Esta columna podría pormenorizar los desatinos y omisiones que día con día nos regala el Gobierno de la República. Existe mucha tela de dónde cortar.
Pero no.
Nuestra atención debe de, considero, enfocarse en el panorama general. Poner más atención en el plan y la estrategia del gobierno, de manera conjunta y menos en cada uno de los perjudiciales incidentes y omisiones de la gente que encabeza al país por sí mismos. ¿A qué me refiero? Puntualmente a lo siguiente:
En tan sólo 75 días, hay dos vertientes que podemos comenzar a vislumbrar como ejes rectores de la nueva administración pública, que encabeza López:
- El cumplimiento de sus más notorias y conocidas promesas de campaña, mencionadas recurrentemente a través del tiempo.
La “venta” del avión presidencial o, mejor dicho, el no uso de dicha aeronave. El retiro de las pensiones a los expresidentes. La reducción de sueldos, salarios y plazas de la administración pública federal. La creación de la Guardia Nacional. La construcción de la Refinería de Dos Bocas, Tabasco. La implementación de precios de garantía para productos agroalimentarios y demás etcéteras.
Quién se diga sorprendido con cualquiera de las acciones antes referidas NO escuchó a Obrador durante dos sexenios de campaña permanente (en las que tanto habló de la “corrupción y del neoliberalismo” como enemigos míticos), NO echó siquiera un vistazo a lo que planteaba el denominado “Proyecto de Nación 2019-2024” o, en su defecto, nació ayer. El cheque en blanco otorgado en las urnas, cabe mencionar, le ha permitido empujar con total cinismo acciones notablemente absurdas, cortar cabezas a diestra y siniestra así como aumentar el gasto discrecional y sin control.
Todo disfrazado de PANEM ET CIRCENSES.
Nada de análisis de riesgos, costos, factibilidad, flujos, productividad, etc. Lo anterior incluye desde insensateces económicas ($400 millones de pesos anuales por tener detenido el avión presidencial), económicas y ambientales (La Refinería de Dos Bocas, Tabasco) así como la cimentación de un camino plagado de asistencialismo y clientelismo.
- El ataque sistemático para debilitar las instituciones del país (sobre todo, a aquellas que gozan de autonomía) y simultáneamente, fomentar el aislamiento y empobrecimiento del país.
El ataque a la SCJN, además de la oprobiosa terna remitida por el Ejecutivo. La reducción de recursos asignados en el PEF para el Instituto Nacional Electoral. La reducción del presupuesto para el INEGI. La ausencia en el WEF de Davos, Suiza. El ataque a la CRE. La cancelación del presupuesto para las Estancias Infantiles. El bloqueo de la CNTE. El cierre de los poliductos y el paro en la operación de la refinería de Salamanca. La reducción en las importaciones de crudo ligero. La cancelación del NAICM y el GP de la FI. La presión cada vez más importante a empresas y medios, etcétera.
Más de trece mil millones de dólares costará la cancelación del NAICM, eso es, cerca de 250,000 millones de pesos de inversión productiva tirada a la basura (sin considerar costos adicionales) a cambio de un “ahorro” de 100,000 millones, del cual no hay una sola evidencia.
Quien interpreta esta decisión como inexperiencia, ineptitud o parte de una pronunciada curva de aprendizaje, se equivoca en el diagnóstico.
Lo mismo con todas las demás; no es éste un Gobierno propenso al error, es uno hábil políticamente disfrazado de torpe y “cercano”, que posee siempre, un nuevo tema para dejar de hablar de aquél del día anterior.
La realidad es que el gobierno necesita concentrar el poder, cuanto más rápido mejor, de cara primero al 2021 y después, al 2024. Hay una fecha límite, el reloj está en marcha y por consiguiente las acciones del Ejecutivo Federal y su séquito se sienten tan precipitadas, urgentes, prioritarias.
Por un lado, ha optado por refrendar el aplauso de sus defensores a ultranza (para eso el discurso diario, las dádivas, las decisiones mediáticas, aunque erradas en diagnóstico y ejecución, etc.) y por el otro, apretar a críticos, reguladores y al sector civil/empresarial que no está con ellos, limitándolos, aislándolos, empobreciéndolos, quitándole armas y herramientas para consolidar el autoritarismo de Morena/Gobierno de cara a los años que vienen (con un brazo armado incluido).
La única defensa posible consiste en la verdad; datos, números, cifras, cuantificaciones, análisis y estadísticas para contradecir las mentiras que día con día recitan con extraordinario cinismo el Ejecutivo y sus secretarios. Es necesario llevar la verdad a cada foro público, a los medios de comunicación, a cada juzgado, tribunal, instituto y órgano, a cualquier lugar donde sea necesario para hacerla valer.
Hoy, no mañana.
Porque mañana, cuando el espejismo desaparezca y con ella la productividad, las posibilidades de inversión y crecimiento, empleo, educación, seguridad y estado de derecho se hayan ido, tomará décadas de sudor y sacrificio restablecerlas.
Nos leemos en dos semanas.
Pobres y delincuentes
Refiriéndose a la explosión en Tlahuelilpan, Hidalgo, relacionada con el robo de hidrocarburos el pasado viernes 18 de enero,...
enero 22, 2019La elección en que se perdió una nación
“La inflación, sin ser escandalosa, no se acerca a los mínimos esperados... "
junio 21, 2018La recta final: el voto verdaderamente útil
El primero de julio habremos de tomar una decisión trascendental para el país, de cara al futuro.
junio 12, 2018