El 5 de junio: Un país de consecuencias

“La democracia es la capacidad de castigar a los malos gobiernos sacándolos del poder”, Karl Popper.

7 de junio, 2016

“La democracia es la capacidad de castigar a los malos gobiernos sacándolos del poder”, Karl Popper.

Cuando el presente texto sea publicado se habrán efectuado e incluso contabilizado, al menos parcialmente, los sufragios vertidos en diversos estados de la República tras la jornada electoral del 5 de junio.

Los resultados que ha arrojado el PREP, hasta el momento de escribir estas líneas, deben leerse con atención; en Hidalgo, una entidad federativa cuyo rezago económico, cultural, en materia de infraestructura, Estado de derecho, etc lo asemeja más al México de mediados de los años 70 (y así como vive, vota) emergió victorioso, una vez más, el Partido Revolucionario Institucional, mismo que jamás ha perdido la gubernatura en toda su historia.

No resulta meramente anecdótico el que los estados con un mayor grado de educación y capacidad productiva hayan elegido hace mucho el camino de la alternancia como una vía para exigir mejores condiciones (y actuaciones) por parte de sus gobernantes. Hoy por hoy Hidalgo constituye el bastión del priismo más importante a nivel nacional. Juventudes tricolores, un altísimo nivel de pobreza y una notoria falta de recursos y oportunidades son elementos que reflejan, en esencia, la realidad de dicha entidad. Restan aún muchos años para poder pensar en condiciones más favorables y promisorias para la población hidalguense. Treinta al menos si nos atenemos a las estadísticas más recientes.

Fuera de Hidalgo y sumando a Oaxaca y a Sinaloa, debe leerse ésta como una derrota para el priísmo; aunque el mapa electoral muestra una notoria tendencia bipartidista, con una presencia de la denominada "izquierda" bastante marginal a nivel nacional, la alternancia se dio en 7 de las 12 entidades en juego: Tamaulipas, Aguascalientes, Chihuahua, Durango, Veracruz, Sinaloa y Quintana Roo. Beltrones sabía, o debía saber, que poseía un muy limitado capital para operar y llevar la elección a buen puerto, partiendo de las gestiones estatales así como sirviéndose de la actuación a nivel federal: limitados alcances, candidatos deslavados y pocos logros de los cuales asirse. Adicionalmente, pasó factura la renuencia a tratar el tema del SNA. El voto duro tiene un techo, un límite máximo. El voto libre no. Por otro lado y punto importante a subrayar, el actuar conjunto de la oposición rindió frutos. Sinceramente, dudo que estas condiciones mejoren en los años venideros, pero haríamos mal en subestimar la capacidad de recomposición tras la derrota que posee el partido tricolor.

Acción Nacional, ya sea solo o en alianza surge como el gran ganador de esta elección. Ricardo Anaya, a pesar de todo lo que se ha dicho de él en los últimos meses, debe sentirse tranquilo; supo capitalizar el momento, orientar el hartazgo ciudadano ante gestiones equívocas y  mover sus piezas acertadamente y hoy puede volver a analizar el mapa nacional tras los resultados del domingo con miras al 2018.

El PRD en lo general y Mancera en lo particular deben leer ésta como una amarga derrota; el partido del sol azteca se ha desdibujado en los últimos años y a falta de orden, estructura, ideas y liderazgo se ha convertido en una fuerza menor dentro del escenario político del país. Si no recompone a partir de aquí, de lo sucedido en las horas y días pasados, lo que le espera son tiempos difíciles de cara al siguiente proceso electoral. La muy sui generis elección constituyente les dejó más sinsabores que alegrías (con una abstención superior al 70%) y el plano nacional, otros tantos: ¿Es el PRD el nuevo Partido Verde, ofertándose al mejor postor? Al tiempo.

Para los Monreal, que ya sentían segura la victoria en Zacatecas, también el proceso debió resultar decepcionante. La poca confianza (y con razón) que la sociedad zacatecana les brindó terminó por darles un duro golpe a sus ambiciones personales.

MORENA comprueba que aún y cuando sea la opción menos progresista dentro de la izquierda, la figura de su caudillo seguirá generando votos en una y otra elección. Votos que en algún momento pertenecieron al malogrado PRD. No conseguirá más, como lo ha demostrado su escasa relevancia a nivel nacional (con excepción de la CdMX y algunos estados del sureste) pero tampoco logrará menos; a donde quiera que vaya arrastrará consigo a aquellos que aún creen en la demagogia y retórica del mesías tropical y sus cofrades. Una añeja rémora del sistema que se niega a morir.

Lo que vimos el domingo es una muestra de avance, limitado pero útil en términos generales. La mejora y el crecimiento (personal, social, económico, etc.) requiere una serie de pasos consistentes y certeros. Sin ningún atisbo de inocente idealismo, un primer paso es lograr que existan consecuencias naturales para cada una de nuestras decisiones y para cada uno de nuestros actos. El ámbito político no debería estar exento de estas. Así de simple.

Consecuencias.

La habilidad, el esfuerzo, la inteligencia, el trabajo, el entusiasmo deberían ser valorados y consecuentemente, recompensados. La mala gestión, el desvío, la corrupción y la impunidad deben tener también repercusiones. Durante el proceso electoral del domingo se dio un paso importante en dicha dirección; hacen falta más, muchos más, sin embargo, la memoria de corto plazo al menos ha servido esta jornada para recompensar y castigar a los distintos partidos, candidatos y dirigentes. Lo bueno dentro de lo mucho que está mal. Si cotidianamente la vida nos muestra las consecuencias de nuestra actuación, positivas o negativas, ¿por qué debería ser distinto para los gobiernos municipales, estatales e incluso el federal?

Veracruz, la joya de la corona, la entidad federativa que más interés despertó en el actual proceso amanece con renovados bríos, con nuevas esperanzas de auténtica justicia; de concretarse el triunfo de la alianza PAN/PRD, 86 años de gobiernos tricolores llegarían a su fin. Tras la funesta gestión de Duarte de Ochoa el momentum parece que terminó por concretarse y el electorado fustigó al gobernador que en tantos y tan variados escándalos se ha visto involucrado; a pesar del lodazal en que se convirtió la elección veracruzana, hoy se ha dado un paso importante en las urnas para concretar aquello que todos esperamos: consecuencias (toca al ámbito jurídico sustentar todo aquello que se le imputa).
Muy caro le ha salido Javier al priísmo y al ejecutivo general desde los tiempos del Pacto por México. Todavía habrá de costarle aún más.

Hoy podemos decir que nuestro país avanzó en la dirección correcta.

Nos leemos en dos semanas

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