París 2024 nos revela como cada cuatro años que hace falta invertir mucho más en el deporte 

Estos Juegos Olímpicos que están a unos cuantos días de terminar, tuvieron un costo de 8 mil 200 millones de dólares, de los cuales un 40% se destinó a inversión en infraestructura, la construcción de nuevos estadios o la renovación de espacios que ya se tenían con anterioridad.

El costo de los Juegos Olímpicos de París 2024, fue muy inferior a los 20,000 millones de dólares que se estima que costaron los juegos de Tokio 2020.

Unos Juegos Olímpicos no solo movilizan la parte deportiva y emocional de las personas, sino que dinamizan las economías de los países donde se albergan, dejando una derrama económica importante. Un ejemplo de esa derrama son los paquetes de viaje y hospitalidad, cuyos precios varían mucho. Por ejemplo, un paquete de viaje para la ceremonia inaugural puede costar alrededor de 610,000 pesos mexicanos, mientras que el precio de un paquete de hospitalidad normal oscila alrededor de los 185,000 pesos mexicanos. 

Tomando solo como ejemplo el caso de los Estados Unidos, en 2014 la cadena NBCU anunció que el Comité Olímpico Internacional (COI) le otorgó los derechos de transmisión “en todas las plataformas de medios” (en Estados Unidos) desde 2021 hasta 2032, en un acuerdo valuado en 7,650 millones de dólares. Se trata de un negocio redondo porque tan solo en París, la cadena ya ha ganado más de 1,200 mdd en ventas de publicidad nacional para los Juegos Olímpicos de París.

En el caso de Latinoamérica, todos los eventos de París 2024 se transmitirán a través de las marcas mexicanas Claro Sports y Marca Claro, incluyendo su canal de YouTube.  

Es interesante ver cómo la capacidad económica de los países se corresponde mucho con el éxito y la obtención de medallas en los Juegos Olímpicos, independientemente de la sede.

No obstante, México rompe ese molde año con año, pues somos una nación que se encuentra entre las 15 economías más grandes, pero en el medallero olímpico estamos siempre lejos de los primeros lugares.

Sin lugar a dudas, son muchos los factores que determinan que un atleta de alto rendimiento obtenga una medalla en los Juegos Olímpicos. Pero uno que llama poderosamente mi atención es el de las tasas de actividad física y práctica deportiva, combinado con el uso del tiempo. 

En 2023, las cifras del INEGI a través del Módulo de Práctica Deportiva y Ejercicio Físico (MOPRADEF), revelaron que 39.8 % de la población de 18 años y más en áreas urbanas se considera activa físicamente. Este porcentaje fue 5.6 puntos porcentuales menor con relación con el dato de 2014, es decir, en la última década nos volvimos más inactivos físicamente.

Porcentaje de la población de 18 años y más activa físicamente
en su tiempo libre 

Fuente: INEGI. Enero de 2024.

Del total de la población de 18 años, el 23.6 % realizó actividad física con un nivel suficiente para obtener beneficios a su salud, mientras que 15.3 % hizo actividad física de forma insuficiente.

Entre la población que se considera activa físicamente, se tiene una brecha de género de 12.5 puntos porcentuales. Es decir, el 46.5% de los hombres se consideran activos físicamente, mientras que solo 34% de las mujeres se consideran así. 

Ahora bien, una cosa es actividad física, otra es actividad físico-deportiva y otra cosa es actividad deportiva.

El INEGI describe a la actividad física de las siguientes maneras:

• Actividad física: Son las acciones que una persona realiza a discreción, que no son necesarias para la vida cotidiana. Estas pueden incluir la participación en deportes, condicionamiento o entrenamiento mediante ejercicios, o actividades recreativas.
• Actividad físico-deportiva: Es cualquier forma de actividad física que, a través de participación organizada o no, tiene por objeto la expresión o mejoría de la condición física y psíquica, el desarrollo de las relaciones sociales o la obtención de resultados en competición a todos los niveles.
• Deporte: Es una subcategoría de la actividad físico-deportiva, especializada, de carácter competitivo, que requiere de entrenamiento físico y que generalmente se realiza a altas intensidades; además, la reglamentan instituciones y organismos estatales o gubernamentales, tales como la CONADE o el Comité Olímpico Mexicano.

