2016: Ajustar expectativas

Primero que nada apreciados lectores, confío en que hayan pasado unas muy felices fiestas en compañía de sus seres queridos; de igual manera, espero que...

6 de enero, 2016

Primero que nada apreciados lectores, confío en que hayan pasado unas muy felices fiestas en compañía de sus seres queridos; de igual manera, espero que durante estas semanas hayan tenido oportunidad de realizar un análisis retrospectivo del año que se fue, tanto de manera individual como en el ámbito colectivo. Finalmente, espero también tengan a mano sus propósitos para este año que apenas comienza, ya que el análisis que sigue les interesará para evaluar o revalorar sus expectativas.

Por principio de cuentas, tomando como referencia el comportamiento anterior y pronóstico futuro del mercado energético, parece que el 2016 pinta de manera poco alentadora; con respecto a éste se puede esperar una sustancial caída de los precios del crudo, propiciado por el aumento de oferta de los países productores ubicados en el Medio Oriente y la demanda de sus socios occidentales. La modificación  de la legislación norteamericana para permitir la exportación de crudo es un punto a resaltar, otro sin duda el aumento de la producción de los Estados Unidos ante el notorio desarrollo de su industria petrolera (aún cuando es una nación permeada por las iniciativas, proyectos y avances de las denominadas energías renovables). Factor adicional el tipo de crudo que nuestros vecinos del norte producen, mucho más ligero que la mezcla mexicana (tipos: Maya, Olmeca e Itsmo) que resulta en lo general más pesada y menos atractiva para los clientes potenciales. Hablando de mercados, apenas hace unas semanas se llevó a cabo exitosamente la tercera fase de la Ronda Uno, a través de la cual se adjudicaron 25 áreas contractuales con un notorio dominio de capital nacional, esto es, un 100% de lo presupuestado. Bien ahí. Pero ojo, los contratos de licencia que resultaron ganadores, pugnaron por regalías cercanas en promedio al 60% (con una estimación de la SHCP del 5%); ante una potencial caída de los precios del crudo, éstos resultarían incosteables, por lo cual, lo más probable es que los mismos deban de revisarse y renegociarse. Lo anterior habrá de impactar directamente en los alcances de la denominada Reforma Energética, generando una menor entrada de divisas y trayendo como consecuencia, un posible aumento del precio del dólar.

En el mismo tenor, ante el incremento de las tasas de referencia en los Estados Unidos y la desaceleración económica en China (cambios que ya se habían previsto sin duda, pero que deben ser controlados adecuadamente) el Banco de México deberá analizar, prever y actuar con eficacia. Si hasta este momento (a tres años de gestión) el gobierno no ha tenido la capacidad de generar incentivos y estímulos suficientes para la inversión, aumentar las tasas resultaría funesto para las condiciones del país, puesto que si bien limitaría la salida de dólares, también encarecería el crédito y habría una notoria disminución de circulante, imposibilitando (aún más) el crecimiento económico. Aquí lo importante, es absorber el impacto global de la mejor manera posible.

Durante este año, en México tanto el sector de Telecomunicaciones como el Energético deberán comenzar a mostrar los beneficios (si bien afectados por un entorno global poco propicio como se analizó anteriormente) de la apertura a la inversión como de la competencia, esto es: mayor eficiencia, mayor productividad, mejores servicios, productos y precios en lo que a sus respectivos ámbitos compete. De igual manera, la Reforma Educativa deberá probar que no sólo consiste en una serie de pruebas y evaluaciones magisteriales (lo cual, en sí mismo, ya representa un avance) sino todo un esfuerzo conjunto, adecuadamente planeado y estructurado para mejorar la calidad de la enseñanza en nuestro país, a través de programas (inglés, español, matemáticas, por citar los más relevantes) así como en infraestructura educativa.

2016 será un año de gran volatilidad e incertidumbre en lo general, sin embargo, debemos tomar las previsiones adecuadas y contar con la información adecuada para los distintos escenarios posibles. Henry Ford solía decir: “Antes que cualquier otra cosa, estar preparado es el secreto del éxito”.

Les deseo un muy próspero (y planificado) inicio de año.   

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