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¿Arrasará MORENA la elección?

Estamos a menos de dos meses de la elección del 6 de junio. MORENA piensa que va a arrasar y la oposición asegura que no. ¿Quién está en posesión de la verdad? En este expedito artículo me...

8 de abril, 2021

Venus Rey Jr.

Estamos a menos de dos meses de la elección del 6 de junio. MORENA piensa que va a arrasar y la oposición asegura que no. ¿Quién está en posesión de la verdad? En este expedito artículo me voy a referir primero a las elecciones a gobernador en 15 estados, y luego a la elección de diputados federales. El panorama es muy interesante.

Elecciones a gobernador en 15 estados

Dividamos en tres categorías: estados en los que es más probable que gane MORENA, estados en los que es más probable que venza la oposición y estados inciertos que podría ganar una u otra.

Estados en los que es más probable que gane MORENA y sus aliados:

Baja California, Tlaxcala, Sinaloa, Zacatecas, Nayarit, Guerrero, Colima.

Estados en los que es más probable que venza la oposición:

Baja California Sur, San Luis Potosí, Querétaro, Chihuahua.

Estados inciertos donde podría ganar la oposición o MORENA:

Sonora, Campeche, Nuevo León y Michoacán.

Mi pronóstico para las elecciones a gobernador:

MORENA tiene muy probablemente ya en la bolsa siete estados, y la oposición cuatro. La competencia está muy cerrada en las otras cuatro entidades. Hay elementos para pensar que la oposición podría ganar Nuevo León, mientras MORENA aventaja en Sonora, Campeche y Michoacán. Así, pues, el resultado final podría ser:

MORENA 10 – Oposición 5

Si la oposición hubiera cerrado filas y hecho alianza en todos los estados, el resultado final probablemente sería algo parecido a esto:

MORENA 7 – Oposición 8

O sea, un equilibrio del poder y un descalabro para MORENA y el presidente. Pero la oposición es egoísta, corta de miras, vanagloriosa, lerda y roma. No entienden la lección, y por eso es factible que sigan perdiendo. Así que es más probable que el marcador final sea algo más parecido a un 10 a 5.

¿Quiénes en concreto serán culpables de que la oposición pierda en los estados donde podía ser más competitiva e incluso ganar?

En el caso de Sonora, si la oposición pierde los culpables serán Ricardo Bours y Movimiento Ciudadano, partido del cual es candidato. Ernesto Gándara, de la coalición PRI-PAN-PRD está cerca de alcanzar a Arturo Durazo, de MORENA-PT-Verde-PANAL. Todos los votos para Bours beneficiarán a MORENA.

En el caso de Campeche, el voto de la oposición se divide entre el candidato de Movimiento Ciudadano, Eliseo Fernández, y el candidato de la alianza PRI-PAN-PRD, Christian Castro. Si PRI-PAN-PRD y MC hubieran ido juntos, ganarían sin problema, así que si pierden será culpa de la codicia y ambición de todos ellos. Como decía Julio César: “divide et impera”.

En Nuevo León el panorama es otro. La candidata de MORENA, Clara Luz Flores, se hundió luego de que salió a la luz un video en el que aparece fascinada y contenta con Keith Raniere, gurú de la peligrosa secta NXIVM, después de haber jurado que no lo conocía y que nunca había hablado con él. Por su parte, la oposición se desmembró desde el principio porque todos pensaron que podían ganar por sí mismos, es decir, sin alianzas; y como el Gollum de El Señor de los Anillos, se quedaron embelesados diciendo: “my precious!”. Lo más probable es que en Nuevo León gane Samuel García, de Movimiento Ciudadano, o Adrián de la Garza, del PRI-PRD. Al parecer, cada día MORENA tiene menos posibilidades.

En Michoacán un suceso inesperado dio oxígeno a la oposición: el INE canceló la candidatura de Raúl Morón, de MORENA-PT. Tenemos un empate técnico en algunas encuestas, entre Carlos Herrera, del PRI-PAN-PRD, y un candidato por designar de MORENA-PT. Si no aprovecha la oposición esta oportunidad y la capitaliza, estaremos frente a una cruzazuleada de gran envergadura. MORENA también es vanagloriosa, soberbia, lerda y roma, y podría sufrir en Michoacán lo que la oposición está sufriendo en Campeche o en Sonora: no fue en alianza con el Verde, que tiene al menos 5 o 7 puntos porcentuales en las encuestas, que serían oro molido para MORENA en este momento. No hay que descontar que en breve el Tribunal Electoral pudiera restituir la candidatura a Morón.

En Guerrero la situación es similar a la de Michoacán: el INE canceló la candidatura de Félix Salgado Macedonio, de MORENA, claro puntero y virtual ganador de la elección. Esta circunstancia da posibilidades a Mario Moreno, candidato de PRI-PRD. Aquí no hay empate técnico, como en Michoacán. Aquí el candidato por designar sigue por arriba de Mario Moreno, pero éste podría sacarle un tremendo susto a MORENA, aunque veo esta posibilidad lejana, y por eso conté a Guerrero entre los estados que más probablemente podría ganar MORENA y aliados. Si el Tribunal Electoral devuelve la candidatura a Macedonio, cosa factible, la suerte estará echada en favor de MORENA.