Los espacios públicos como una plaza, un parque o un campo, prevalecen como el lugar de destino preferido para realizar actividad física o deportiva en México, con un 60.9%, seguido de las instalaciones privadas, con un 27.3%.

Sin embargo, la tendencia es que se usa cada vez menos el espacio público para realizar actividades físicas y deportivas, y a su vez, cada vez se usan más las instalaciones privadas.

Población físicamente activa de 18 años o más según el lugar
donde realiza la actividad.

Fuente: INEGI.

Las personas en México que hacen uso de la infraestructura privada para hacer actividades físicas o deportivas lo hacen con mayor provecho, pues 73 de cada 100 personas que realizan actividad física en lugares privados consideran que lo hacen de manera suficiente. En cambio, entre la gente que practica en lugares privados, solo un 52% considera que lo hace suficientemente. 

Hablando de instalaciones, hay una buena y una mala noticia. La buena es que 71 de cada 100 personas que reportaron haber tenido actividad física declararon que en su colonia sí existen instalaciones. La mala es que, de éstos, solo el 44% consideró que se encuentran en buenas condiciones. 

Finalmente, al revisar los datos más recientes de la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo (ENUT), que realiza el INEGI cada cinco años, la falta de tiempo y el cansancio por el trabajo son las dos principales razones por las que las personas dejan de hacer ejercicio.

En términos generales, somos una sociedad que trabaja muchas horas, lo que repercute en la falta de tiempo para hacer ejercicio o practicar algún deporte.

Pero, por otro lado, es muy cansado trabajar para muchas personas en México. Esto se explica en buena medida por la mala calidad de la infraestructura y comunicaciones que prevalece en nuestro país. Por ejemplo, en la Ciudad de México muchas personas invierten diariamente hasta 6 horas solo para trasladarse a sus puestos de trabajo. Y en otras ciudades y zonas metropolitanas como Guadalajara, León, Tijuana, Puebla y Monterrey, la historia no es muy distinta.

Últimos comentarios

Este año conoceremos los primeros resultados de la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo (ENUT) por parte del INEGI, donde sabremos con mucha mayor precisión la proporción de tiempo destinado al trabajo, ya sea remunerado o no. Los mexicanos somos una de las poblaciones a nivel mundial que dedicamos más tiempo al trabajo e invertimos más tiempo en el tránsito hacia éste.

Lo anterior podría explicar nuestra baja tasa de actividad física o físico-deportiva, ni se diga si hablamos de actividad deportiva per se.

Pero otro factor que representa un freno al desarrollo de la actividad deportiva es el de la inversión pública. En 2019 (primer año del gobierno de López Obrador) se destinó al deporte la cantidad de 1 mil 519 millones de pesos, es decir, 25% menos que un año antes (2018) cuando se otorgaron 2 mil 108 millones de pesos. 

Para 2023, el gobierno invirtió en este rubro la cantidad de 2 mil 524 millones de pesos, lo que representa solo 214 millones de pesos adicionales en términos reales, cifra que la propia Comisión del Deporte de la Cámara de Diputados calificó como insuficiente.

Mientras que México gastó en 2023, alrededor de 233 millones de dólares, Brasil gastó en ese año 843 millones de dólares, casi cuatro veces más que nosotros. Viendo la posición de Brasil en el medallero, se nos revela la importancia de invertir de manera decidida en el deporte, empezando por el sector público.

Independientemente de todo, le deseamos la mejor de las suertes a todos los atletas mexicanos que faltan por competir en los escasos días que le quedan al certamen olímpico de París 2024.

X: @romero_hicks

Facebook: José Luis Romero Hicks

Referencias