Otorgar la medalla Belisario Domínguez a Gonzalo Rivas Cámara se ha convertido en una pugna de bandos, sin duda alguna.
La presea, cabe mencionar, se entrega el día 7 de Octubre y: "..se otorga en vida o de manera póstuma a los hombres y mujeres que se hayan distinguido por ciencia o virtud como servidores de la patria o de la humanidad". Luis González de Alba (QEPD) fue el primero que escribió acerca de Gonzalo Rivas como poseedor de mérito suficiente para tal galardón. A la fecha, muchas otras voces se han sumado a la causa.
La tarde del 12 de diciembre de 2011, Gonzalo resultó víctima (si, víctima) de los actos vandálicos de los normalistas de Ayotzinapa, quienes decidieron incendiar la gasolinera donde éste trabajaba como supervisor a modo de escarmiento, después de tomar la caseta de cobro ubicada a escasos metros y ante la negativa de éste y otros empleados más de brindar combustible que les permitiera abastecerse de más bombas molotov en su combate con las fuerzas policíacas.
Rivas decidió, y aquí radica lo loable de su accionar, enfrentar el fuego para evitar la propagación y explosión de la estación de servicio (gasolinera) Eva II ubicada sobre la autopista del Sol en Chilpancingo, Guerrero, mientras los demás huían. Logró su cometido pero murió el 1 de Enero en el Instituto Mexicano del Seguro Social a causa de las quemaduras sufridas. Tres largas semanas duró su agonía. No fueron días ni horas. Semanas.
Fue, sin duda alguna, un acto heroico el de Rivas Cámara, el cual perdió la vida al evitar un fatídico evento que, de concretarse, habría provocado la muerte por igual de civiles, policías y también, normalistas. Todos ellos desconocidos para Gonzalo. Ciudadanos, seres humanos como él y nada más. Poco le importó si pertenecían a uno u otro bando, o a ninguno. Dejó una viuda y dos hijas huérfanas, sin que nadie le haya extendido hasta el momento reconocimiento alguno y sin que la gran mayoría de la sociedad sepa quién es y qué fue lo que hizo. Las víctimas que aún hoy se recuerdan consisten en dos normalistas abatidos en el enfrentamiento.
El problema principal recae en que el Senado de la República parece poco interesado en patear el avispero que representan los 43 y echar por tierra la "canonización" que ha envuelto a los normalistas de Ayotzinapa en general. El estado victimario, los estudiantes impolutos que fallecieron (en lamentables condiciones, por supuesto) debido a éste y sanseacabó; discurso del cual se han aprovechado muchos en el camino, tanto cercanos como lejanos al grupo para fines muy diversos.
¿En un ambiente de múltiples víctimas y victimarios, no merece un justo reconocimiento el único acto de valor genuino y auténtico, que antepone el bienestar común al personal, en un ambiente plagado de fuerzas, motivos e intereses propios? ¿No son el valor y la generosidad que envuelven las últimas horas de Gonzalo Rivas lo suficientemente relevantes para honrarlo como lo que fue, un héroe?
El mismo Belisario Domínguez P. pronunciaba el 23 de septiembre de 1913 las siguientes palabras, siendo senador de la nación y ante un escenario convulso en el país:
"…Me diréis señores, que la tentativa es peligrosa (…) ¡No importa, señores! La patria os exige que cumpláis con vuestro deber, aún con el peligro y aún con la seguridad de perder la existencia".
Yo considero que sí; Gonzalo Rivas Cámara merece la medalla Belisario Domínguez.
Nos leemos en dos semanas.
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