La Elección Federal de Diputados

MORENA no es invencible. El presidente no es todopoderoso. Yo no sé por qué la oposición le tiene tanto miedo; no solo la oposición, sino el ciudadano común que siente animadversión hacia MORENA. Apenas habla el presidente, los opositores se desmayan, mueren de miedo e insisten en que ya es inminente la dictadura. Si el poder judicial da palo al presidente y el presidente se queja y se enoja (como es natural, pues a nadie le gusta que le den palo en los tribunales, aunque uno sea el presidente, el papa o Jesucristo Superestrella), la oposición ve el final de la autonomía e independencia de los jueces, y por ende el fin de la división de poderes. Por favor, seamos serios. Mientras la oposición y sus simpatizantes sigan actuando muertos de miedo, no van a lograr gran cosa.

El presidente no es todopoderoso. Al contrario. Cada vez está más débil, y por eso cada vez es más estridente. No ha podido hacer todo lo que quiere porque la fuerza de MORENA y sus aliados en el Congreso no le permite realizar libremente reformas constitucionales. Sin reformas constitucionales, no hay transformación, ni primera, ni segunda, ni tercera ni cuarta. Con las mayorías en ambas cámaras, puede el presidente ordenar a sus legisladores que le aprueben todo, aunque sea abiertamente anticonstitucional, y como los morenistas y aliados obedecen sin chistar ni mover una sola coma –igual que los legisladores priistas de los peores tiempos del PRI–, oposición y público timoratos se orinan en los pantalones con la idea de que AMLO tiene más poder que Maduro en Venezuela o más poder del que tuvo Fidel Castro en Cuba. Pero luego viene el segundo momento: los jueces federales dejan sin efecto las leyes anticonstitucionales que emite el Congreso. Y las dejan sin efecto no porque sean malvados fifí-agentes del neoliberalismo golpista (ja-ja-ja, permítame reír), sino porque lo que aprueba el Congreso es brutalmente inconstitucional. Claro, el presidente se enfurece y dice que va a cambiar entonces la Constitución, como si pudiera hacerlo él solo, como si tuvieran el 100% de los legisladores y congresos estatales; y los que le odian mueren, no sé si de miedo o de coraje, o de las dos cosas a la vez, cuando les dice “conservadores” y “fachos”. ¡Uy, para traumar a cualquiera! ¡Por favor!

Así se han pasado casi tres años de la 4T. Las cosas están en un impasse y el presidente seguirá diciendo que los conservadores conspiran en su contra, sus seguidores continuarán aplaudiéndole y creyéndole todo, y los opositores seguirán muriéndose de miedo todas las mañanas en la conferencia. Esa es la historia de este sexenio: como decía Shakespeare: “Too much ado about nothing”.

Mi pronóstico para la elección de diputados es que MORENA y aliados seguirán siendo mayoría. No van a crecer. Al contrario, tendrán un poco menos diputados que hoy, pero seguirán aplastando a la oposición. Desde luego, no tendrán la fuerza suficiente para aprobar reformas constitucionales y eso será motivo de frustración para López Obrador, que seguirá diciendo las cosas que siempre dice y que su público festeja y loa. Conforme avance el sexenio y lo importante no sea AMLO sino su sucesor (¿Ebrard? ¿Sheinbaum? ¿Un opositor?), su administración estará acabada, aunque no sea el 1 de octubre de 2024. Cuando AMLO tenga 90 años (le deseamos una larga vida) seguirá con el mismo discurso, palabra por palabra, todas las mañanas : que si los neoliberales-conservadores-fifís, que si la derecha traidora y los malvados españoles, que si la minoría rapaz, que si los complots auspiciados por el extranjero y la prensa vendida, que si los intelectuales orgánicos, que si mis amigos Bartlett, Macedonio y Gatell, que si hay que desaparecer al INE, que si ya chole, que si el anillo al dedo, que si el mejor presidente de la historia, que si ya barrió con la corrupción como se barren las escaleras, o sea, de arriba hacia abajo, que si ya no hay masacres… y un larguérrimo etcétera; y sus incondicionales seguirán cantando a todo pulmón: ¡Es un honor estar con Obrador!

Usted puede estar de acuerdo o no con mi pronóstico y mi opinión. Como siempre, usted tiene la mejor y última palabra. Pero sí sugiero, si usted es de los que temen, que no tema a López Obrador. Su “agresividad” no es agresividad en el sentido profundo y terrible de la palabra, sino más bien algo parecido a lo que hacía el personaje que interpretaba Alejandro Suárez cuando agarraba a bastonazos a Chabelo en la Carabina de Ambrosio. AMLO no tiene el poder que parece tener y que muchos creen que tiene. Y después de la elección de junio, su poder será un poco menor. Muy probablemente el presidente va a hacer un escándalo si MORENA no arrasa en las elecciones, y va a decir que le hicieron trampa, y en una de esas hasta querrá desaparecer al INE; pero no caiga usted en pánico. Y si usted es de los que lo adoran como a un dios, pues bájele tres rayitas a su devoción y dese cuenta de que ni el fervor ni la fe solucionarán los problemas de México.

Faltan menos de dos meses para la elección. Pueden suceder muchas cosas. Sabemos que a veces del plato a la boca puede caerse la sopa.

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