La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP29) inició hoy en Bakú, Azerbaiyán y hasta el 22 de noviembre de este año. La Conferencia abre con un llamado a “la cooperación mundial por el clima” tras la elección de Donald Trump en EEUU. Esta cita anual del clima, bajo los auspicios de la ONU, se celebra mientras que el mundo se dirige a batir otro récord de temperatura. La inundaciones y altas temperaturas recientes en México y España, entre otros, son testimonio de los estragos por cambio climático.
Esta conferencia es crucial para abordar la crisis climática global y tiene varios objetivos importantes:
1. Limitar el aumento de la temperatura global: Uno de los principales objetivos es limitar el aumento de la temperatura global a menos de 1.5 grados centígrados ).
2. Financiamiento climático: Se discutirán nuevas formas de financiar medidas climáticas, ya que se necesitan cigras estratosféricas (billones de dólares) para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero ).
3. Planes nacionales de acción climática: Los países presentarán sus planes actualizados bajo el Acuerdo de París, que deben entregarse a principios de 2025.
4. Cumbre Mundial para la Acción Climática: Se llevará a cabo una cumbre de líderes mundiales mañana y el 13 de noviembre para discutir soluciones concretas.
“Nos encaminamos hacia la ruina. Y no se trata de problemas futuros. El cambio climático ya está aquí”, alertó hoy en la ceremonia de apertura el presidente de la COP29, el ministro de Ecología de Azerbaiyán, Mujtar Babaiev. Por su parte, el jefe del organismo de la ONU para el Clima, Simon Stiell declaró que la cooperación mundial “no está en punto muerto”.
El año pasado, en Dubái, los países lograron arrancar con dificultades una declaración final de la COP28 en la que se asumía, por primera vez, que los países debían emprender una “transición” hacia el fin de las energías fósiles. Este énfasis es importante. La Agencia Internacional de la Energía (AIE) recordó en su último informe anual que el 80% de la energía mundial sigue procediendo de carbón, petróleo y gas.
Mientras esperamos los resultados de la COP19, es justo preguntarnos, ¿en que momento se encuentran las energías “limpias”?
Uno de los nichos de negocio que recientemente han sido más innovadores y disruptivos en México tiene que ver con el uso de las energías limpias, en los cuales se ofrece, además de la tecnología, soluciones completas en las que las empresas gestionan todas las etapas del proyecto de una implementación para generar energías verdes. Las seis tecnologías de energía limpia fabricadas en masa son: solar fotovoltaica, eólica, vehículos eléctricos, baterías, electrolizadores y bombas de calor.
Hasta hace poco, las empresas de celdas fotovoltaicas enviaban una cotización al cliente y este determinaba si le sería rentable.
Pero en este nuevo nicho de negocio, las empresas se encargan de todas o la mayor parte de las etapas de un proyecto, desde el diseño y la instalación, hasta el análisis financiero, los trámites administrativos, la operación y el mantenimiento de los paneles solares.
La gran ventaja de que surjan empresas con esta orientación en el país es que permite a otras beneficiarse del autoconsumo fotovoltaico sin asumir riesgos financieros o de índole tecnológica.
El abaratamiento constante que han experimentado las tecnologías limpias ha sido otro factor clave en que haya una adopción cada vez mayor de paneles, tanto en empresas como viviendas y comercios, todo ello en línea con las tendencias globales.
Pero dicho abaratamiento no habría sido posible si globalmente no hubiese existido un impulso a la inversión en sectores de energías renovables.
De acuerdo con la Agencia Internacional de Energía (IEA), el valor de mercado global de las seis tecnologías de energía limpia clave fabricadas en masa (solar fotovoltaica, eólica, vehículos eléctricos, baterías, electrolizadores y bombas de calor) creció casi cuatro veces en tan solo ocho años, entre 2015 y 2023.
Dicho valor de mercado superó los 700 mil millones de dólares en 2023, una cifra equivalente al 50 por ciento del valor de todo el gas natural que se produjo en el mundo durante ese año.
Con las políticas actuales, se prevé que el mercado de las tecnologías limpias casi se triplique para 2035 hasta alcanzar más de 2 billones de dólares. Esta cifra se acerca al valor promedio del mercado mundial del petróleo crudo en los últimos años y es superior al PIB de México en 2023, que contabilizó $1.79 billones de dólares.
El crecimiento tan importante del valor de mercado de las tecnologías de energía limpia ha sido impulsado por una oleada significativa de inversión en ese sector.
De acuerdo con la Agencia Internacional de Energía, la inversión mundial en fabricación de tecnologías limpias dio un impresionante salto de 50% en 2023, alcanzando los 235.000 millones de dólares. Dicho aumento equivale a casi el 10% del crecimiento de la inversión en toda la economía mundial.
