La crisis de cuidados en Estados Unidos y sus efectos sobre las mujeres

No cabe duda de que en la actualidad cada vez son más los adultos mayores que requieren cuidados, tanto por el rápido envejecimiento de la población, como por las necesidades médicas exacerbadas por la pandemia. Esto ha hecho que 1.6 millones de personas en Estados Unidos, de los cuales 2/3 son mujeres, hayan dejado de laborar por permanecer en casa cuidando a adultos mayores, cónyuges enfermos, hermanos discapacitados y, en general, a personas que requieren atención permanente. Organismos como la Organización Internacional del Trabajo (OIT)¹ y la Organización de Estados Americanos (OEA)² han caracterizado este contexto como una emergencia global de cuidados, la cual no sólo implica importantes retrocesos en la agenda de género, sino que seguramente afectará la efectividad de las medidas de recuperación productiva post-covid. 

Antes de la pandemia, en el mundo las mujeres dedicaban en promedio 3.2 veces más tiempo que los hombres a las tareas de cuidados y este contexto agregó una capa adicional de desafíos para ellas. El cierre de casas de cuidados para adultos mayores ante el peligro de contagio propició que muchas familias llevaran a casa a sus familiares. A esto se añadió una caída del 12% en la oferta de trabajadores dedicados a los cuidados en casas de retiro y a servicios de atención domiciliaria, lo cual ha encarecido la ayuda externa. Al asignarles históricamente las labores del cuidado, esta crisis les ha obligado a las mujeres a absorber una mayor carga de estas actividades y, por consiguiente, a abandonar el trabajo remunerado.

Esta situación genera severas consecuencias para avanzar en la agenda de la igualdad de género, pues implica: 1) un retroceso en la participación de ellas en el trabajo remunerado; 2) un aumento de la pobreza de las mujeres y los hogares que encabezan; 3) una  intensificación de las desigualdades de género, tanto en en el mundo laboral, como en el ámbito de lo privado. Como se puede notar, es necesario atender este fenómeno, pues promueve un estado de mayor vulnerabilidad socioeconómica para las mujeres. 

La crisis de cuidados también puede generar problemas sobre la productividad de un país, ya que impide que los ciudadanos en edad laboral y con deseos de trabajar se incorporen al mercado de trabajo. Sin duda, la conjunción de estas afectaciones obstaculiza la recuperación del PIB de la principal economía del mundo. 

Afortunadamente, Estados Unidos cuenta con una serie de programas para atender este problema. ³ Recientemente el presidente Biden solicitó al Congreso en el paquete para el 2023 recursos adicionales para el cuidado de los adultos mayores (Older Americans Act). Con dichos recursos se busca apuntalar temas de nutrición, cuidado, abuso y protección en general. 

En México también se han registrado datos que muestran la existencia de una crisis de cuidados; sin embargo, las acciones para mitigar sus impactos se han quedado en el papel. Del total de la población, el 12% está representado por personas adultas mayores y esta población está creciendo de manera más acelerada que el resto.⁴ En muchos casos, estas personas requieren de atención constante y cuidados especiales, que normalmente son brindados por mujeres que no reciben apoyo ni remuneración alguna. Si bien en noviembre de 2020, se aprobó en el Congreso una modificación a los artículos 4 y 73 para crear el Sistema Nacional de Cuidados, aún falta que el Senado apruebe dicha iniciativa. La iniciativa busca que el gobierno articule una política nacional para garantizar el derecho al cuidado de las personas que lo requieran, en especial niñez, personas adultas mayores, con discapacidad o con alguna enfermedad. También busca hacer que esta tarea no sea exclusiva de las mujeres.⁵

Aunque en ambos países la situación es crítica, es importante ver cómo avanzan las iniciativas y esfuerzos que se han dado para atender el problema y que finalmente se asignen los recursos necesarios para garantizar que se cuente con servicios de cuidado de calidad que dignifiquen el trabajo de las personas que brindan esta atención⁶.

¹Datos obtenidos del informe de la OIT “El trabajo de cuidados y los trabajadores del cuidado: para un futuro con trabajo decente”. Recuperado de: https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/—dgreports/—dcomm/—publ/documents/publication/wcms_633168.pdf

²Datos obtenidos del informe de OAS “Emergencia global de los cuidados”. Recuperado de: https://www.oas.org/es/cim/docs/CuidadosCOVID19-ES.pdf

³Dato obtenido de la página de la Casa Blanca “President Biden Announces the Build Back Better Framework”, disponible en: https://www.whitehouse.gov/briefing-room/statements-releases/2021/10/28/president-biden-announces-the-build-back-better-framework/

⁴Dato obtenido del comunicado de prensa 547/21 del “Instituto Nacional de Estadística y Geografía”, disponible en: https://www.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/aproposito/2021/EAP_ADULMAYOR_21.pdf

⁵https://www.lja.mx/2021/12/senado-analizara-reforma-en-materia-de-cuidados-en-proximo-periodo/

 ⁶Nota basada en el texto publicado por The Washington Post “Caring for aging parents, sick spouses is keeping millions out of work”, disponible en: https://www.washingtonpost.com/business/2022/04/04/caregiving-economy-adults-work/