No cabe duda de que los jóvenes mexicanos de entre 18 y 34 años de edad (aglutinados muchas veces con el sobre empleado término “millennial”) habrán de ser preponderantes en este proceso electoral, ya que suman más de 36 millones de votantes potenciales. La falta de empleos mejor remunerados y con mejores prestaciones, el acceso a vivienda propia, garantías y derechos tales como la libertad sexual, legalización de la marihuana con uso medicinal o recreativo, así como cuestiones relacionadas con el empleo de energías renovables y el cuidado del medio ambiente, son sólo algunos de los temas recurrentes en la mente de dicho sector, ligado casi desde su nacimiento a los medios de información y entretenimiento digitales.
Acorde con un sondeo realizado por el medio Nación321 del 9 al 14 de marzo a jóvenes de entre 18 y 36 años, éste arrojó una preferencia por Andrés Manuel López Obrador del 47%, Ricardo Anaya Cortés obtuvo un 29% y José Antonio Meade Kuribreña un 24%. Acorde con los términos planteados en dicha encuesta, al 47% mencionado “le late” (ese fue el término cuestionado y respondido) López Obrador. Muchos más de lo que “les laten” los otros candidatos, notoriamente más jóvenes y mejor preparados.
¿Será que les resulta divertido escuchar a López Obrador llamar “zopilotes” a los periodistas ajenos a su causa, a los ministros de la Suprema Corte “maiceados”, a los que no comulgan con él “mafiosos”? ¿O será que el candidato morenista lleva haciendo campaña por la presidencia (oficial o extraoficialmente) más de la mitad de la vida de muchos de ellos? Quizás una, otra u ambas.
Pero también y con mayor puntualidad, muchos de los encuestados consideran fallidos a los gobiernos precedentes, dada la corrupción de la clase gobernante, la inseguridad y al poco crecimiento económico. En el mismo sondeo, el nivel de desaprobación del actual presidente, Enrique Peña Nieto, es del 89%.
Sin embargo, pareciera que en dicha generación, el análisis se queda en ese nivel. Lo cual resulta paradójico por decir lo menos dado que en aras de castigar los casos de corrupción recientes, dichos votantes potenciales se encuentren dispuestos a aceptar la impunidad de quienes representan justamente aquello que desdeñan o reprueban: de Napoleón Gómez Urrutia, Nestora Salgado, René Bejarano, Manuel Bartlett, Ricardo Monreal, Dolores Padierna y Marcelo Ebrard, por mencionar sólo algunos, como parte del nuevo gobierno que impulsa el candidato morenista.
También, que estén dispuestos a aceptar a quincuagenarios, sexagenarios, septuagenarios y al menos un octogenario que ahora conforman la cúpula morenista, emergidos del repudiado régimen en su época de mayor autoritarismo, cuando los millennials aún no nacían. El mismo tabasqueño, de 64 años, se formó ahí. Cuando Ricardo Anaya nació en el año de 1979, hacía tiempo que López Obrador militaba en el Revolucionario Institucional y ahí permanecería, durante las administraciones de José López Portillo y Miguel de la Madrid, hasta 1989. Años de crisis financiera recurrente, populismo y carestía, sin que el ahora candidato de Morena alzara la voz en ningún momento.
De igual manera no deja de ser relevante que, acorde con dicho sondeo, se encuentren dispuestos a pasar por alto el hecho de que el mismo Andrés Manuel López Obrador ha mencionado recientemente que en lo referente a asuntos como la libertad sexual y la interrupción del embarazo, éstos serán sometidos “a consulta popular”.
Durante su gestión como Jefe de Gobierno de la Ciudad de México (2001-2005) y a pesar del compromiso público de la bancada perredista en la Asamblea Legislativa del DF de aprobar la Ley de Sociedades de Conveniencia, habiendo sido aprobada en lo general, López Obrador vetó dicha iniciativa y mandó a René Bejarano, coordinador de la bancada del PRD en la ALDF, a argumentar una y otra vez que la misma debía pasar primero por un “referéndum o plebiscito”. Sobra decir que dicha consulta nunca llegó. La Ley de Sociedades de Conveniencia habría de convertirse en una realidad con la siguiente administración, habiendo sido Obrador derrotado en las elecciones presidenciales del 2006.
