Rumbo al Óscar 2019: Black Panther, El infiltrado del KKKlan, Green Book y el cine racial

La próxima entrega del Óscar estará caracterizada porque habrá demasiadas cintas que hablen de la inclusión racial Tras el famoso escándalo generado en 2017 por...

1 de febrero, 2019

La próxima entrega del Óscar estará caracterizada porque habrá demasiadas cintas que hablen de la inclusión racial

Tras el famoso escándalo generado en 2017 por el hashtag #OscarSoWhite, la AMPAAS decidió que a partir del 2018 se podrían nominar hasta 10 cintas como Mejor Película; esto con el objetivo de tener más participación y no dejar fuera trabajos que parecieran interesantes, sin embargo, la verdad es que esta decisión se tomó debido a las presiones de grupos de afroamericanos que se quejaban de la falta de inclusión, ya que en la historia del premio, solamente se han contemplado un 10% de obras hechas por y con gente de color, y en el mejor de los casos, la mayoría de los contemplados son hombres. Por lo mismo, no importa tanto la calidad del trabajo sino el que el tema principal tenga que ver con la condición en que viven las minorías negras. Así, este año quedaron nominadas 3 obras en la categoría principal que entran en este contexto, 2 muy buenas y una muy menor.

Las 2 primeras son El infiltrado del KKKlan (BlacKkKlansman, Spike Lee) y Green Book: una amistad sin fronteras (Peter Farrelly).

La obra de Spike Lee, como la mayoría de lo que hace, analiza el racismo hacia los negros en Estados Unidos. Ya había hablado de ella hace un par de semanas, pero es importante recordar que es una de las mejores cintas del director desde 25th hour (2002) y quizá la mejor del año (con perdón, Roma). No obstante, las posibilidades de que pueda acceder al galardón a la Mejor Película, está muy complicado. A pesar de que su título aparece en todas las premiaciones importantes del país del norte, no ha ganado en ninguna de ellas. En el caso del Óscar, lo más probable es que la hayan contemplado porque es inevitable darse cuenta de su calidad. Ahora que, lo que sí va a ser una injusticia es si su realizador no consigue el galardón al Mejor Director, ya que le pese a quien le pese, Lee es el mejor realizador afroamericano que ha existido jamás.

El caso de Green Book es bastante curioso, aunque no es excepcional. Está dirigida por Peter Farrelly, de la dupla de directores que realizaron algunas de las más divertidas y vulgares películas de los 90 y principios de los 2000, como There’s Something About Mary (1998), Dumb and Dumber (1994), Me, Myself & Irene (2000) y Shallow Hal (2001), entre otras. Esta vez vuelve a su género consentido pero en un tono muy diferente, muy relajado, nada vulgar, pero eso sí, conservando su timing y sobre todo, su capacidad para jugar con el público. En ella se cuenta la amistad de un italoamericano, blanco y bruto, que es contratado como chofer y guardaespaldas por un prestigiado músico negro. El resultado es una muy divertida e inofensiva comedia, respaldada por las estupendas actuaciones de sus protagonistas, ambos nominados también a mejores actores (Viggo Mortensen y Mahershala Ali). Tristemente, a pesar de que también es una de las sorpresas del año, no es muy probable que gane la presea. El motivo por el que debería hacerlo es porque, de forma muy emotiva y entretenida, muestra mucho más que en otras la condición de los afroamericanos en un Estados Unidos convulsionados por la paranoia anti socialista y la Guerra Fría. Empero, al igual que la obra de Lee, es una metáfora de lo que se está viviendo hoy en día, aunque el filme de Farrelly va más allá al decir que es posible salir adelante por medio de la amistad y el entendimiento, sin importar la condición racial, cultural, social o sexual. Al no premiarla, la Academia perderá más que sus productores.

