Hace apenas unos días, Andrés Manuel López Obrador criticó duramente la detención de Rubén Núñez y Francisco Villalobos, líderes de la sección 22 de la CNTE en Oaxaca y por supuesto, llamó a la población a movilizarse tras las aprehensiones, ofreciéndoles adicionalmente el apoyo del partido que dirige tanto en el ámbito político como en el jurídico; poca relevancia habría en ello si los individuos en comento no pertenecieran a un grupo de choque, relacionado en esencia al gremio magisterial, dado a la extorsión, el saqueo y al vandalismo más agraviante. De entre los múltiples eventos en que se han visto involucrada la Coordinadora Nacional destacan la quema de edificios y vehículos (gubernamentales y particulares) ataques reiterados a los elementos policiacos, toma de bancos y centros comerciales, bloqueos carreteros, robo de autobuses, secuestro de funcionarios y la más reciente, apenas difundida, la instalación de barricadas en el centro de Oaxaca. Si, la misma CNTE del plantón en Reforma del 2013. Quizás pocos recuerdan (intencionalmente) y aún menos están al tanto que el actual presidente nacional de Morena comenzó a cimentar su ascenso en el ámbito político a través de acciones similares en su natal Tabasco.
La averiguación previa AP/28/96 radicada en el Juzgado Segundo de Distrito en Materia Penal de Tabasco (una de las 19 donde aparece su nombre) atendió la denuncia presentada por Petróleos Mexicanos debido a los plantones, cierres carreteros y el bloqueo de los pozos petroleros "El Castaño" ubicado en la ciudad de Cárdenas, "Zen", ubicado en la ciudad de Nacajuca, entre otros. Hacia el final del episodio, terminarían siendo 50 los pozos afectados, lo que representaba el 6% del total de aquella entidad federativa y el 1.5% del total nacional. La resistencia civil encabezada por López Obrador había comenzado el 29 de enero de 1996, arrojando pérdidas superiores a los 60 millones de pesos de acuerdo a estimaciones realizadas por la paraestatal, más otros tantos no especificados relativos a los sectores restaurantero y turístico.
Medio centenar de participantes fueron consignados por daño en propiedad ajena, sabotaje, conspiración contra el consumo y las riquezas nacionales y asociación delictuosa, tal y como se indica en el citado documento, acorde con el artículo 13 fracción I y III del Código Penal Federal, entre ellos unos pocos líderes y muchos campesinos e indígenas que se habían sumado a la causa. López Obrador corrió con distinta suerte. Aunque su nombre figuraba como el primero de la lista en el oficio 208 del agente del Ministerio Público Federal, logró evitar su captura, consiguió el apoyo de ciertos actores del Partido de la Revolución Democrática (federales y estatales) y llevó el asunto a un terreno político. La Secretaría de Gobernación instaló una mesa de diálogo donde se procedió a negociar la terminación de los bloqueos y pasos carreteros. Al final, el 90% de las denuncias presentadas en su contra fueron retiradas entre los días 17 y 22 de febrero del mismo año subsistiendo únicamente dos, una de ellas a la cual se hace referencia al inicio del presente párrafo y la otra, la AP/31/96.
Lo que bien se aprende nunca se olvida, reza el viejo refrán y menos aquello que llega a buen término. Andrés Manuel ha repetido sin cesar aquella maniobra denominada en el argot lopezobradorista como "movilización y desobediencia civil" desde 1992 en distintos puntos del país argumentando razones varias pero utilizando similar modus operandi, con fines totalmente pragmáticos: algunas veces recursos económicos, otras concesiones políticas. A Obrador y a la Coordinadora (que no es un sindicato, sino una "organización de masas" como ella misma se define) los hermana el discurso de una supuesta "finalidad social" para tener carta abierta de recorrer el país y encargarse de agitar, polarizar o someter con total arbitrariedad a aquellos que se interponen en el camino y "en contra de sus adversarios", utilizando recursos oscuros cuya procedencia absolutamente nadie conoce, atendiendo su propia agenda.
En rápida retrospectiva tanto a AMLO como a la CNTE sus andanzas, actuando siempre a medio camino entre la victimización y la amenaza, les han resultado fructíferas. A Rubén Nuñez se le imputa, entre otros del fuero común y federales, el delito de lavando de dinero por una suma no menor a los 24 millones de pesos. A pesar de su notorio desprestigio, la Coordinadora posee una presencia nada despreciable en Chiapas, Michoacán y Oaxaca (con 83,000 afiliados únicamente en esta última entidad) y cuenta con los abundantes recursos que éstos implican.
En los veinte años que han transcurrido desde aquél episodio de los pozos petroleros, López Obrador ha conseguido ser jefe de gobierno de la Ciudad de México (Del 2000 al 2005), presidente nacional del PRD (De 1996 a 1999) candidato presidencial (en dos ocasiones, 2006 y 2012) por el mismo partido y actualmente es el flamante dirigente (y propietario de facto) de Morena, lo cual le hace partícipe del presupuesto y bondades que otorga el INE.
Apenas la semana pasada los senadores ligados a Morena en alianza con el PT Manuel Bartlett, Layda Sansores, Adriana Dávila, entre otros, se abstuvieron de participar en la votación para publicitar la famosa #3de3 del Sistema Nacional Anticorrupción; Andrés Manuel en su calidad de presidente de Morena, no ha presentado ninguna de sus tres declaraciones (fiscal, patrimonial y de intereses). Si lo han hecho por el contrario, muchos otros ligados a la denominada "Mafia del Poder" como Ricardo Anaya, Manlio Fabio Beltrones y Agustín Basave, además de múltiples gobernadores, senadores y diputados de distintos partidos. Excelente negociador, consumado operador y hábil demagogo antisistema (irónico, sin duda) no lo necesita. Hasta 1988, recordemos, había sido ya Delegado del Instituto Nacional Indigenista, Presidente del Comité Ejecutivo Estatal y Director de Promoción Social del Instituto Nacional de Protección al Consumidor.
En lo que se refiere a la opinión pública, su campaña ha tenido éxito en buena medida porque aprovecha un enorme grado de desinformación y la poca o nula memoria nacional; lo que la limita es, como a la Coordinadora, su propia intolerancia y su propio autoritarismo. Resulta útil para él vivir y actuar en un país que disfruta la binareidad, tener un bueno y un malo, así como proclamar que los distintos problemas que aquejan al país son un asunto de blanco o negro, sin gradualidad ni contexto. Discurso anti gubernamental por un lado, negociación (o vil extorsión) por otro. ¡Ah! Y también, como en caso de la CNTE, al menos hasta ahora sus acciones antijuridicas y punibles han ido sumándose conforme avanzan los días, afectando “únicamente" a civiles, campesinos, comerciantes y un largo etcétera.
En vista de lo anterior sólo resta una pregunta final: cuando habla de los "políticos de siempre, de la mafia del poder", ¿a quién se refiriere en realidad? A otros suponemos, ajenos a las historias de pozos, bloqueos y barricadas.
Nos leemos en dos semanas.
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