También cabe resaltar que en esta elección su alianza pragmática para conformar la coalición JUNTOS HAREMOS HISTORIA sea con el Partido Encuentro Social (PES) constituyéndose como la opción más alejada del pluralismo y liberalismo social, mismo que se encuentra contundentemente: En contra de la interrupción legal del embarazo (bajo cualquier perspectiva, consideración o atenuante), del matrimonio igualitario, de la legalización de la mariguana, de la eutanasia (sin consideraciones) y del liberalismo económico. El triunfo de Morena podría convertir al PES en la cuarta fuerza en la Cámara de Diputados, haciendo retroceder u obstaculizando al país en materia de garantías y derechos humanos, recientemente adquiridos o aún en discusión.
Otro punto que cabe resaltar es que a pesar de que la orientación mundial en materia energética tienda al empleo de energías renovables y/ a la auto sustentabilidad, la simpatía de dicha generación recaiga en el candidato cuyo Proyecto de Nación pretende optimizar el sistema de Refinación y la creación de dos nuevas refinerías con un costo de $6,000-$8,000 millones de dólares cada una y con una proyección mínima para construirlas de entre cuatro y cinco años. ¿Les parecerá viable lo anterior, conveniente acaso?
Por otro lado y pensando en más y mejores empleos, siendo los actuales cuantiosos en número pero bajos en salarios y prestaciones, la generación de entre 18 y 34 años vea con buenos ojos que el candidato de Morena acuse de “minoría rapaz” a toda la Inversión Privada, con blancos que van desde el Consejo Mexicano de Negocios (CMN), la Confederación Nacional Empresarial Turística (CNET) y el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) los cuales proveen 90 de cada 100 empleos formales en el país. Por supuesto, no todo en la IP son las grandes empresas. ¿De dónde entonces habrán de surgir los empleos mejor pagados y con mejores prestaciones? ¿Acaso de un decreto del ejecutivo? Sin condiciones propicias, ¿qué hay de las MiPymes, generadoras del 52% del Producto Interno Bruto del país, bajo el riesgo real de expropiación, de cara al futuro? Apenas el 7 de mayo pasado, 400 organismos empresariales repudiaron lo declarado por Obrador.
Siendo que muchos de ellos buscan, acorde con el mismo sondeo denominado #VotoMillennial, la integración económica y ven la globalización como una oportunidad para obtener una relación laboral, educativa y comercial mucho más fructífera con los diversos países del orbe, ¿verán con buenos ojos las propuestas nacionalistas y estatistas del proyecto de MORENA? Modelo a seguir para López Obrador tanto en lo económico como en lo social, ¿habrán googleado alguna vez a Luis Echeverría Álvarez? ¿O su discurso que refería a los “emisarios del pasado” como causal de sus desastrosos errores, tan similar a la ahora famosa “Mafia del Poder”?
No cabe duda de que entre el sector más joven (como en casi todos los demás que conformamos la sociedad civil) existe un notorio resentimiento ante la impunidad reinante, ante la corrupción descarada y ante la falta de oportunidades. Y dicha sensación es la que capitaliza Obrador, con un estilo simplista y dicharachero, pero no por ello menos autoritario, arbitrario y demagógico, producto de su extracción partidista y su propia ambición.
Dicho lo anterior, ¿estarán los jóvenes dispuestos a pagar el precio de uno o dos sexenios de retroceso económico (muy distinto del crecimiento marginal), de rechazo a las garantías y derechos individuales que ahora avanzan, de propuestas inviables y la vuelta al pasado en materia energética a cambio de castigar a los gobiernos más recientes? ¿de pasar de los 25 a los 37 años, de los 34 a los 46 o de los 18 a los 30 sumergidos en un modelo proveniente de los años 70/80, mismo que no conocieron, lleno de controles de precios, devaluaciones y fuga de capitales que de manera simplista intenta maquillar el folletillo denominado “PEJENOMICS”, con el afán de experimentar un cambio? Porque no parece probable que alguien que ha buscado el poder por más de 41 años (8 años menos de lo que tiene de vida José Antonio Meade) y que se autonombró “Presidente Legítimo” tras la última elección pretenda soltar el cargo concluidos sus seis años de gobierno.
Restan poco menos de 50 días para la elección federal. Ojalá que dicha generación utilice las herramientas y recursos a su alcance, siendo evidente su involucramiento en la vida nacional, tal y como quedó demostrado tras el sismo del 19 de septiembre pasado, para ahondar en los temas antes mencionados, en el México que no conocieron, a sus actores e historial, ya que son sus proyectos de vida y su futuro, lo que está en la balanza.
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