La 3ª es quizá la más floja de todas las nominadas. Contrariamente de que gran parte de la crítica se decantó en halagos hacia Black Panther (Ryan Coogler), aunque es superior a muchas películas de superhéroes, el nivel no es mayor al de cualquier otra cinta de acción interpretada por Tom Cruise o cualquiera dirigida por Paul Greengrass. Contrariamente del supuesto tema racial – el villano es el primo de héroe protagonista y su plan es vengarse del mundo por menospreciar a los negros – la realidad es que no aporta más al tema de los derechos humanos de lo que un capítulo de La ley y el orden. Y es que este año hubieron muchas cintas que superaban por mucho al genérico filme de Coogler y que no eran parte de la telenovela de Los Avengers, como La mula (The Mule, Clint Eastwood), que fue groseramente ignorada por la Academia por el hecho que su director apoyó activamente al Partido Republicano (que no a Trump) en las pasadas elecciones presidenciales. Eso es racismo a la inversa y ya platicaremos de ella en unos días, ya que es una maravilla, quizá de lo mejor de su ecléctico realizador. Otro filme mil veces superior y que hablaba del tópico de forma más directa y didáctica incluso, fue The Hate U Give (George Tillman Jr.), que no se ha estrenado en México todavía y será motivo de otro artículo en su momento. Y el por qué Black Phanter fue puesta en esta lista, es mucho más oscuro (sin ironía) de lo que parece.

Desde hace meses, Walt Disney Company se encontraba “cabildeando” con la Academia y las asociaciones de prensa y cineastas, para que la contemplaran. El estudio del ratón está enamorado del Óscar desde su nacimiento y nada le duele más que haya competencia que le mate sus sueños por tener todas las preseas posibles. Cuando Shrek ganó el primer premio a la Mejor Cinta Animada, los estudios dieron el grito al cielo porque una animación de la competencia fue superior a las de ellos. Era como decir que los chiles de La costeña son mejores que los de Herdez, en la convención nacional de chileros. En 2006, al terminar el contrato de distribución que tenía con PIXAR, decidieron comprarlos porque se rumoraba que, entre otros, 20th Century Fox estaban interesados en trabajar con ellos. Después, al adquirir Marvel Comics y por ende Marvel Studios, se prepararon para, si era necesario, comprar la Fox para “recuperar” a todos los personajes de la editorial. Y así, a pesar del éxito que han tenido las producciones de UCM, a Disney le interesa que sean reconocidas por la industria, como lo han hecho con Pixar, Buenavista, Miramax y demás de sus franquicias. Desde la adquisición de la “Casa de las ideas”, se han empeñado en volverla mejor mil veces que DC, la “Distinguida Competencia”, como le llamaba el finado Stan Lee, que al ser parte de Warner Bros., ha conseguido el hasta ahora, único premio importante a una cinta de súper poderosos. En 2009, The Dark Knight (2008, Christopher Nolan) recibió nada menos que 8 nominaciones al galardón, incluida una que ganó post mortem Heath Ledger como Mejor Actor de Reparto. El estudio del ratón ya intentó hacer que Captain America: The Winter Soldier (2014, Hnos. Russo) llamara la atención sin éxito, y así lo ha hecho cada año. Tal fue la presión que ejercieron, que la Academia anunció a mediados de año que habría un Óscar a Mejor Película Popular, que sería elegida por el público probablemente. Sin embargo, después de mucho empujar, consiguieron que se colara entre las principales, la adaptación del personaje cocreado por Jack Kirby.

No va a conseguir el Óscar, eso es evidente. Tal vez llegue a tener uno por los efectos visuales o algo así. Ya hizo historia por ser la primera vez que se incluyen este tipo de filmes, pero hasta ahí terminará su contribución.

En un año especialmente raro, sin duda es necesario hacer notar que por desgracia, de lo que hablan estas cintas es cada vez más urgente de resolver. En tiempos en que todo mundo voltea a hablar de las violaciones a los derechos humanos, al renacimiento del extremismo racial, a la urgencia de cambiar de regímenes en el mundo moderno, sin duda, el valor que Black Panther puede tener es precisamente, el ser una producción mainstream cuyo mensaje puede llegar a más personas. En ese sentido, si de milagro llega a triunfar cualquiera de las 3, debemos darnos por bien servidos.

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