Nuestro socio comercial, EEUU, en enero tenía alrededor de 158 millones de personas empleadas y en abril tuvieron 23 millones desempleadas.
Los programas de apoyos al empleo con que cuentan ayudaron a continuar con el desarrollo económico. Al cierre del 2020 solo hay 10 millones de personas desocupadas según datos de U.S. BUREAU OF LABOR STATISTICS. Se espera reducir este número de personas en los próximos meses, en función del nuevo plan de la nueva administración, y un programa de vacunación acorde al desarrollo económico, para posteriormente enfocarse en el crecimiento económico.
En México estamos preocupados por el crecimiento económico como primer punto. Éste no se puede lograr sin un plan en el desarrollo económico. Al cierre de 2020 hay 2 millones de personas desempleadas y alrededor de 16 mil millones de pesos que dejaron de circular en la economía del país.
De enero a diciembre de 2020, 2 millones de personas pasaron a la desocupación. Los cuales eran: 687 mil asalariados y 603 mil por cuenta propia.
Hoy hay un cambio radical en todas las economías mundiales. Los países planean su estrategia dentro del mercado mundial en todas las actividades que puedan realizar, al intercambiar e interaccionar con países dentro de sus regiones. El objetivo consiste en reducir costos por una alta incertidumbre sobre el consumo de productos y servicios, dentro de las actividades de los sectores primarios, secundarios y terciarios. En México, de enero a diciembre, observamos en cada sector:
- Primario crecimiento de 365 mil.
- Secundario contraído 139 mil.
- Terciario contraído en 2.1 millones
En nuestro país en todos los sexenios administrativos, y el actual confunden siempre estos dos términos. Entre todos debemos presionar para que puedan diferenciarse en el futuro, a los nuevos modelos económicos que surgirán a partir de 2021. La diferencia entre ambos parámetros económicos es:
- Crecimiento, tiene que ver con el aumento de la productividad y los ingresos de un territorio o país.
- Desarrollo, se enfoca en medir las mejoras en las condiciones de vida de una población.
Durante la pandemia acontecida, y que continúa en este 2021, los países se enfocaron en el desarrollo económico, no para el presente durante lo ocurrido, sino tener las bases para que la población pudiera hacer frente a cualquier cambio para el futuro, y minimizar la incertidumbre del control del virus.
Países otorgaron ciertos estímulos a empresas y personas para no parar el desarrollo económico.
Cada país perdió el control de su crecimiento económico debido a la rapidez de la propagación del virus, dejando inmersos a países por la falta de una respuesta rápida.
La única forma de no colapsar fue limitando a las personas económicamente activas, su movilidad. Esta primera acción trajo como consecuencia la limitación de la circulación del dinero, primero dentro de la economía de un país, posteriormente entre las regiones y al final en el mundo. Los productos, servicios y materias primas colapsaron su consumo, trayendo una contracción sin medida en el transporte. En este punto, cabe aclarar que a nivel mundial alrededor del 80% del crudo es utilizado para generar combustibles para la movilidad de motores, turbinas o cualquier tipo de motor de combustión interna. El crudo es la materia prima de mayor intercambio comercial entre los países, y el gas es un mercado regionalizado entre los que comparten fronteras.
La caída del precio del petróleo, significó una menor cantidad de ingresos dentro de los países productores, y muchos de ellos dependen de las exportaciones o de su transformación en combustibles.
Algunos países optaron por dejar que el crecimiento fluctuara en forma libre por la falta de un control inmediato directo, en y con sus economías. La falta de intercambios comerciales afectó en forma directa en sus balanzas comerciales. Algunas naciones entendieron que tenían que fortalecer su economía interna y simplemente apoyaron al DESARROLLO ECONÓMICO.
Hoy el desarrollo económico depende de tres variables para poder ser realizado: consumo de combustibles, incremento de las actividades secundarias y terciarias, y vacunar un porcentaje de la población en el menor tiempo posible.
Un país que no tenga sanas su política económica, energética, financiera y social, así como la salud de su población, será un rotundo fracaso.
Hay empresas que todavía creen en México, como Valero que en estos días anunció que arrancará en un mes los trabajos de construcción de su terminal de almacenamiento y reparto de combustibles en el puerto de Altamira, inversión aproximada en los 4 mil millones de pesos y que se estima en tres años esté lista y en funcionamiento.
Cambiemos los paradigmas, dogmas e ideologías que iniciaron con las administraciones del pasado.
El futuro es la oportunidad para madurar y poder tener una política económica fundamentada en el crecimiento.
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