Por otro lado, cuatro quintas partes de la inversión en fabricación de tecnologías limpias en 2023 se destinó a la fabricación de baterías y energía solar fotovoltaica, y las plantas de vehículos eléctricos representaron un 15% adicional.
En suma, la fabricación de tecnología para la generación de energías limpias es una oportunidad económica que no sería buena idea desaprovechar en México.
Un negocio rentable en el corto y largo plazo
En el contexto actual, y con la presencia de cada vez más empresas internacionales operando en México por el nearshoring, nuestro país debe acelerar la adopción de energías limpias en sitio, lo cual es una enorme oportunidad para aquellos que se dedican a instalar las energías limpias.
Es alentador que cada vez un mayor número de empresas nacionales e internacionales en México están demandando energías sustentables a través de paneles solares, baterías y otros productos, a fin de cumplir con sus objetivos en favor del medio ambiente.
Tan solo observar la perspectiva global del comercio en energías limpias ya nos da una dimensión de lo importante que se puede volver a incursionar en este sector.
De acuerdo con la IEA, el valor del comercio de tecnologías limpias asciende a unos 200 000 millones de dólares a nivel mundial. El elemento más importante es el comercio de coches eléctricos, que se ha duplicado desde 2020. La energía solar fotovoltaica ocupa el segundo lugar.
Con las tendencias actuales, el comercio total de tecnologías limpias va camino de alcanzar los 575 000 millones de dólares en 2035, alrededor de un 50% más que el valor actual del comercio mundial de gas natural.
China es el país líder
En cifras redondas, y de acuerdo con datos de la IEA, China es el país más relevante en la producción de bienes para energías limpias.
El gigante asiático, tiene una capacidad de producción de 500 000 millones de dólares y una demanda de 420 000 millones.
Con el superávit de alrededor de 80 000 millones de dólares, China puede hipotéticamente abastecer el déficit de 30 000 millones de dólares de la Unión Europea y los 18 000 millones de déficit de América del Norte.
La velocidad con la que China ha tomado el liderazgo mundial en la producción de energías renovables es impresionante.
Por ejemplo, en 2010, China no pintaba casi nada en la exportación global de vehículos eléctricos, pero para 2023, los datos de la IEA arrojan que ese país abarca cerca del 33% del total de las exportaciones globales de ese tipo de bienes.
Los vehículos eléctricos no son el único caso en el que China ha tomado la delantera de manera más que notoria, pues en el comercio de paneles solares fotovoltaicos ya ha tenido por mucho tiempo el liderazgo mundial.
El rol del gobierno en esta oportunidad económica
Hace dos semanas la presidenta Claudia Sheinbaum dio a conocer su visión para el sector energético de México, en la que promete aumentar el financiamiento para proyectos de generación y transmisión de energía y agilizar las reglas para inversionistas privados.
El plan considera 23 400 millones de dólares en gasto en proyectos de infraestructura energética hasta 2030, asignando el 52% a la generación de electricidad y el 48% restante a redes de transmisión y distribución.
En el anuncio se dijo que el plan reducirá la burocracia y los costos para las empresas privadas que quieran invertir en el sector energético – aún sin especificar cómo se darán esos mecanismos -.
Sin embargo, es bien sabido que la política energética seguirá gravitando en torno a dos empresas sumamente ineficientes: PEMEX y CFE.
Sería pertinente que el plan energético mencionara de qué manera el país puede insertarse en el dinamismo de la producción y comercialización de bienes destinados a la producción de energía limpia.
Por un lado, un gobierno debe asegurar el buen funcionamiento de los mercados y las transiciones rentables hacia energías limpias.
Pero, por otro lado, debe lidiar con la necesidad de establecer cadenas de suministro de tecnologías limpias, que sean seguras y resilientes.
Y es aquí donde aparecen varios dilemas:
•¿A qué industrias apoyar?
•¿Cómo estructurar las relaciones comerciales?
•¿A qué empresas, públicas o privadas, destinar más inversión?
En realidad, sería poco deseable que el gobierno interviniera en toda la cadena de producción, distribución y comercio de bienes de energía limpia, pues las empresas privadas son mucho más eficientes para conjuntar información y decidir de manera óptima sobre estos asuntos.
Donde el gobierno debe volverse un aliado del sector empresarial es en lo relativo a la desregulación para el incremento de las cadenas de producción y comercialización.
Últimos comentarios
La presidenta Claudia Sheinbaum se ha pronunciado por impulsar la transición de México hacia las energías renovables, superar los apagones y abatir la infraestructura pública deficiente.
Sin embargo, se requiere que las legislaciones sean acordes con una desregulación del sector energético con miras a que ésta no sea un obstáculo para hacer negocios en el país.
Por otro lado, sería muy positivo que la política energética de México en este sexenio se inserte de manera efectiva en las tendencias actuales, considerando a países como China no como un rival, sino un aliado con el que si se trabaja adecuadamente puede resultar estratégico y elevar nuestra competitividad internacional.
Referencias:
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