¿A quién acudir?

Ante los miles de problemas que aquejan el mundo nos sentimos perplejos y sin respuestas claras para seguir avanzando.

28 de enero, 2022

Julio Chavezmontes Messner

¿Cuál de la infinidad de problemas que hoy agobian al mundo, será el más urgente? ¿El hambre?, ¿la guerra?, ¿la delincuencia generalizada?, ¿la corrupción de los políticos?, ¿la pornografía infantil?, ¿la desintegración familiar?…

El incalculable negocio de la comunicación masiva no busca orientar ni instruir a la sociedad, lo que busca es el rating como clave para generar más ingresos a los accionistas de las empresas dedicadas a comunicar.

Es de esta forma en que la agenda diaria de la humanidad es dictada por los “influencers” y por los llamados “líderes de opinión”. Las noticias de ocho columnas y tiempo estelar de hoy, difícilmente son recordadas 24 horas después. A ninguna noticia se le da seguimiento.

La tragedia de Afganistán continúa y empeora; la guerra en Siria sigue devorando vidas y esperanzas, PERO como ya no recibe cobertura noticiosa es como si hubiera dejado de existir. Cuando no se trata de una pandemia, se trata de otra; la lista de guerras activas se extiende consistentemente: hay guerra en Sudán, Yemen, Etiopía, Libia, Somalia, Afganistán, Irak; Palestina es un Gheto poco más grande que el de Varsovia…

El conflicto estelar que hoy ocupa las marquesinas luminosas de todos los medios de comunicación, ES LA INMINENTE INVASIÓN RUSA DE UCRANIA. ¿Será verdad que Vladimir Putin es la nueva y creciente amenaza contra la paz y contra la existencia de la democracia y de un mundo libre?

Pensando en Ucrania recordé que existe algo como el Consejo de Seguridad de la ONU al que se supone deberían acudir los estados miembros, para prevenir y evitar conflictos armados. ¿Por qué será que ni Rusia, ni Estados Unidos ni Ucrania han llevado el problema de Ucrania ante el Consejo de Seguridad de la ONU? ¿Por qué podrá ser que UCRANIA no pide una sesión extraordinaria del CONSEJO DE SEGURIDAD DE LA ONU?

Hace muchísimo tiempo no me había yo vuelto a asomar a leer la CARTA DE LA ONU. De la lectura de los artículos 33 al 38 de su carta fundacional, la conclusión a la que llegué, NO ES ALENTADORA. Lea usted el artículo 38, para que comparta mi desencanto:

Artículo 38:

Sin perjuicio de lo dispuesto en los Artículos 33 a 37, el Consejo de Seguridad podrá, si así lo solicitan todas las partes en una controversia, HACERLES RECOMENDACIONES a efecto de que se llegue a un arreglo pacífico.

¡RECOMENDACIONES! ¡RECOMENDACIONES como las de nuestra Comisión Nacional de Derechos Humanos! Si la ONU y su Consejo de Seguridad no han podido evitar ni una sola de las muchas guerras habidas en el mundo desde 1945, ¿por qué sigue existiendo? Porque podrá no servir para preservar la paz, garantizar la justicia y asegurar la democracia global, pero sí sirve para avanzar agendas insospechadas.

La ONU promueve mundialmente EL ABORTO, LA IDEOLOGÍA DE GÉNERO, EL LENGUAJE INCLUSIVO, LA AGENDA LGBT, LA REDUCCIÓN DE LA EDAD MÍNIMA PARA PODER TENER SEXO CONSENSUAL, ETC. El Derecho Internacional ha evolucionado a través de teorías jurídicamente impecables; pero nunca ha pasado de ser un conjunto de ideales irrealizables.

¿A quién podemos acudir para encontrar respuesta a las preguntas más angustiosas de nuestro tiempo?

Creo que hoy el mundo es verdaderamente INGOBERNABLE. Al encontrarme de frente con la palabra INGOBERNABLE, recordé el plan de Doce Pasos de Alcohólicos Anónimos, de los cuales, haríamos muy bien de acoger los primeros tres:

Admitimos que éramos impotentes ante el alcohol, que nuestras vidas se habían vuelto ingobernables.
Llegamos a creer que un Poder superior a nosotros mismos podría devolvernos el sano juicio.
Decidimos poner nuestras voluntades y nuestras vidas al cuidado de Dios, como nosotros lo concebimos.

En cuanto al primer paso, tenemos que admitir que SOMOS IMPOTENTES ante la ambición, la violencia, la soberbia, la mentira, la sed de placeres y de dominación. Hemos caído ante el seductor engaño de MENTIRAS “BONITAS”, que aceptar la difícil verdad de reconocer que DIOS es nuestro origen y nuestro destino, y que fuera de Él, nada vale.

Creo sinceramente que la única solución a la angustia y el caos de nuestro tiempo, ES EL AMOR. ¿Queremos la paz, la armonía, la convivencia pacífica, la tranquilidad, la alegría, la felicidad? Basta con que amemos a Dios sobre todas las cosas, y a nuestros hermanos como a nosotros mismos.

Sobrará quien diga que EL AMOR DE DIOS es una quimera, PERO si juzgamos los resultados obtenidos por la humanidad pretendiendo la abolición de DIOS, lo irreal y torpe ha sido apartarnos de SU AMOR que es nuestro origen y nuestro destino.

¿A quién podemos acudir? Podemos y debemos acudir a quien muy claramente nos dijo: Yo soy el camino, la verdad y la vida.

¿Habrá quien pueda creer de buena fe que el mundo va muy bien por donde hoy va?

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