ABUSO SEXUAL AGRAVADO SIN DOBLES LECTURAS

No es exclusivo de ninguna corriente religiosa, los escándalos por pederastia se han presentado prácticamente en todas las doctrinas y en todas las épocas.

11 de abril, 2023

Barbara Lejtik

La pederastia es sin duda el abuso sexual más grave que conocemos los seres humanos. La palabra pederastia deriva de la combinación del griego antiguo: Taíō-paid, niño y erasrtēs, amante. En la lengua castellana, el término se refiere a la consumación de abusos sexuales contra menores.

En la actualidad tales relaciones son ilegales en la mayoría de los países. La edad del consentimiento local determina si una persona es considerada legalmente competente para dar su consentimiento a actos sexuales y si tal contacto sexual constituye abuso sexual infantil o estupro.

La pederastia es una actividad que ha existido desde que existe la humanidad. La Pedofilia, inclinación erótica y sexual de adultos hacia niños, es considerada una de las perversiones sexuales y mentales por desgracia más comunes y en millones de ocasiones personadas o ignoradas por la sociedad.

Que un adulto abuse de una persona, peor aún de un menor contra su consentimiento o aprovechándose de una investidura que lo haga parecer digno de admiración y veneración por parte de la sociedad, no es más que una sucia treta para perpetrar este acto aberrante.

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Por eso es tan común encontrar casos de pederastia dentro de las comunidades religiosas, escuelas, incluso en las familias y el gobierno. El poder y el halo de santidad que muchas veces se otorgan a los líderes políticos, religiosos, espirituales y académicos les impide ver su desviación como una enfermedad y les da la oportunidad de ejercer su abuso con cierto consentimiento de la sociedad.

Este domingo la mirada internacional se volcó sobre las perturbadoras imágenes en las que el Dalai Lama, uno de los líderes religiosos más importantes del mundo, deliberadamente besa en la boca a un menor de edad y le solicita públicamente que le chupe la lengua. Las palabras son difíciles de escribir, las imágenes resultan inconcebibles. No es la primera vez que el líder espiritual es señalado por el tema de abuso infantil, él mismo aceptó estar enterado de las violaciones de monjes a estudiantes desde los años 90’s.

Este acto no es justificable ni aquí ni en ningún lado, ni hoy ni nunca. Es claramente un retorcido y sucio abuso de autoridad y un acto obsceno así como un delito que bajo ningún motivo debe de ser pasado por alto.

Tanzin Gyatso, decimocuarto líder espiritual del budismo, considerado la reencarnación viviente del Buda de la compasión es mucho más que el líder religioso más importante del Oriente y Oriente Medio, sus seguidores se extienden por todo el mundo, ya sea porque comparten su creencia religiosa o porque admiran su personalidad y carisma e ideología política y social, incluso en el occidente tiene infinidad de seguidores y fanáticos.

Desde luego, ésta no es la primera vez que nos enteramos de abusos por parte de jefes de las diferentes iglesias a mujeres y hombres adultos así como a niños incluso a bebés. ¿Quién tiene la culpa de que estos actos aberrantes sigan ocurriendo en pleno siglo XXI? La sociedad que se niega a entender que ninguna persona, independientemente de su preparación, grado académico y jerarquía está exenta de presentar cuadros clínicos tan delicados como la pedofilia y que es por eso qué tal vez hayan buscado ocupar un cargo en el que su inclinación pueda ser llevada a cabo con total impunidad.

No es exclusivo de ninguna corriente religiosa, los escándalos por pederastia se han presentado prácticamente en todas las doctrinas y en todas las épocas y en muchos casos han sido penalizadas por la ley, pero en la mayoría como en el caso del padre Maciel exoneradas por la misma Iglesia católica quien reconociendo la veracidad de las acusaciones que se le imputaban, le sugirió retirarse y llevar una vida de meditación hasta su muerte, aun cuando le fueron comprobados cientos de casos de violaciones a menores de edad.

Ninguna circunstancia ni nombre, ni posición jerárquica, ni sotana, corona, túnica, capa o elemento que represente santidad o superioridad exime de la máxima gravedad el acto perpetrado hacia cualquier individuo cuanto menos a un menor que no tiene todavía las capacidades para entender y decidir sobre su vida sexual, ya que la mayoría de los agresores se valen de su legitimidad o confianza en el entorno familiar para perpetrar sus abusos.

Abel Saraiba, Psicólogo y coordinador adjunto de Cecodap (Centro comunitario de aprendizaje, institución venezolana sin fines de lucro que trabaja en pro de los derechos de los niños y adolescentes), enfatizó a través de su cuenta de Twitter que ningún relativismo cultural o religioso justifica algún tipo de práctica que amenaza a los derechos de la niñez, según “La convención de los derechos del Niño”: “El rol del adulto debe ser proteger, promover y garantizar los derechos y este hecho se aleja de lo que ese adulto (El Dalai Lama) pregona”

¿Que sigue?

Debemos como sociedad hacernos la vista gorda y dejar pasar este incidente como tantos otros por algo argumentando que todos somos seres humanos y que nadie está exento de caer en “la Tentación”.

O debemos unirnos y señalar el delito exigiendo la renuncia inmediata del Dalai Lama a su cargo después de este vergonzoso e imperdonable acto y la investigación pronta y expedita sobre todos los casos de abuso que puedan estar encubiertos en esta o en cualquier otra orden religiosa.

Yo creo que por el bien de la humanidad y la protección de los derechos de todos los individuos, la segunda opción.