El léxico que usualmente usamos para referirnos a las energías limpias –sobre todo aquellas que están relacionadas con la generación de electricidad– es incorrecto. La energía que usamos en actividades cotidianas inicia con las fuentes primarias transformadas en secundarias mediante tecnología. Lo correcto es decir que la energía eléctrica proviene de una fuente de energía primaria, como el gas natural, aire, radiación, corrientes de ríos o de la combustión de materias primas, que deberían emitir una baja emisión de contaminantes (CO2 principalmente).
“The Institute of Energy Economics, Japan” en el estudio “IEEJ OUTLOOK 2021” calculó que en función a la tendencia actual, los hidrocarburos en 30 años tendrán un peso de alrededor de 31% y el carbón del 28% para la generación de electricidad; pero si se invierte en tecnología y se aplica una economía circular, su uso bajaría entre el 18% a 21% y 8% a 13%, respectivamente.
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En el futuro continuará la toma del entorno a la energía primaria como el petróleo crudo, gas natural, carbón, pero serán en menor grado su utilización para transformarla en energía eléctrica; en cambio cada vez se volverá más relevante la radiación solar, aire y derivados de reacciones químicas como el Hidrogeno como fuentes iniciales para la electrificación del mundo. No obstante, esto dependerá de la inversión realizada en avances tecnológicos y una implementación adecuada de la economía circular referenciada al dióxido de carbono.
La energía es un “NEGOCIO” y es un “MERCADO” que evoluciona de acuerdo con las condiciones de las necesidades del ser humano. Aprendimos a tomar recursos de la naturaleza, transformarlos y tener tecnología para su aprovechamiento a la energía primaria; pero ahora estamos teniendo un cambio y visión, ante el eminente grado de contaminación, desechos, cambio climático, desaprovechamiento y desperdicio de cada materia prima o recurso natural que tomamos de nuestro entorno.
Ante esta situación, ha surgido en el mundo un nuevo modelo de negocio que permitirá complementar el ciclo de la convivencia de los seres vivos, cuyo concepto es mantener cada materia o recurso el mayor tiempo posible en forma productiva y sus transformaciones (energía secundaria) con los componentes que la conforman en procesos circulares. El objetivo final es reintegrar en la cadena de valor una vez terminada su vida útil a cada parte que fue utilizada en los procesos energéticos.
Bajo esta nueva concepción, un caso inmediato a resolver a corto plazo, planteado en el estudio realizado por Greenpeace en el sector asiático, es que “Habrá 12.85 millones de toneladas de baterías de iones de litio para vehículos eléctricos se desconectarán entre 2021 y 2030”. La pregunta que debe hacerse es qué se hará con estos desechos y cómo se puede reutilizarlos. Ante este nuevo dilema del hombre, es necesario que fabricantes de baterías y autos apoyen las economías circulares, evitando acumular desechos que tienen una degradación infinita en el tiempo. ¿México sabe de esto?
La naturaleza ya no quiere darnos nuevas oportunidades, pues ha reaccionado cambiando el clima a raíz del desorden realizado por la mala utilización de la energía primaria y su transformación para su uso; pero nunca se había puesto sobre la mesa, la reutilización y remoción de los contaminantes que se han generado. Ante esto, empresas a nivel mundial han colocado como prioridad misiones que debemos de considerar:
Valero: “Priorizar la excelencia operativa y las inversiones en avances tecnológicos, mantenimiento predictivo, energía renovable y captación de emisiones, así como esfuerzos para reducir el consumo de energía. Ser líder en la industria en combustibles renovables bajos en carbono. Bajo el concepto de RECICLAJE, REUTILIZACIÓN, RECUPERACIÓN Y REDUCCIÓN Bajo una inversión continua en tecnología”.
Shell: “La sociedad necesitará aumentar su participación de energía renovable a alrededor del 80% de un sistema energético mucho más grande que el actual si el mundo quiere completar una transición energética y lograr un objetivo a largo plazo de emisiones cercanas a cero netas para 2100”.
BP: “Sabemos que las personas de todo el mundo quieren y necesitan lo mismo: energía confiable, asequible y limpia. Satisfacer esta necesidad requiere esfuerzos de todos: gobiernos, empresas y consumidores. Trabajar juntos puede acelerar la acción”.
ExxonMobil: “Reducir las emisiones con tecnología de captura y almacenamiento de carbono de las centrales eléctricas y otras fuentes industriales que de otro modo se liberarían a la atmósfera”.
Aramco: “Un enfoque interdisciplinario de soluciones innovadoras y rentables para la gestión de carbono, centrándose en la captura y secuestro de CO2, con el objetivo de la reducción y la conversión de las emisiones en valor”.
PEMEX: “Reducir el impacto ambiental de las actividades industriales y realizar el manejo integral del agua, emisiones de bióxido de carbono equivalente y el pasivo ambiental, dando cumplimiento a la regulación ambiental aplicable a nuestras operaciones”.
En todas las empresas que están en la industria de hidrocarburos está el léxico de captura, almacenamiento y energía confiable. El mundo tiene un nuevo negocio en el sector energético: saber aprovechar al máximo las energías primarias aplicando los conceptos de una economía circular con la inversión en tecnologías.
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