiempos ya no le alcanzaron para poder elevar su aprobación entre los ciudadanos encuestados. En realidad nunca logró estar cerca de la ganadora y todas las encuestas con cierto prestigio y profesionalismo, mostraron una ventaja consistente de Sheinbaum.

El futuro del excanciller está casi echado, se ve muy difícil que continúe en Morena, pero se entiende que para evitar divisiones se trate de negociar con él, por lo pronto en la mañanera del 7 de septiembre el presidente AMLO tuvo palabras de reconocimiento para Ebrard, se dijo su amigo y le invitó a seguir en el partido, pero mencionó que no estaba de acuerdo con reponer el proceso.

Se sabe desde siempre que enfrentarse al poder presidencial siempre es una mala apuesta, sobre todo ante un mandatario tan popular como el actual, la única excepción que rompe esta regla fue el mismo AMLO que sobrevivió a dos elecciones perdidas, logrando forjar su figura política enorme que destruyó el sistema de partidos tradicionales, quienes para su supervivencia debieron aliarse en un amasiato que hasta ahora es un completo fracaso, 

La virtual candidata oficialista, Claudia Sheinbaum, no solo recibe el simbólico bastón de mando del presidente AMLO, es ungida para poder continuar con el gobierno de Morena con amplias posibilidades de triunfo en el siguiente año. Sin saber cómo se procesa el muy probable rompimiento de Ebrard con Morena, al interior ya se trabaja para cerrar filas alrededor de Sheinbaum para minimizar al máximo una desbandada a favor del excanciller en caso de ser candidato a través de Movimiento Ciudadano.

El frente opositor que ya cuenta con la candidatura virtual en la figura de Xóchitl Gálvez, por lo que ya trabaja en buscar agrupar a MC y al dolido Ebrard para poder ser más competitivos. Los escenarios hipotéticos son varios, pero se concretan si en verdad el excanciller desea acercarse a la alicaída oposición o si buscaría competir solo por el partido que regentea Dante Delgado. 

Aunque la candidatura de la aun senadora Gálvez hace más competitiva la alianza opositora, el mito genial del denominado fenómeno político ya fue exhibido como simple propaganda. Nadie en la oposición quiso arriesgarse a concluir el proceso con la realización de las elecciones internas. Los líderes de los partidos políticos coaligados buscaron evitar hacerse mapacherías entre ellos, para evitar tener una votación ínfima que ridiculizara el proceso desaseado, que de ciudadano solo quedo en buenas intenciones. 

Morena, a pesar de todo, logró salvar bien su proceso de selección, pues aunque el berrinche del excanciller empañó un poco el ejercicio, al final todas las fuerzas internas, los gobernadores, diputados y alcaldes demostraron su apoyo a la encuesta que fue muy vigilada, con candados impresionantes pedidos por el propio Ebrard. Sus acusaciones de un proceso final lleno de irregularidades se caen por sí solas, además de que al inicio firmó un documento donde se comprometía a respetar el resultado.

La encuesta de Morena, a diferencia de la del frente opositor tiene garantías de complicados candados en su realización, se tiene una metodología que se puede revisar, cuenta con la presencia de observadores de todos los participantes y se realizó en tiempo y forma como estuvo programada. 

Es lógico que en la lucha del poder al excanciller le ganaran las pasiones y sienta que se fue su última oportunidad de ser presidente de México, el haber logrado la postulación por morena le aseguraba la victoria, pues el nuevo partido oficialista cuenta con las simpatías, los aparatos estatales y locales para la movilización del voto. Así como una ventaja inicial que podría ser definitiva ante lo que es un enorme desprestigio de los partidos tradicionales, cuya única estrategia es colgarse de una figura inflada e improvisada que podría desmoronarse y hacerlos caer aún más, a pesar de ir en colación. 

En política nada está escrito, es lógico que los meses de desgaste serán largos, pero a diferencia del frente opositor que está muy envalentonado, las condiciones actuales juegan a favor de Claudia Sheinbaum que tiene la experiencia en la gobernanza y está arropada por un partido fuerte con presencia nacional, recursos y preferencias electorales que le bastan para ser la primera presidenta mujer en la historia de México.